Agentes de seguridad privada en alta mar

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Agentes de seguridad privada en alta mar

La seguridad privada es esencial para la defensa contra los piratas somalíes que a día de hoy es muy activa, los atuneros vascos que faenan en el Índico como el Alakrana, pertenece una empresa de Vizcaya. Este barco fue secuestrado por piratas somalíes el 2 de octubre del año 2009 cuando se encontraba faenando. Su secuestro duró 47 días y fue liberado supuestamente por pagar su rescate. En ese mismo instante se generó una polémica en nuestro país sobre si era necesario incrementar la seguridad en estos atuneros y a fecha de hoy es el único barco que mantiene a tres agentes de seguridad privada según marcan las leyes internacionales.

Los que gobernaban por aquella época aprobaron un Decreto Ley para que agentes de seguridad privada pudieran embarcar levantando una gran polémica que luego con el tiempo se fue acallando donde ponían en duda la profesionalidad de estos agentes. Profesionalidad que ha quedado más que demostrada. Este Decreto Ley además les permite el uso y manejo de armamento militar pesado; la titular de Defensa de aquel entonces, Carmen Chacón resaltó lo decisivo que había sido la incorporación de la Seguridad Privada a los pesqueros españoles.

Hay que decir que con el paso del tiempo después de lo ocurrido con la muerte del agente J.M.M., las cosas se deberían estar haciendo bien respecto a la regulación correcta de esta actividad, pero este no es el caso, en aquel entonces quien tenía asignado este servicio era una empresa de seguridad que a fecha de hoy ha desaparecido pero ha dejado asuntos judiciales por solucionar con las negligencias que se hicieron sobre esta muerte. Actualmente la empresa que gestiona la protección de estos atuneros es una empresa familiar con 44 años en el sector de la seguridad, pero lo curioso de todo esto es que aquellos responsables del servicio lo son ahora y nadie parece ser responsable de lo sucedido hace años.

Hace cuatro días llegaron a nuestro país repatriados de las Islas Seychelles el equipo de seguridad de los atuneros compuesto por 18 agentes de seguridad que, estaban muy preocupados porque sabían lo que estaba ocurriendo con esta pandemia. Preocupación justificada porque no se les ha hecho ningún test para saber si son positivos al Covid o no, además no se les ha ofrecido ningún protocolo de actuación ya que muchos de estos profesionales iban a ver a sus familiares después de estar embarcados seis meses en altamar, por lo que la mayoría de estos agentes optaron por confinarse por su cuenta durante los 15 días que Sanidad ha establecido..

Por otro lado hay que mencionar también que, muchos de estos agentes estaban disgustados por la retención que se les hacía de 560 euros mensuales, retención que la empresa aplicaba en concepto de vacaciones cuando volvían y tenían que descansar dos meses. Todo ello con la explicación de la empresa a  este asunto que, esta retención era para ingresarles las nóminas de estos dos meses que descansaban. Nóminas de 900 euros.

A fecha de hoy estos profesionales del sector de la seguridad privada, siguen sin tener un protocolo de actuación para saber en todo momento cómo actuar y qué pautas llevar a cabo. Es el propio capitán del atunero quien marca la operativa de estos agentes. Cuando el barco lanza las redes al mar, en ese mismo instante el barco se tiene que detener dando lugar a que el agente que se encuentra descansando en ese preciso instante se tenga que incorporar al servicio con el otro compañero que está de guardia porque es en ese momento cuando más comprometida se encuentra la seguridad del barco y por ende la de todos sus ocupantes, dando pie a que el descanso de uno de los agentes de seguridad se vea interrumpido por estas maniobras, llevando al estrés y al agotamiento de este personal de seguridad y por consiguiente a una merma muy importante dentro de la seguridad del atunero.

José Antonio Carbonell Buzzian 

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