Una investigación de la Universidad de Murcia consigue que se aplique el Protocolo de Prevención de Mutilación de la Región, pese a existir desde 2017

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Una investigación de la Universidad de Murcia consigue que se aplique el Protocolo de Prevención de Mutilación de la Región, pese a existir desde 2017

Existe un infra-registro en la historia clínica de las mujeres que dieron a luz en el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca (HCUVA) y que podrían haber sufrido ablación entre 2012 y 2015, según los estudios de la doctora Laura Gombau Giménez.

La investigación parte de la premisa de detectar cuáles son las consecuencias en el parto (obstétrico-ginecológicas) en mujeres procedentes de países en riesgo de ablación y las compara con las sufridas por mujeres españolas. Ya que, según Gombau, "existe una relación, probablemente causal, en cuanto a un mayor riesgo de resultados obstétricos adversos (problemas en embarazo y parto) en mujeres que han sufrido mutilación y las que no".

De las 245 mujeres de la muestra, 89 podrían estar mutiladas

Sin embargo, Gombau Giménez se encuentra con que en el registro hospitalario solamente había constancia de un caso de ablación en el periodo entre 2012 y 2015. Por ello, realiza una estimación estadística para saber cuántas de las 245 mujeres subsaharianas de su muestra podrían haber sufrido esta práctica. "Cogemos a las mujeres de nuestra muestra y en base a la prevalencia de mutilación que hay en sus países de origen, según publica UNICEF en 2016, se calcula la probabilidad. El resultado fue llamativo, esa probabilidad estadística nos decía que de las 245 mujeres de mi muestra, 89 podrían estar mutiladas", afirma Laura Gombau.

A partir de estos datos, concluye que es necesaria la creación de un mapa regional de mujeres y niñas mutiladas genitalmente y en riesgo, para poder aplicar el Protocolo de Prevención de MGF (Mutilación Genital Femenina), que ya existe en la Región desde 2017.

Registro hospitalario y mapa regional

Existe un protocolo a nivel estatal de actuación y prevención de la mutilación genital femenina desde 2015. Además, la Región tiene el suyo propio desde 2017, pero Gombau se pregunta: "¿Cómo es posible que solo haya registrado un caso?", para continuar diciendo que "el principal problema es que no exista una zona exacta en la historia clínica donde poder reflejar que la mujer está mutilada, y eso dificulta enormemente la detección de nuevos casos. El protocolo está, pero no se puede aplicar si no se tiene un mapa previo de mujeres mutiladas en la Región y de niñas en riesgo".

La experta propone una solución a través de la creación de un campo en la historia clínica de las mujeres en riesgo (de ablación) donde quede reflejado si ha sido mutilada o no, para evitar el infra-registro. Actualmente, la propuesta ya ha sido aprobada, y se ha consensuado incluir un indicador "Mutilación de genitales (Sí/No)" para detectar casos de mutilación genital materna y, así, activar el protocolo de prevención de mutilación en su hija.

Además, la docente de la UMU incide en la urgencia de formar al personal sanitario, ya que "es necesario que los profesionales estén, no sólo sensibilizados con este tema, sino formados mediante la adquisición de competencias culturales, para que sean capaces de actuar de forma sistematizada y protocolizada, informando, ante todo, de los riesgos para la salud que desencadena esta práctica, mediante un abordaje multidisciplinar con pautas estandarizadas de actuación, centradas fundamentalmente en la prevención".

Para la investigadora también es importante establecer la etnia en ese registro: "Una de las claves, lo que nos va a decir si es una mujer de riesgo (mutilada) o no, es la etnia de la que procede. No todas las etnias que están dentro de un país de riesgo la practican. Si dentro de la historia clínica la incluimos, nos va a decir si hay mayor riesgo o no. Y en base a todo eso poder elaborar el mapa regional", concluye.

Complicaciones obstétrico-ginecológicas

"Las complicaciones que prevalecen en las mujeres subsaharianas de mi muestra coinciden con las que suelen ocurrir en mujeres mutiladas", afirma la doctora en Enfermería. A pesar de que la probabilidad estadística dice que 89 mujeres de la muestra podrían estar mutiladas, Gombau Giménez sólo puede afirmar que hay una según el registro existente. Por tanto, se limita a ver las complicaciones en embarazo y parto (de las posibles mutiladas): cesáreas intraparto y urgentes; desgarros de segundo y tercer grado y episiotomías en un mismo parto; hemorragias intensas y mayor retención placentaria.

Además, resalta que "los únicos tres casos que detectamos de feto muerto intraútero correspondieron a mujeres subsaharianas, y esta complicación suele coincidir con mujeres mutiladas, donde el feto fallece dentro de la madre antes de dar a luz, debido a la obstaculización del canal del parto provocado por el queloide (bulto en la piel por mala cicatrización) que suele quedar como consecuencia de una mala cicatrización tras la mutilación".

Metodología y situación actual

Para realizar el análisis comparativo se coge a las 245 mujeres que habían dado a luz en el hospital murciano en un período concreto (2012-2015), provenientes de países subsaharianos que, según UNICEF, tienen altos índices de sufrir ablación. "Las 245 mujeres subsaharianas de nuestro estudio pertenecían a 15 de los 27 países declarados de riesgo de ablación (A/MGF), predominantemente Nigeria, Senegal y Mali", aclara Gombau.

De las mujeres españolas se seleccionó a 490 de un total de 18225. Así, Laura Gombau afirma que "para darle más peso estadístico y hacer una muestra de estudio comparativo más homogéneo, se decide comparar 2 mujeres españolas por cada mujer subsahariana, en base a la edad y número de gestaciones". El intervalo de edad está entre los 18 y los 44 años, con una media de 31 años.

Este estudio de la UMU pertenece a la tesis de Laura Gombau 'Complicaciones Obstétrico-Ginecológicas en Mujeres Procedentes de Países de Riesgo de Ablación/Mutilación Genital Femenina: Estudio Comparativo', dirigido por Pilar Almansa e Ismael Jiménez. Gombau explica que "a raíz de comunicarle a la Arrixaca los resultados de la tesis, y de proponerles añadir un campo en los formularios obstétricos de la Historia Clínica de toda mujer que pasara por nuestro hospital, donde se pudiera especificar el estado de los genitales externos, aplaudió la idea y la propuso a los Servicios Centrales haciéndolo extensible al resto de hospitales con atención perinatal de la Región".

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