Los conocimientos de los agricultores abarcan un amplio espectro de conocimientos, una cultura que abarca desde los más antiguos procedimientos hasta los más avanzados elementos tecnológicos. La sabiduría de estos expertos incluye las fechas de siembra y recolección, los ciclos para la cría, conocimiento de mecánica, máquinas útiles para el trabajo…

Concretamente, en relación a la maquinaria agrícola, deberá poseer la más amplia información de la que se necesita para trabajos como la trasformación primaria del suelo, la aplicación de fitosanitarios y, especialmente, para la siembra directa del cereal. Para este último apartado, si se quiere acceder a más información sobre las sembradoras neumáticas de cereal, os dejamos el siguiente enlace: https://www.larrosa-arnal.com/productos/sembradoras-neumaticas/

Posiblemente el consumidor medio desconozca los muchos tipos de trigo existentes, sin embargo, para el agricultor saber de su existencia es obligado. Este profesional debe estar capacitado para reconocer cuál de todos ellos es el más productivo y, por tanto, el más rentable. En este sentido, cabe hacer una primera distinción según dos aspectos fundamentales, la dotación genética y el ciclo de cultivo.

La dotación genética

Según este primer parámetro se presentarán el Trigo Duro, por un lado, y el Trigo Blando, por otro. El duro presenta una dotación genética tetraploide y es utilizado de forma habitual para hacer pasta. El blando ofreceré un aspecto genético hexaploide y es el utilizado en mayor proporción, fundamentalmente para hacer harina de pan y pienso.

El ciclo de cultivo

Este otro tipo se divide entre los trigos de invierno y los de primavera, que no necesitan de vernalización. Como cabe suponer se siembran en esta estación y se cosecha después de 5 o 6 meses. El de invierno se siembra en otoño y se recoge alrededor de 8 o 10 meses más tarde.

El informe GENVCE sobre las variedades de trigo

Periódicamente, el grupo de expertos integrado por técnicos de Centros e Institutos de Investigación de las Comunidades Autónomas llevan a cabo un informe bajo el nombre GENVCE (Grupo para la Evaluación de Nuevas Variedades de Cultivos Extensivos en España), que ofrece una perspectiva profesional de los trigos con más calidad.

Para llevar a cabo este estudio se miden parámetros como el contenido de proteína, la fuerza harinera, la relación tenacidad (P) y la extensibilidad (L), índice de caída, degradación proteolítica, humedad, peso específico, impurezas, vitrosidad, contenidos en cenizas, número de granos, resistencia a plagas…

Según este protocolo, las variedades más productivas en trigo blando de invierno siguen siendo las que en años anteriores ofrecieron mejores resultados. La primera de todas, un año más, es la variante Marcopolo, con una capacidad sobresaliente para ofrecer buenos resultados tanto en climas fríos como templados.

Le siguen en la lista de los mejores tipos de trigo del ciclo productivo invierno los de RGT Solferino, RGT Paisano, Taquet, LG Filosofo y Mufasa. En cuanto a los reseñables para primavera, cabe destacar como la más variedad más productiva el tipo Macarerno, seguida de Lagasca, Nogal y LG Arroa.

En cuanto al trigo duro, el más recomendable por ser especialmente productivo es el tipo anvergur, destacando claramente por encima de cualquier otro.