“La crisis climática es la mejor oportunidad para reinventarnos, para redefinir cómo queremos ser”

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Los participantes en el debate “Cambio climático: la voz de los jóvenes”, organizado por la Asociación Diálogo, coinciden en que estamos ante el mayor desafío que ha afrontado la Humanidad; también ante una oportunidad única para hacer justici

“La crisis climática es la mejor oportunidad para reinventarnos, para redefinir cómo queremos ser”

El debate se enmarcaba en el 17º Prix Diálogo, concedido a María del Carmen Domínguez, glacióloga, y Valérie Masson-Delmotte, paleoclimatóloga, que se entrega el 26 de noviembre.

“El cambio climático es, sin duda, el mayor reto que nunca ha afrontado la humanidad. Pone en jaque los pocos ecosistemas funcionales que nos quedan, hasta el punto de que va a acabar afectando nuestra supervivencia”. Así ha introducido Odile Rodríguez de la Fuente el debate online “Cambio climático: la voz de los jóvenes”, organizado por la Asociación de Amistad Hispano-Francesa Diálogo, y en el que han participado Côme Girschig, ingeniero en Ciencias Económicas, Máster en Asuntos Internacionales por Sciences Po Paris, y Alejandro Quecedo, seleccionado por la UNESCO para formar parte del grupo directivo que establecerá la red global de jóvenes y acción climática, YoU-CAN. Ambos coincidieron, representando a Francia y España respectivamente, en la primera Cumbre de la Juventud sobre el Clima, auspiciada por la ONU en 2019.

Los jóvenes, ha añadido Rodríguez de la Fuente, han ido asumiendo un rol cada vez mayor porque ellos van a afrontar “las consecuencias de lo que los mayores hemos estado haciendo. Por eso tienen que tener voz, porque tienen que lidiar con las consecuencias”.

Voz en foros relevantes como la Cumbre de la Juventud, que Girschig y Quecedo critican por insuficiente. Fue apenas simbólica, ni siquiera se les dio la oportunidad de “lanzar una declaración mundial de la juventud porque fue demasiado corta”, lamenta el primero; en cualquier caso, opina el segundo, no sólo los jóvenes, “toda la sociedad civil tiene que participar en las cumbres climáticas. “La crisis climática demuele el tabú de que la sociedad no está preparada para participar en estas decisiones, tenemos la misma preparación que nuestros políticos, y nuestros científicos tienen más preparación que ellos. Es la ocasión perfecta para compartir foro, las élites que implementan el cambio y las gentes que están pidiendo el cambio.” Para ellos, el problema climático vincula las cuestiones sanitarias, sociales, económicas, de justicia… Por eso, implicarse en el activismo climático es tanto como luchar por un presente mejor, pero también por garantizarnos un futuro.

Las razones de un fracaso

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? “Hemos conseguido emanciparnos de nuestro entorno”, lamenta Alejandro. Lo único que importa es el consumo, la producción, y ahora somos capaces de destruir sistemáticamente la naturaleza. “No somos conscientes de la sangre que llevamos en el bolsillo, o de los bosques que se están quemando.” Denunció la avaricia de Occidente, nuestra inconsciencia, pero también la alienación que nos cierra el paso del pensamiento crítico, cambiar un sistema que está costando la vida de mucha gente. “Por primera vez tenemos la oportunidad de afrontar el problema de forma consciente. Sabemos que está fallando el sistema económico, el sistema social”, apuntó. “Tenemos que afrontar el cambio climático de manera urgente, y la tecnología tiene soluciones.”

Lo cierto, es ahora Côme Girsigh quien habla, que “sabemos perfectamente qué es lo que hay que hacer. Lo sabemos desde hace 50 años. El motivo por el que no hemos conseguido actuar es una construcción política deficiente que empuja a los responsables políticos a desconectarse de la realidad del terreno.” En su opinión, necesitamos devolver competencias a los gestores locales.

Ambos tienen la certeza de que estamos adentrándonos en un momento de cambio histórico, y en ese camino, la pandemia es un punto de no retorno. Puede producirse lo que Girsigh llama “una bifurcación”. Los dos inviernos anteriores a la Revolución Francesa hubo un cambio climático puntual pero muy fuerte que provocó una hambruna, explicó; no fue la única causa, pero sí fue un detonador. “La crisis del COVID puede ser un detonante que puede provocar esa bifurcación, porque la gente está agotada desde el punto de vista financiero, moral, mental, y todo esto, para lo mejor y para lo peor, quizá nos vuelva capaces de generar esa Revolución, espero que no sea tan violenta como la francesa, pero es obvio que las mentes se preparan para una bifurcación histórica”.

Si él tuviera que resumir todos los problemas que nos afectan en un concepto, “diría que hay que crear más vínculos, reapropiarse de la realidad, estar más conectados con todo lo que nos constituye”. También el vínculo generacional. “Seguimos sin saber cómo la especie animal humana puede integrarse en la naturaleza. Es una cuestión técnica pero también filosófica.”

Es, defiende Quecedo, “un imperativo ético”. La crisis climática “es el paradigma perfecto en el cual podemos hacer justicia social”, tendríamos que “sentir la responsabilidad de hacer algo”. Sin embargo, hay gente que aún no se siente interpelada. “El discurso que se está utilizando es erróneo, vamos al cliché de los osos polares, del Ártico, de la subida del nivel del mar… La realidad es mucho más preocupante. Algunas teorías psicológicas que dicen que no debemos hablar del cambio climático como si no tuviera solución, porque eso lleva a la inacción.” 

La importancia de Greta Thumberg…

Odile Rodríguez de la Fuente preguntó a Alejandro y Côme por la activista sueca y su aportación a esta lucha. “Cuando hablamos de juventud, lo primero que se nos viene a la cabeza es Greta”, admitió Quecedo, quien pidió que miremos no solamente a la persona, sino a lo que hay detrás. “Y detrás de Greta está un think tank de capitalismo verde de Suecia”. En su opinión, “tenemos que emanciparnos del discurso de Greta”, porque es un mensaje fácil de transmitir, “que gusta mucho a los medios de comunicación”, pero que nos induce a una “inacción activa”. Una idea esta en la que coincide Girschig: aunque ha sido un discurso fundamental, hay que salir de él porque es “limitado”, repite el diagnóstico, pero no propone soluciones.

… y lo que pasará si gana Trump

“Que ese personaje siga negando la evidencia del cambio climático, tendrá consecuencias catastróficas”, aseguró el participante español; “Sería un inmenso desastre”, remató el francés.

“Poder escuchar a estos dos jóvenes me ha llenado de esperanza”, aseguró al cierre Odile Rodríguez de la Fuente. “No son tan fácilmente manipulables como quizá éramos nosotros.” Tras insistir en que vivimos un momento histórico, aseguró que todo va a depender de lo que hagamos en los próximos 10-15 años. “Es la mejor oportunidad para reinventarnos, para redefinir cómo queremos ser, cómo queremos que sea el sistema, entender nuestro lugar en la existencia.”

El acto se enmarcaba en la celebración del 17º Prix Diálogo, concedido a María del Carmen Domínguez, glacióloga, y Valérie Masson-Delmotte, paleoclimatóloga. La entrega del galardón se celebrará el próximo 26 de noviembre.

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