Las vías legales y seguras deben convertirse en una realidad

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Las vías legales y seguras deben convertirse en una realidad

Las organizaciones que, como Accem, trabajamos en el ámbito de las migraciones, las personas refugiadas y la defensa de los derechos humanos, llevamos años alzando la voz para pedir vías legales, reales y seguras para las personas refugiadas. Este año, con motivo del 20 de junio, Día Mundial de las Personas Refugiadas, queremos decir que estas vías existen, no son una abstracción, pero su habilitación efectiva depende de decisiones concretas y un compromiso con las personas en necesidad de protección internacional.

Hacer efectivas las vías seguras reduciría sensiblemente el sufrimiento asociado a la dureza y la peligrosidad de las rutas migratorias, que se cobran cada año miles de muertes y desapariciones. Hacer efectivas las vías seguras es multiplicar el número y procedencias de las personas acogidas a través del reasentamiento; es habilitar la posibilidad de solicitar asilo en las sedes diplomáticas; es aplicar la directiva europea de protección temporal en casos de emergencia humanitaria; es flexibilizar los requisitos para realizar la reagrupación familiar. Desde Accem reclamamos que las vías legales y seguras sean una realidad.

Este último año todo ha estado condicionado por la pandemia de la Covid-19. La reducción drástica de la movilidad internacional para las personas y el aumento de las medidas de control de fronteras han hecho aún más difícil el acceso a la protección internacional y el asilo. Mientras los conflictos no cesan, mientras las causas que originan el fenómeno del desplazamiento forzado no se alteran, se hace cada vez más complicada la posibilidad de escapar y llegar a un lugar seguro. No es únicamente más difícil: es también más peligroso. Los obstáculos a la migración obligan a las personas refugiadas y migrantes a tomar caminos cada vez más arriesgados, en los que aumenta la posibilidad de perder la vida. La ruta migratoria atlántica hacia las Islas Canarias y la ruta del Mediterráneo Central, ambas desde las costas de África, fueron las que provocaron más personas muertas y desaparecidas en 2020.

Por otra parte, junto a la habilitación urgente de vías seguras, se hace necesario reforzar el acceso al procedimiento de asilo. Es imprescindible asegurar la posibilidad de solicitar protección internacional a las personas que llegan a las mismas puertas de Europa. Y este acceso al procedimiento debe producirse con todas las garantías de un asesoramiento jurídico personalizado con la asistencia de un servicio de traducción e interpretación. Junto al acceso al asilo, deben disponerse los medios necesarios que permitan la detección, identificación y reconocimiento de vulnerabilidades en los flujos migratorios, situaciones que deben resolverse desde un enfoque de derechos humanos.

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