El modus operandi utilizado por los narcos que operan en los últimos tramos navegables del río Guadalete consiste en desplazarse hasta la desembocadura del río a bordo de lanchas neumáticas de 6 u 8 metros de eslora con uno o dos motores. En este punto se dirigen al encuentro de las conocidas como narcoembarcaciones o Embarcaciones de Alta Velocidad –EAV- que hacen las veces de nodriza las cuales, cargadas de grandes cantidades de sustancia estupefaciente, abastecen a las "gomas" que remontan río arriba para alijar en sus orillas mediante vehículos 4X4 o furgonetas, previamente sustraídos. Posteriormente trasladan la droga hasta lo que se conoce como “guarderías”, lugares donde se almacena hasta su distribución final por todo el territorio nacional así como otros países de la Unión Europea.
En este contexto, los investigadores establecieron un dispositivo de vigilancia en torno al río Guadalete, en la zona correspondiente a las inmediaciones de la barriada El Portal donde, según las averiguaciones realizadas, podrían haber alijado un cargamento de hachís en una finca. Los agentes desplegados en la zona observaron movimiento en el interior del inmueble, en el que dos varones permanecían en actitud de espera. Minutos más tarde, un vehículo todoterreno llegó al lugar y, junto a su conductor, comenzaron a descargar paquetes de grandes dimensiones de arpillera, de los utilizados comúnmente para transportar el hachís. Minutos más tarde, llegó un segundo vehículo también cargado con fardos, y continuaron con la descarga del estupefaciente en el interior de la finca.
Los policías accedieron al interior del inmueble localizando en su interior un total de 95 fardos de arpillera -algunos aún mojados- que contenían hachís y dos AK47 con tres cargadores municionados. Dos personas fueron finalmente detenidas. Las investigaciones continúan abiertas y no se descartan nuevos arrestos.
