"Los planes de empleo de la discordia"

Autor:

Por José Antonio Carbonell

Según el director general del Sepe, Juan Bosco del Alba, el director de la oficina, Pedro Soriano y el coordinador de la UPD, José Manuel Pérez Rivera, han advertido que el número de alegaciones hasta ahora, ni más ni menos que 898 contra el listado publicado del plan de empleo, es inferior al de otros años.

Parece ser que la única preocupación de estos señores es que el número sea inferior al de años anteriores, denotando en sus palabras una falta absoluta de humanidad, ya que ni por un momento muestran la más mínima empatía por todas y cada una de estas familias que, no tienen nada y que su única tabla de salvación es el optar a un empleo, para así poder cubrir las nesecidades más básicas.

Una de tantas personas excluidas, no tuvo más remedio que interponer una reclamación para que le explicaran el motivo por el cual no aparecía en esa ansiada lista en la que aparecen los más afortunados. Se limitaron a poner su nombre al lado de un 3,9. A día de hoy y tras solicitar la respuesta lógica y convincente, nadie es capaz de darle una respuesta. 

Detrás de esa negativa a optar a un trabajo, hay cuatro personas. El padre padece una enfermedad grave, lo cual le impide trabajar, dos hijas que ven con sus propios ojos que la vida no los trata bien y una madre que, encontrándose en edad de trabajar y con sobradas ganas, se topa con la cruda realidad de no realizar el sueño de ofrecer a su familia un mundo mejor y poder demostrar a sus hijas que, jamás hay que rendirse y que la esperanza es lo que nunca hay que perder. 

Ahora se enfrentan a un deshaucio porque no tienen con qué pagar. 

Malviven y consiguen comer porque sus vecinos les ofrecen ayuda. 

Habría que preguntarse cuál es el objetivo de los Planes de Empleo. Considerando que en Ceuta existen muchas personas con necesidades importantes, se les debería dar la oportunidad de trabajar. Ofreciéndoles una perspectiva diferente del cruel mundo en el que viven. Tendiéndoles la mano, ayudando a que sus vidas mejorasen. Sólo hace falta un poco de ganas por parte de la Administración ya que, parece ser que es ésta la que elige deliberadamente quien saca los pies del plato. 

Esas personas que carecen de estudios y formación, pero que son trabajadoras y honradas, necesitan que alguien les tienda la mano y les brinde una oportunidad de presente y de futuro, ya que llevan muchos años olvidados por todos, pareciendo no importarles a nadie y padeciendo las dificultades de no encontrar un trabajo que les haga sentirse importantes dentro de su ámbito familiar y poder transmitir a sus hijos un mensaje de esperanza en esta vida, a veces tan injusta para muchos. 

José Antonio Carbonell 

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