Mensaje de Jose Antonio Galdón Ruiz, Presidente del COGITI

Autor:

20-04-2019

Mensaje de Jose Antonio Galdón Ruiz, Presidente del COGITI

Buenos días,

Comenzaré mi mensaje rindiendo un emotivo homenaje a toda la sociedad española por el extraordinario esfuerzo y la responsabilidad con la que estamos afrontando esta situación, y de forma muy especial a los familiares y amigos de todos los que hemos perdido por causa de esta pandemia, especialmente a nuestros compañeros, a los que traslado todo nuestro ánimo y cariño. Desgraciadamente, tanto en nuestra profesión como en el conjunto de la sociedad, el virus está siendo muy selectivo y se está ensañando con las personas mayores que no solo son nuestros referentes profesionales, sino que además nos han dejado la rica herencia en valores con los que hoy tenemos que enfrentarnos a esta situación, así que no podemos defraudarles.

Reconocimiento especial a todos los profesionales del sector sanitario que están arriesgando sus vidas para salvar las nuestras, y por supuesto, cómo no, a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, del sector agrario, del transporte, de los supermercados, y otros muchos servicios, que gracias a su profesionalidad y valentía, están manteniendo en marcha este país. 

Y entre todos ellos, es también de justicia, poner de relieve nuestra labor, la de los Ingenieros en general y los Ingenieros Técnicos Industriales, en particular, porque siempre estamos ahí pero nunca se nos ve. Las ucis y los quirófanos de los hospitales funcionan con seguridad, los nuevos hospitales e instalaciones provisionales se construyen, los servicios básicos y esenciales (energía, agua, alumbrado público, recogida de residuos, limpieza viaria, transportes públicos, telecomunicaciones, etc…) funcionan con total normalidad, y las industrias no solo siguen funcionando, sino adaptándose a los nuevos retos y demandas. Y todo ello sin olvidarnos del enorme esfuerzo y las extremas condiciones de seguridad que deben seguir nuestros compañeros que dirigen obras e instalaciones o ejercen de coordinadores, para todos ellos mi mayor felicitación y agradecimiento. 

Pero también quiero acordarme, cómo no, de todos aquellos que están atravesando circunstancias profesionales difíciles, por haber perdido el empleo, por haberse visto afectado por un ERTE o por ver cómo su actividad de ingeniería, industrial u otras han disminuido sustancialmente, sin duda son los que requieren mayores esfuerzos por parte de nuestra organización colegial. 

Esfuerzo que debe ser compartido también, con los jóvenes, con aquellos que están terminando sus estudios o que los acaban de terminar, que se enfrentan a un futuro incierto y con escasas oportunidades. A todos ellos hay que insuflarles la ilusión y confianza suficiente para que asuman la responsabilidad que les corresponde en esta sociedad, y no se aceptan ni quejas ni llantos. 

Porque nuestra profesión ha sido, es y seguirá siendo, una profesión esencial para el crecimiento, desarrollo e innovación de nuestra sociedad, y es por ello que debemos dar lo mejor de nosotros mismos, y desde el Consejo General y los 49 Colegios que lo forman tratamos de ofrecer las mejores herramientas competitivas a los más de 80.000 profesionales, que en situaciones como ésta, además, han de tener una visión especial. 

Es por ello que presentamos hoy el Plan “Ingenia el futuro”, que contiene de forma inicial 10 medidas extraordinarias que ya han venido aplicándose desde el comienzo de la crisis del COVID-19, pero que se irá ampliando con todas aquellas nuevas iniciativas que consideremos necesarias en función de la evolución de los acontecimientos. Estas medidas no son solo aplicables a colegiados, sino a empresas, estudiantes, otros ingenieros y resto de la sociedad, representando por tanto, nuestra especial contribución para cimentar de forma sólida el futuro inmediato, con acciones todas ellas, encaminadas a motivar la excelencia profesional, porque es el momento de ofrecer lo mejor de todos y cada uno de nosotros. 

Y como es normal, tendremos especialmente presente la solidaridad y ayuda con los que más lo necesitan, por lo que se trata también de un plan social que facilite el acceso a los múltiples servicios que se prestan desde los Colegios Profesionales. 

Sin entrar a profundizar en todas y cada una de las actuaciones que integran el Plan “Ingenia el futuro”, cuyas particularidades se pueden ver perfectamente explicadas en la página web del COGITI, sí que resaltaré las ayudas para la formación en los más de 200 cursos on-line, que son 100% gratuitas para los desempleados, afectados por ERTE o con situaciones económicas difíciles, y con descuentos del 50% para el resto de colegiados, empresas y entidades conveniadas, y todo ello, ha sido posible gracias a la enorme implicación de todos los agentes que forman la plataforma de formación, y especialmente los profesores a los que agradezco enormemente su confianza y solidaridad. (En un mes que lleva esta medida funcionando se han matriculado más de 2000 alumnos, casi 250.000 horas de formación, con un importe estimado en ayudas superior a los 200.000€). La gratuidad al 100% de la Acreditación DPC Ingenieros que lleva ya más de 500 nuevas solicitudes, el acceso gratuito durante 3 meses a software técnico y otras condiciones especiales (con casi mil descargas), el acceso gratuito al asesoramiento especializado para empleo, el curso profesional gratuito para estudiantes y recién titulados, además de toda la información, recomendaciones de actuación e interpretaciones legislativas, normas UNE, webinars y también y por qué no, actividades de ocio y lectura a través de la Revista Técnica Industrial y software de entretenimiento para jóvenes futuros Ingenieros.

Pero también encontrarán un portal donde compartir todas las iniciativas solidarias que tanto colegiados como Colegios están llevando a cabo, para que puedan ser replicadas en otras zonas y además sirvan de estímulo para otras nuevas iniciativas.

