"El prejuicio es hijo de la ignorancia"

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El pabellón La Libertad ocupa actualmente a 155 personas en su amplia mayoría inmigrantes adultos y transfronterizos que, quedaron bloqueados en la ciudad, mientras vecinos de barriadas próximas a estas instalaciones demuestran su cansancio y hastío con esta situación, agentes de la Policía Nacional efectuaron este miércoles un registro en el polideportivo Santa Amelia, el cual acoge en la actualidad a 115 menores recogidos de las calles tras dictarse el estado de alarma. En un registro llevado a cabo con la intención de velar por la seguridad de los allí presentes, se encontraron restos de literas destrozadas con el fin de utilizarse como armas arrojadizas.

En un panorama tan desolador como éste donde hay dos partes afectadas, por un lado los vecinos  cansados de los ruidos y de las peleas continuas, donde el día a día se les hace cuesta arriba debido a que esta situación les está trastocando sus vidas y contemplan que los que tendrían que resolver esta problemática solo saben tirar balones fuera, consintiendo que un problema tan grave como este pueda desembocar en otros mayores. Todo esto debido a que tanto Delegación del Gobierno como la Ciudad se lavan las manos. Todo esto no hubiese sucedido si antes de meter a todas estas personas en estos pabellones se hubiera contado con una debida coordinación y cooperación por parte de las dos administraciones, contado con los medios disponibles y haber estudiado previamente cuál hubiese sido el lugar más idóneo para que estas personas permaneciesen confinadas y sin crear ninguna molestia a nadie. Si se hubiese realizado un pequeño estudio antes, todas estas personas estarían ahora mismo bien atendidas, tendrían infraestructuras dotadas con lo más básico, se tendrían unos protocolos de actuación para convivencia en espacios reducidos para evitar contagios, además de contar con un servicio de seguridad permanente.

La otra parte afectada, sin duda son esas mismas personas que se encuentran en estos dos pabellones, ya que ellos no tienen la culpa de verse en terreno de nadie. El gobierno de Marruecos no ha querido saber nada de estas personas y el nuestro tampoco. Los derechos humanos dónde están. Son personas que no han tenido la fortuna de tener un país que les ofrezca ni la más mínima oportunidad, por lo que huyeron en busca de algo mejor.

Habrá gente que piense que este problema no es de nuestra incumbencia, sobre todo lo pensarán vecinos de nuestra ciudad, creerán que habría que repatriarlos a su país, pero ahora ese no es el dilema, sino resolver esta situación dado que nos enfrentamos a una pandemia y ahora el problema es éste.

Hemos escuchado mucho estos días desde que estamos en casa que, a este virus solo lo vencerá la solidaridad y esto significa ponernos en la piel del otro, significa tener empatía hacia nuestros semejantes sin importarnos su color o país de origen. Éste es un problema de calado mundial y ahora más que nunca debemos permanecer más unidos que nunca, ayudándonos los unos a los otros, dejando a un lado todo lo que no sume para combatir a esta pandemia.

"Nuestra verdadera nacionalidad es la humanidad" Herbert George Wells

José Antonio Carbonell Buzzian

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