Tanto la Universidad de Murcia, como la Politécnica de Cartagena, van a seguir penalizando las segundas matrículas y seguirán manteniendo el mismo precio de matriculación que había en la España pre Covid-19.

Así, la UMU y la UPCT se desentienden de la pésima situación en la que ha vivido el alumnado en estos últimos meses, desde que comenzó la pandemia, al contrario que otras universidades como la de Zaragoza que se ha comprometido a rebajar las primeras matrículas entre un 4'07% y un 9%, y también a no incrementar el coste de las segundas matrículas para las asignaturas que hayan quedado suspensas, por lo que el alumnado se ahorraría de media 173'17 euros.

También en Cataluña se ayudará al alumnado a hacer frente a los gastos universitarios con una rebaja del 30% en las matrículas, de grado y de máster, tanto en primeras matrículas, como en las de aquellas asignaturas suspensas en las que haya que volver a matricularse. Aquellos afectados por el coronavirus podrán pedir pagar el mismo precio de primera matriculación en aquellas asignaturas que estén suspensas.

Mientras tanto en la UMU los estudiantes han convocado manifestaciones frente al edificio Convalecencia, sede del rectorado de la Universidad de Murcia, después de que se haya mantenido la penalización por segundas matrículas. La concentración será este día 6 de julio a las 19:00h.

Manifestaciones convocadas debido a que, tanto la UMU como la UPCT, afirmaron durante la crisis del coronavirus que no se penalizarían las segundas matrículas, pero ahora han dado marcha atrás en ese plan, perjudicando gravemente a aquellos alumnos más vulnerables frente a la crisis sanitaria que hemos vivido desde el mes de marzo. Existe un alumnado vulnerable que no ha podido asistir a las clases virtuales porque no disponen de conexión a internet adecuada como para poder sostener esa plataforma virtual de conexión con el profesorado, o que no han podido estudiar en condiciones porque en sus residencias es más difícil, o que incluso no han podido llegar a realizar los exámenes que estaban pendientes para el segundo cuatrimestre.

El consejo de estudiantes de la UMU (CEUM) se encontraba realmente molesto por este cambio de criterio en la Universidad, ya que, el rector José Luján, se había comprometido a no penalizar las segundas matrículas, y ahora ha cambiado radicalmente su criterio y su discurso.

El presidente del consejo de estudiantes, José Miguel Rojo, ha presentado hoy su dimisión del cargo, altamente molesto por el cambio de opinión en la Universidad de Murcia, y llegó a afirmar: ''Tenemos un conflicto abierto bastante importante […] El anuncio generó una expectativa y hay estudiantes que nos explican que se dejaron asignaturas para preparárselas mejor en base a ese compromiso.''

Mientras tanto el tibio Ministerio de Universidades liderado por el ministro Castells, que, desde la conformación del nuevo gobierno de coalición en España, va sin rumbo fijo y con total carencia de coordinación entre profesorado y alumnado, guarda silencio, que es lo único para lo que parece que están preparados, para guardar silencio y pasar la patata caliente a las universidades.

Una vez más en España, los estudiantes son abandonados a su suerte por las instituciones que deberían velar por facilitarles al máximo posible su acceso a la educación, que es un derecho fundamental en este país.

Analistas, políticos y medios de comunicación intentan siempre buscar razones y darle sentido a la creciente desafección que sufren los jóvenes ante el sistema social y político vigente. Pues aquí podemos ver una de esas razones. Jóvenes que son abandonados a su suerte por instituciones que, al fin y al cabo, pagamos todos, directa o indirectamente.

La Universidad debe dejar de ver a su alumnado como si fueran clientes que compran asignaturas y carreras universitarias y comenzar a verlos como lo que son, personas que han conseguido cumplir los requisitos para acceder a la mayor fuente de conocimiento que puede haber, como es la Universidad, y que estudian para ganarse la vida de la mejor manera posible y ampliar sus conocimientos al máximo.

La mercantilización de la universidad pública supondrá la formación de élites que tengan acceso a los estudios que las clases más bajas no pueden permitirse, postura que ya fomenta la universidad privada, y postura en la que la universidad pública debería estar radicalmente en contra.

Francisco José Puche Férriz, politólogo por la Universidad de Murcia