La pasión por estar al día con la última tecnología de muchísimos ceutíes, desechando antes de tiempo sus teléfonos móviles, tabletas u ordenadores, son dos de las principales causas de la creciente generación de residuos electrónicos en nuestra ciudad.

Una forma de hacer frente a este problema sería reciclar los viejos dispositivos, que están compuestos por diferentes materiales, muchos de ellos valorizables, como son los plásticos.

En 2016 se generó en todo el planeta más de 44 millones de toneladas de residuos eléctricos, según un informe de la universidad de las Naciones Unidas, este tipo de desechos incluye un amplio abanico, tales como teléfonos, consolas refrigeradores, televisores,  etc.

La gestión de estos residuos la regula el Real Decreto 110/2015 de febrero, donde se traslada el marco legal español donde las directivas europeas pretenden fomentar la economía circular. La característica de esta normativa es la exigencia de una clara separación de los siete grupos que se encuentran definidos, donde generan una gran necesidad de espacio para poder ser tratados.

Algunas de las muchas preocupaciones que en nuestra ciudad deberíamos tener es el modo o método con el que la administración gestiona este tema, qué tipo de contenedores hay para depositar estos residuos, de qué manera están distribuidos y debido al espacio que necesitan dónde están asentados, con cuántos puntos limpios cuenta la ciudad para tal menester y en qué lugar están instalados. 

 José Antonio Carbonell