La presunta parricida llamó al teléfono de emergencias para avisar

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Murcia, 5 ago (EFE).- La presunta parricida de su hija en un suceso ocurrido hoy en Murcia llamó al teléfono de emergencias 1-1-2 para pedir la presencia de un médico "no hablaba casi español y se le entendía muy mal", han informado fuentes del Centro de Coordinación de Emergencias de la Región.

Pasadas las 14,00 horas, una mujer extranjera ha matado en su vivienda de la avenida de La Fama, a su hija, que sufría alguna deficiencia.

Al llegar los agentes de la Policía Nacional a la casa, se han encontrado a la hija fallecida, y han solicitado la presencia de una Unidad Médica de Emergencias (UME), para trasladar a la madre que, al parecer, había ingerido algún tipo de sustancia tóxica, por lo que ha sido trasladada al hospital Reina Sofía, a pocos minutos del lugar.

Los vecinos del edificio de la avenida de la fama, de Murcia, donde ocurrieron los hechos se han mostrado sorprendidos, porque "es una mujer que defendía mucho a su hija cuando le preguntábamos si era normal" y nunca oyeron gritos o señales de malos tratos.

Araceli Gorreta, vecina del piso inferior al que habitaban solas la madre y la hija, con un perro de raza pitt bull, ha explicado a Efe, que la chica que tenía entre 18 y 20 años, "era muy bonica, gordica, tenía los ojos azules y siempre iba muy limpia y muy cuidada".

Ambas llegaron a vivir al piso de propiedad municipal, en el número 10 de la avenida de La Fama hace un año, y "era una buena madre, bajaba a la plaza con su hija, que andaba sola, de un lado al otro, de punta a punta, con la cabeza agachada y no hablaba", explicó a Efe la vecina.

La mujer, que según las declaraciones de la vecina era de un país del Este, bajaba también al perro y se sentaba en un banco. Sólo hablaba con las vecinas mayores, y cuando se le preguntaba si su hija era subnormal, 'le daba rabia' y la defendía mucho".

"No sabemos lo que le ha podido pasar", añadió Araceli Gorreta, que explicó que por la mañana salían las dos con un carro de la compra y regresaban después. "No sabemos si ella iba a trabajar y dejaba a la chica en algún colegio".

"No habían dado nunca escándalos, ni se oían gritos, ni tenía la chica marcas de ser maltratada", ha afirmado su vecina del piso de abajo, que explicó que estaban comiendo cuando oyeron las sirenas y "al asomarnos hemos visto a la policía y a los bomberos, pero no hemos oído ningún ruido raro".

Según esta mujer, "la pobre, a lo mejor, cuando se ha dado cuenta de lo que ha hecho ha llamado -al teléfono de emergencias 1-1-2- para avisar a un médico".

Araceli Gorreta ha añadido que ambas iban bien vestidas y limpias, "eran normales no eran indigentes".EFE

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