“La Educación es cosa del corazón”
(San Juan Bosco)
El verano va quedando atrás y los pasillos de los centros vuelven a llenarse de vida. El silencio que habitó el aula durante los meses cálidos del estío, se transforma en murmullo, en risas, en pasos apresurados. Las mesas, que aguardaban inmóviles, ya tienen dueño; la pizarra vuelve a llenarse de palabras nuevas. Todo late, todo vibra: comienza un nuevo Curso.
Cada inicio es un regalo. Septiembre nos invita a estrenar ilusiones, a contemplar a cada alumno como si fuera la primera vez, a sembrar futuro con paciencia y esperanza. El curso 2025/26 abre sus puertas y, con ellas, abre también la promesa de que siempre es posible volver a empezar.
El valor de comenzar
Comenzar no es volver a lo de antes: es abrir camino hacia lo nuevo. El inicio del Curso no es solo regresar a rutinas, sino activar un latido colectivo. Cada rostro que entra en el aula es una historia por descubrir, un reto por acompañar, un sueño por alentar.
Los docentes lo sabemos bien, pues no enseñamos únicamente contenidos, sino maneras de convivir, de pensar, de crecer. Esa siembra invisible es la que hace que septiembre sea tan especial: un mes que nos recuerda que la Educación está siempre repleta de esperanza.
Los retos que acompañan
Junto a la ilusión, también llegan los desafíos. Este curso nos invita a seguir caminando hacia una Educación más justa y humana. Y quiero destacar lo que ANPE nos indica al respecto, pues son metas claras y necesarias: reducir la burocracia; garantizar estabilidad laboral y la continuidad en las plantillas; ofrecer recursos reales para atender la diversidad; de cuidar la salud y el bienestar de quienes sostienen día a día las aulas…
No son obstáculos, sino objetivos compartidos. Recordatorios de que la Escuela no puede construirse sola, sino que necesita apoyo firme de todos para seguir siendo el corazón de la sociedad. Y recordando lo que nos decía San José de Calasanz, creador de la Escuela Pública, "Para enseñar a los niños se necesita amor y firmeza".
Mirar hacia adelante
Cada Curso es una nueva aventura. Este 2025/26 nos plantea metas que iluminan el camino: despertar la pasión por aprender, fomentar la convivencia, formar ciudadanos críticos y solidarios... Son grandes desafíos, pero no imposibles, porque tras cada meta hay un Docente que cree, que acompaña y que transforma.
Un inicio para celebrar
El inicio del nuevo Curso no solo significa abrir libros y cuadernos: abrimos también caminos y esperanzas. El aula late de nuevo, y con ella, late nuestra vocación.
Que este curso sea un año de aprendizajes compartidos, de ilusiones cumplidas, de pasos firmes hacia la escuela que soñamos. Y que cada timbre, cada sonrisa, cada palabra nos recuerde que elegimos esta profesión porque creemos en ella.
"Educar la mente sin educar el corazón
no es educar en absoluto"
(Aristóteles)
¡Feliz Curso 2025/26, compañeros Docentes!
