Tal situación puede dar lugar a un reordenamiento a nivel general como ya había sucedido en la II Guerra Mundial. Podría darse el fin de la globalización como tal donde Estados Unidos sufre económicamente golpeando a sus ciudadanos y aumentando la polarización, en cambio China fue capaz de solucionar el escenario existente en su país tanto a nivel interno y externo proporcionando ayudas de forma generosa al resto del mundo.
Cabe la posibilidad de que los ataques bidireccionales de ambos países aumenten el conflicto hacia los chinos desatando la ira del presidente americano Donal Trump, imponiéndoles una dura subida de aranceles a China que, es la fábrica del mundo cuya estrategia económica se basa en las exportaciones de materias primas y suponiendo que esto sucediese las cosas ya no volverían a ser las mismas. Lo certero es que China tiene interés en que las economías de Estados Unidos y la Unión Europea se recuperen pronto, porque una vez finalizada esta crisis China seguirá dependiendo de ellas.
La confrontación entre el sistema económico global con estructuras políticas basadas en el Estado-nación, son una paradoja de la prosperidad internacional que depende del éxito de la globalización con una reacción política que conspira contra esa misma globalización, con la imposición de un orden mundial, con el avance del mundo islámico, con la desintegración de naciones-estado como Siria e Irak. El papel de China como actor global, interdependencia entre los Estados, propagación de armas de destrucción masiva, desastres ambientales, genocidios y el resurgimiento de un poder multipolar donde los Estados Unidos cada vez tienen menos voluntad de mantener su liderazgo internacional.
En un panorama actualizado con esta pandemia, el papel de Estados Unidos es crucial y a mi parecer tiene diversas opciones como entorpecer el equilibrio de los poderes de Asia, desempeñar un papel relevante o ausente y convertirse en un generador de mayor inseguridad, tal y como está demostrando en la actualidad tomando como ejemplos a Irak y Afganistán. Otro escenario de manera intencional o involuntaria sería provocar nuevas fricciones favoreciendo a unas potencias y desfavoreciendo a otras.
No puedo evitar reconocer que un cierto elemento de cooperación entre las grandes potencias, sería esencial donde el orden mundial se vería protegido si existiera armonía entre ellas. La gran diferencia que hay entre ese momento y el actual no radica tanto en un modelo bipolar, unipolar o multipolar sino de la dependencia de mas actores y no solo de las potencias que puedan o deban cooperar sino de nuevos actores y agentes con un amplio marco en cuestiones relativas a fuentes de poder donde el centro de decisión tiene que tener un impacto mundial.
José Antonio Carbonell Buzzian
