El colectivo ecologista del Alto Segura apoya que el Ministerio busque estabilizar el volumen trasvasado "para evitar la apertura de pozos de sequía", aunque critica que la regla propuesta "no se anticipa ni a los nuevos caudales ecológicos ni a la tubería manchega"
Las reacciones sobre las nuevas reglas de explotación del Trasvase Tajo-Segura, aprobadas a principios de esta semana por el Consejo Nacional del Agua, no paran de sucederse. Frente al rechazo frontal mostrado por los regantes del trasvase y el gobierno 'popular' de la Región de Murcia, se sitúa la celebración de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, considerando en ambos casos que las nuevas reglas marcarían el inicio del fin del Trasvase.
Sin embargo, algunos colectivos ecologistas advierten de la necesidad de "abordar este cambio de reglas con una visión más equilibrada, pero también crítica" -como señala Stefan Nolte, técnico de la Plataforma en Defensa de las Fuentes-. Y es que "las nuevas reglas no recortan el volumen trasvasado del Tajo al Segura, sino que lo estabilizan y le dan regularidad, por lo que ni los regantes tienen motivos para quejarse ni la Junta de Comunidades motivos para celebrar nada".
Según apuntan desde este colectivo representante del Alto Segura, la reducción del volumen trasvasado en Nivel 2 (de 38 hm³/mes a 27 hm³/mes) "no tiene un impacto sobre el total trasvasado, pues sirve para guardar agua en años húmedos y así disponer de ella los años secos, reduciendo a la mitad el tiempo que se pasa en Nivel 3 (excepcionalidad hidrológica) y Nivel 4 (trasvase cero)". Algo que consideran "en principio muy necesario, pero muy insuficiente" pues en dichos niveles se activan los pozos de sequía contra los que lucha esta organización.
En relación a la insuficiencia del cambio de reglas, destaca Nolte que "el CEDEX ha hecho sus estudios mirando al pasado, sin anticiparse a importantes cambios de demanda que se producirán en los próximos meses". Se refiere el técnico portavoz a los nuevos caudales ecológicos que se implantarán en el Tajo a partir de abril de 2022 "y que obligarán a subir el umbral intrasvasable del Sistema Entrepeñas-Buendía de los actuales 400 hm³ a unos 480 hm³", así como también a los 50 hm³ reservados para la tubería manchega "que el gobierno de Castilla-La Mancha espera poner en marcha a finales de este año, por lo que el volumen trasvasable al Segura se reducirá proporcionalmente". A medio plazo es previsible asimismo que el sur de Madrid haga uso de la reserva de 60 hm³ a captar en Colmenar de Oreja.
Critican desde la Plataforma en Defensa de las Fuentes que tanto regantes como el gobierno regional de la Región de Murcia "pongan trabas para retrasar la aprobación de las nuevas reglas", pues consideran que "cuanto antes implantemos una gestión prudente de los trasvases, menos traumática será la introducción de estas nuevas demandas en el Tajo y el Guadiana". Consideran que "los regantes son los máximos beneficiarios de este cambio de reglas, pero parecen anclados en la visión cortoplacista del problema" y advierten que el cambio climático y las nuevas demandas abocarán al cierre definitivo de la obra "mucho antes de lo que algunos piensan", por lo que recomiendan "acelerar la transición hídrica en la cuenca del Segura, por una mera cuestión de supervivencia".