En definitiva, y como ya se ha dicho, todas ellas encaminadas a fortalecernos profesional y moralmente, en torno a un colectivo unido y cohesionado que trabaja de forma coordinada y en la misma dirección. 

Pero esto no acaba aquí, y nosotros siempre estamos dispuestos a dar y lo hacemos, colaboramos y ofrecemos colaboración, pero por supuesto también reivindicamos todo aquello que, desde nuestra visión profesional e imparcial, entendemos puede beneficiar a la sociedad, y todo ello desde la máxima lealtad institucional y con el mayor grado de autoexigencia. 

Es por ello, que llega el momento reivindicativo, y no hablo de dinero, sino de condiciones y de políticas que nos permitan desarrollar nuestra labor profesional y nuestras inquietudes empresariales, en condiciones dignas y motivadoras, porque si hay algo que no podemos perder nunca es la ilusión. 

Necesitamos un cambio de modelo tendente a poner en valor la competitividad profesional individual, que potencie la garantía, calidad y excelencia de los profesionales, dejando atrás las barreras artificiales que dificultan en demasiadas ocasiones realizar nuestra actividad. Debemos dirigirnos hacia un modelo que nos permita ampliar nuestras atribuciones profesionales en función de nuestra experiencia y formación (conocimientos), y todo ello avalado por los Colegios Profesionales, a través de la Acreditación DPC Ingenieros, en consonancia con lo realizado en el resto de países del orden mundial. 

Es el momento que de forma especial se ejemplifique en la Función Pública y se apliquen de forma clara los principios que han de regir la misma, y me refiero a los de CAPACIDAD, MÉRITO e IGUALDAD, que se acabe de una vez por todas con las enormes injusticias de las que estamos siendo testigos y que no solo perjudican a nuestros compañeros, sino que lo hacen a toda la sociedad, impidiendo que los mejores y que además han superado las pruebas puedan realizar su servicio público solo por determinadas reminiscencias del siglo XIX. 

Es un momento especial para incentivar y muy bien, a los que arriesguen, a los que innoven, a los que investiguen, a los que en definitiva apuesten por la transformación y adaptación de nuestros sectores productivos, porque de ello depende en gran medida nuestra senda de recuperación. Deben, por tanto, implantarse políticas activas de empleo en estas áreas, acompañadas de incentivos fiscales atractivos para las inversiones, y con facilidades financieras específicas, más allá de lo que ahora significan los fondos ICO. 

Pero si hay algún sector que debemos potenciar con mayor claridad, ese es el industrial, el que siempre está cuando se le necesita, el que genera estabilidad en el empleo, el que genera innovación y riqueza, y por tanto paz social. Y no en vano, esta situación nos ha llevado a una reflexión forzada y muy profunda de la que tenemos que aprender y muy rápido. Y es que la progresiva deslocalización de nuestro tejido industrial, nos ha dejado sin control y desabastecidos de numerosos productos esenciales para nuestro desarrollo, y este hecho nos tiene que guiar hacia unas nuevas políticas industriales de Estado. 

Nosotros queremos participar de forma activa en el diseño de las mismas, así que nuevamente aprovecho este medio para reiterar nuestro ofrecimiento al Ministerio de Industria, y al conjunto de las fuerzas políticas para realizar nuestras aportaciones, pero también digo alto y claro, que aunque no participemos en la planificación, sí que lo vamos a hacer en la ejecución, algo que llevamos ya realizando durante los últimos 170 años. 

Por tanto, pedimos poder trabajar en la elaboración de un Plan de emprendimiento industrial, que potencie determinados sectores estratégicos de país, con base en la innovación y la competitividad, y por supuesto en la generación de empleo estable y de calidad, como es característico en el sector industrial.

Necesitamos también un Plan de transformación industrial, que permita reconvertir con las mayores facilidades posibles, para que no afecten al empleo, determinados sectores que se han quedado sin mercado, por otros con mayor proyección de futuro. Esto conlleva no solo financiación, sino transferencia de conocimiento, y por tanto los profesionales de la Ingeniería tenemos muchísimo que decir. 

Estos dos Planes, que consideramos necesarios y con la suficiente entidad como para que se desarrollen de forma individual, deberían ser accesorios a un gran “Plan de Innovación y modernización de las Pymes Industriales”, que pasaría de forma inexorable por facilitar la incorporación de Ingenieros en las pequeñas y medianas industrias. 

Y es que, es muy difícil implantar las nuevas tecnologías en industrias donde no hay personas que las conozcan, y la mejor forma de generar la necesidad de implantación de dichas tecnologías es interiorizándola, es decir, incorporando a los Ingenieros/as que las conozcan y las apliquen. Las estadísticas están ahí, y todo el mundo conoce la evolución y la competitividad que alcanzan las industrias que innovan frente a las que no lo hacen. Y no significa que sea este el único camino, sino que es una vía rápida y eficaz para generar esa demanda innovadora y tecnológica que tanto necesita nuestra pequeña y mediana industria. 

Los ingenieros tenemos una responsabilidad muy grande en momentos de dificultad y hemos de estar a la altura, así que vamos a ponernos desde ya manos a la obra, primero a preparar el terreno, y acto seguido a cimentar una sólida y próspera recuperación. 

Por tanto, nada de lamentos ni distracciones banales, hay que ponerse manos a la obra con entusiasmo y confianza en nuestras posibilidades, con la lección aprendida y aunando voluntades hacia objetivos compartidos. 

La vida nos está poniendo a prueba y nuestro reto es superarla con éxito. ¡Ánimo y a seguir que estamos a vuestro lado!  

Jose Antonio Galdón Ruiz

Presidente del COGITI

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