Blue Lady, la pieza más crucial de la coreógrafa Carolyn Carlson, con música de René Aubry, por fin llega a Murcia

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La revisión que la estadounidense ha hecho de esta obra, mañana en el Victor Villegas

Blue Lady, la pieza más crucial de la coreógrafa Carolyn Carlson, con música de René Aubry, por fin llega a Murcia

Blue Lady Revisited, una de las piezas más esperadas de la programación de Danza del Auditorio Regional Víctor Villegas de Murcia, creada en 1983 por la mítica Carolyn Carlson e interpretada hoy en día por el finlandés Tero Saarinen, podrá verse mañana martes 30 de octubre a las 20:00 horas. Las entradas para este reencuentro con una pieza que causó sensación en su día y que vuelve renovada con toda su fuerza cuestan entre 15 y 20 Euros.

Ya hacía años que Carolyn Carlson tenía pensado reponer Blue Lady, un tipo de proyecto que no suele darse en su carrera. Como coreógrafa poco inclinada a volver a explorar su repertorio, hasta ahora sólo había confiado uno de sus solos, Density 21,5, a los bailarines Michaël Denard y Jean-Christophe Paré de la Ópera de París. Blue Lady se estrenó el 11 de octubre de 1983 en el teatro de La Fenice de Venecia, donde causó sensación. Se interpretó ininterrumpidamente a lo largo de diez años alrededor del mundo y marcó la eclosión del gran talento creativo e interpretativo de Carlson, que con esta pieza consiguió la madurez artística y consiguió una remarcable riqueza de movimiento. Sobre el escenario, la música de René Aubry, las enormes persianas venecianas, un árbol y un remolino de ropas y sombreros crean el marco poético de una danza fastuosa.

Blue Lady es una obra esencial en la trayectoria de la bailarina y coreógrafa estadounidense, que concibió durante la época en que dirigía la Fenice de Venecia. Se trata de un solo de honda carga emocional que surgió cuando ésta se hallaba en estado de gestación de su primer y único hijo (hoy un joven compositor de 28 años). Con la sensibilidad a flor de piel, a la joven y ya famosa Carolyn se salió una obra universalista y hermosa, que paseó durante dos lustros por medio mundo pero jamás llegó a interpretar en España.

Por fin, salda esa deuda con nuestro país, solo que delegando en otro la ejecución. ¿Por qué? Ella misma lo explica, desde su cuartel general del Centre Chorégraphique National de Roubaix Nord-Pas de Calais (Francia), donde reside y trabaja desde 2004. "Hace años que barajaba la idea de revisitar esta obra. No es algo que haya hecho a menudo; tan sólo en una ocasión anterior, con 'Density 21,5'. Pero Blue Lady es muy especial para mí. Por otro lado, no quería que fuera una revisión mimética, tratando de calcar el original. De ahí que se titule Blue Lady Revisited".

Blue Lady Revisited comparte con la Blue Lady primigenia el hecho de que se trata de un solo de algo más de una hora, con música de su esposo, René Aubry, y una puesta de escena que incluye inmensas persianas, un árbol y numerosas faldas y sombreros. Con todo ello el ejecutante esboza una galería de retratos femeninos que abarca el espacio de una vida. Pero la versión de 2010 no tiene como intérprete a la propia autora, que ya peina canas, sino a un grande del ballet escandinavo, Tero Saarinen, para el cual Carlson ha inventado anteriormente tres solos.

"No quería una bailarina al uso para revisar esta pieza. Resultaba demasiado obvio. Además, Blue Lady trata de arquetipos de ser humano: alegría, tristeza, mística, amor", señala Carlson. "Así que, ¿por qué no un hombre? Además, Tero es perfecto por su carisma, su presencia escénica y su imagen un poco andrógina. Ha estudiado el Butho en Japón y tiene una facilidad enorme para interpretar personajes femeninos. Siempre me ha fascinado la cultura nipona: el budismo, la caligrafía, la filosofía... En mi alma, soy un poco japonesa. En esta obra veo a Tero como un 'onnagata', esos actores masculinos travestido para interpretar papeles femeninos en el teatro kabuki tradicional. Posee una ambivalencia muy expresiva que resulta ideal para Blue Lady".

La autora conoció a su intérprete favorito cuando pasó una temporada trabajando en el Teatro de la Ciudad de Helsinki. Poeta y pintora, además de bailarina y coreógrafa –sus fans no deberían perderse el libro Solo, poèmes et encres, que mezcla versos y dibujos a tinta–, Carolyn Carlson se define a sí misma como una mujer inquieta y viajera, que ha trabajado en California, Nueva York, París, Venecia, Helsinki, Estocolmo y hoy lo hace en Roubaix, frontera norteña de Francia con Bélgica, porque le han dado una residencia, una escuela, un bonito teatro y todas las facilidades para dirigir una compañía de danza y producir espectáculos.

Blue Lady fue su obra más crucial, esa que dicen que, en 1983, le cambió la forma de ver el mundo. ¿Cómo lo ve en 2010? "Me preocupa la ecología y ese conflicto en Oriente Medio que no tiene sentido", comenta. "Pero, en lo esencial, sigo siendo soñadora y optimista".

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