No merece la pena que nos metamos en cuestiones de si hay que aplicar o no la ley porque sabemos de sobra que nuestra derecha caciquil murciana, la garante de la ley y del orden, aplica la ley que le conviene, la que le da la gana, que por eso este cortijo es suyo.

No hablemos tampoco de la argumentación, de sobra contrastada, que no han sido capaces de refutar porque, sencillamente, cuando hay papeles de por medio, no se puede refutar. Hay cantidad de material suficiente como para saber de sobra que nuestro “héroe” consumado no era un franquista, no, era un GOLPISTA con todas las letras.

No les es suficiente con la cantidad de autores que hablan de su papel en la conspiración del golpe del 36, en la compra de armas, en servir de embajador de la conspiración ante la Italia fascista y la Alemania nazi, en el sabotaje también de la gestión de armas para la República. No, porque estos autores (Paul Preston, Ian Gibson, Enrique Moradiellos, Ángel Viñas, Francisco Espinosa, Fernando Hernández, etc.) son simplemente una panda de rojos al servicio de oscuros intereses que lo único que saben hacer es molestar a la tranquila ignorancia murciana.

No les vale que algunos de los suyos, nada que ver con la intoxicada moralidad y maldad de los anteriores, escribieran memorias comprometidas para nuestro “héroe”. Como Adolfo Roldán Villén (publicado en la Real Academia de la Historia), como el diplomático barcelonés Francisco Serrat y Bonastre, que fue titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (después Ministerio de Asuntos Exteriores) durante la guerra con Franco, o el diplomático Douglas Francis Jerrold, uno de los tertulianos filofascista en reuniones participadas por conservadores furibundos pro nazis, en la que destacaban también españoles de bien, como el marqués del Moral, el duque de Alba o el propio de la Cierva. O las declaraciones de su propio sobrino, historiador franquista y Ministro de cultura con la UCD en la transición, en un documental (que curiosamente hay maniobras dudosas para retirarlas de las redes) se jactaba de que su tío había hecho un gran servicio a la causa golpista favoreciendo la adquisición del avión Dragón Rapide (cosa curiosa es que la familia actual viviente quiera desmerecer este hecho, alegando la ignorancia de nuestro “héroe”).

No les vale nada, sigue nuestra derecha caciquil dando la tabarra. Son capaces de hacer el ridículo queriendo desmentir todo aquello que sólo se puede desmentir con documentación -rateando archivos e investigando y dando más luz si cabe a lo ya conocido- recurriendo a profesores, incluso, que no tienen que ver con la rama propia del estudio. Nos gustaría saber cuánto dinero público está invirtiendo el Gobierno Regional en esta “patochada”.

Ahora se dedican a perder tiempo de la gestión pública con mociones a los ayuntamientos para que insten al gobierno a retomar el nombre de nuestro “héroe” para el aeropuerto de Corvera. Aquí parece que se está asumiendo -con la boca algo estrecha- la certeza de su participación en el golpe, algunos argumentando que todos tenemos momentos malos y momentos buenos y que debemos resaltar los buenos si éstos han supuesto una mejora para la humanidad, otros no ven con malos ojos el golpe de Estado del 36, otros se limitan a decir que hay que cumplir la ley, a otros les da igual. Todo esto demuestra la podredumbre intelectual de nuestros políticos, la ignorancia consentida y promocionada desde ciertas Instituciones, y la cómoda ignorancia también de los que se sienten a gusto no queriendo saber más, porque esto sería complicarse inútilmente la vida y ¿para qué?

Es curioso, nadie habla de la dignidad de los pueblos, de las ciudades, de las regiones, de las naciones. NADIE dentro de esta derecha cavernaria. Y hay que preguntarse si nuestro personaje, además de héroe, hubiera sido un maltratador, un violador, un pederasta o un asesino en serie, si estaríamos todavía planteándonos la cuestión de llevar su nombre al aeropuerto de la Región de Murcia. Es poco imaginable. Pero si se trata de un golpista, con las consecuencias que esto produjo (cientos de miles de muertos en la guerra de España del 36, medio millón de exiliados, más de cien mil represaliados cuyos cuerpos no han aparecido todavía, la ruina de la cultura y la educación, la depuración de miles de funcionarios -maestros de escuela sobre todo, muchos de ellos fusilados-, el retraso de décadas en la ciencia y en la investigación, la ruina absoluta de la economía y del país,) tumbando un régimen democrático para pasar a una dictadura criminal que duró cerca de 40 años, todo eso es perdonable, es que todos tenemos pasados turbios y no por eso hay que empañarlo todo de suciedad. No parece una reflexión muy digna, pero eso da igual.

Entonces ¿por qué ese empeño de la derecha caciquil y cortijera? Pues sencillamente, porque este es su cortijo y no van a venir unos rojos de mierda para decirles lo que tienen que hacer, aunque sea lo más razonable, lo más digno, lo más decente. No importa, la razón de la sinrazón de su razonamiento es hacer lo que les da la gana, sin importar si es legal o no, si es ignominioso o no. Es su cortijo, así lo entienden.