El trillano erizo rosa Espinete, nombrado portavoz el año pasado, ha explicado consternado que desde la Asociación de Municipios Ribereños de los Embalses de Entrepeñas y Buendía se arrepienten de la guerra que han dado. "El agua es un recurso comercial como pueda ser el petróleo y hay que aprovecharla donde más dinero genera".

El Silicon Valley del Agua, la tierra donde cada gota es aprovechada con eficiencia para generar riqueza a espuertas para sus vecinos y para todos los españoles, está de enhorabuena. La Asociación de Municipios Ribereños ha entrado en razón: "son guerreros del Cambio Climático, una lechuga murciana es más ecológica que todos esos incautos que defienden los caudales del Tajo, para que luego vaya y se pierda el agua en el mar o, peor, la aprovechen los portugueses".

Pero el milagro tiene nombre: Don't look the sea, No miren al mar, una comedia financiada por la Fundación Ingenio y protagonizada por Antonio Hidalgo, en la que dos científicos de la Universidad de Cartagena descubren una amenaza sin precedentes para el Mar Menor: el fin del Trasvase, lo que implicaría menos agua para disolver los tan necesarios nitratos que alimentan la economía mundial española murciana. "Son 34 millones de empleos directos e indirectos los que dependen del Trasvase".

La cinta, definida por el crítico de cine Andrés Trasado como "cine de verdad, de género español", puede verse en Filmin al módico precio de 13 euros.

Los Ribereños piden a la ministra Teresa Ribera que de marcha atrás con la modificación de las reglas del trasvase y han solicitado una reunión con el presidente López Miras a través de Teodoro García Egea para pedir perdón. "La historia pondrá a cada cual en su sitio", sentenció Espinete, que espera ansioso poder visitar los campos de lechugas en agosto junto a su amigo Don Pimpón para respirar aire limpio.