"Lo cotidiano en sí mismo es maravilloso"

Autor:

Por José Antonio Carbonell Buzzian

Tras un mes confinados en casa, habiendo tenido tiempo para pensar, nos damos cuenta de que aún nos falta mucho.

Sin clases presenciales, era el momento de demostrar nuestros recursos. Profesores que tendrían que reinventar una nueva enseñanza, a través de ordenadores. Niños que deberían comenzar su día sentados frente a un ordenador y estudiar de un modo desconocido hasta ahora para ellos. Sin recreos, sin pupitres, sin el profe mandando callar en el aula y sin expulsiones a Dirección por mala conducta. Esa nueva enseñanza llegó sin que nadie se lo esperara, sin preaviso.

Ante esta situación de emergencia sanitaria en la que pasados treinta días sin salir, seguimos con la incertidumbre de "hasta cuándo" debemos intentar normalizar en la medida de lo posible nuestras vidas, ya que esta situación ha venido para quedarse al menos algunos meses más.

Pero sabemos que ni todos los alumnos tienen en sus casas ordenadores o Internet, sabemos que hay personal docente que no se ha puesto al día en el mundo de la informática y que no saben trabajar de forma telemática.

Ayer escuchamos en la radio al presidente de la FAMPA (Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos) de Ceuta donde decía que desde esta federación creían que lo mejor era el aprobado generalizado, dar el curso por perdido ya que algunos profesores no manejan el teletrabajo.

Son algunas ciudades las que han optado por el aprobado general de todo el alumnado. Realmente no considero que esta sea la mejor alternativa debido a que son muchos los estudiantes que después de dos trimestres no están preparados. Por ejemplo pasar a un niño de sexto de primaria a la ESO sin tener los conocimientos, es perderlo. Por otro lado dar el curso por perdido es totalmente injusto y desmotivador para todos esos que se han esforzado durante el mismo.

La mayoría de los docentes están en contra de esto por lo que barajar otras posibilidades es totalmente necesario.

Las aulas suelen tener una media de entre 25 ó 30 alumnos, por lo que una buena elección sería la de hacer grupos de cinco alumnos para que cada día de la semana acudieran a los centros y que se les impartiese clase tal y como la conocemos. Son muchas las viviendas y alumnos que no disponen de Internet por lo que estudiar telemáticamente es inviable.

Sería un modo de seguir avanzando con las diferentes materias, realizar los exámenes convenientes y así el profesorado evaluarlos al final del trimestre.

Todo esto con el apoyo de la Administración. Autobuses para recoger a todos los niños y llevarlos de vuelta a casa, porque no podemos olvidar que una vez levantado el estado de alarma, habrá que impedir aglomeraciones de personas para evitar los contagios.  

Necesitamos volver a la normalidad cuanto antes porque lo cotidiano en sí mismo, es maravilloso.

José Antonio Carbonell Buzzian

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