Barracón 36, número 44.074: Edith Stein, II

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Barracón 36, número 44.074: Edith Stein, II

Edith Stein, (Breslau, 1891, Auschwitz, 1942) filósofa, pensadora, profesora, escritora, carmelita, judía, patrona de Europa, santa canonizada por la Iglesia Católica. 

¿Por qué existe el mal, de dónde viene, que causa o causas tiene…? 

Pienso que nunca encontraremos las razones o motivos o causas, si no buscamos multirazones, los males y los bienes son transversales, son hibridaciones y sinergias de bienes y de males. Es decir, se producen concatenaciones de males en un espacio o tiempo juntos o relacionados, o se forman o conforman estructuras entre ellos. Algo así, un accidente automovilístico ocurre, porque un conductor iba a velocidad inapropiada, el otro, se despistó un poco, en medio una curva o trozo de carretera no conveniente.. Que raramente un mal equis, o un bien equis, surge solo de una causa. Por lo cual, tenemos que conocer, todas las causas posibles, después, todas las causas reales que influyen en un tipo de mal. Lo mismo, en cuanto al bien. 

Puede, aunque muchas veces, me lo he preguntado, no sé muy bien redactarlo en palabras, si en imágenes, que cuándo un mal surge, debido a una causa o a varios, lo contrario el bien, disminuya, es decir, las causas del bien disminuyen, tienen menos lugar y espacio y tiempo y fuerza, y predomina el mal, porque el bien retrocede. Cuestión que las ciencias naturales y sociales deberían abordar y estudiar con sus metodologías y sus experimentos y sus concepciones. 

Después debemos de clasificar a grandes rasgos, tipos de males, una taxonomía de males y de males y bienes, quizás, sea lo mismo, pero en contrario de los bienes. Una clasificación de los tipos de bienes, surgirían una de los males por contrariedad o contradicción. Cierto es que un mal puede ser o tener un actor individual, pero después tiene consecuencias en otras personas. Y, según el poder, digamos esa palabra, del actor de ese mal, así tiene más o menos consecuencias en multitud de otras personas. No es lo mismo el mal que puede producir un padre de familia, un individuo en distintas circunstancias, un empresario, una máxima autoridad política… 

Un padre tiene cinco hijos, imaginemos que el padre es sano moral y psicológicamente, y enseña buenos y práctica buenos principios morales, en su vida, y a sus cinco hijos. ¿Pero estamos seguros que los cinco hijos, razonando y meditándolas, seguirán todos las grandes normas morales y éticas que les ha enseñado su padre, con la teoría y con la práctica y el ejemplo, o alguno, caerá en algún error moral…? 

Imaginemos que uno, cae en un error moral grave, por diversas razones, sin entrar en condicionamientos, genéticas, circunstancias, traumas de su persona y su personalidad. ¿Puede ese individuo echarle la culpa a su padre, del mal que él sufre, por caer en ese error moral, del mal que produce, porque ese individuo ha caído en ese mal profundo, el mal que sufre esa familia, porque ese hijo que ya ha creado una familia, sigue repitiendo ese mal, y lo sufren los hijos…? 

¿Ahora llega la voz a un nieto, y se pregunta, porqué y por qué el mal que su padre les hace soportar y sufrir, carencias y angustias y penas, en distintos grados, porque su padre ha caído en ese mal? ¿El nieto le echará la culpa a su abuelo…? 

¿Nosotros echaremos la culpa del mal que existe en el mundo, nunca nos acordamos del bien, a Dios, si todas las religiones o grandes religiones, sin entrar en sectas, todas, difunden unos mandatos máximos y mínimos, de bien para la humanidad…? ¿Nosotros, amparándonos en nuestra identidad, responsabilidad, voluntad, autonomía, creatividad, libertad hacemos en tales temas lo que queremos, si producimos un mal con ese comportamiento, le echamos la culpa, si no hemos querido o no hemos sabido cumplir el quinto mandamiento o el séptimo o el décimo, por poner una concreción…? ¿Yo, hago lo que quiero, y después, si es algo bueno, me achaco el mérito a mí, pero si es malo, le echo la responsabilidad a otro, a circunstancias, situaciones…? ¿Yo, sigo las normas morales que creo conveniente, pero después, si salen actos positivos y buenos, el mérito es mío, pero si son negativos, le echo la culpa a Dios…? 

¿Una sociedad o colectivo o Estado monta toda la sociedad como quiere, con sus relaciones de poder, y todo lo demás, y, después, si salen bien las cosas, decimos que es mérito nuestro, pero si salen mal, y no queremos cumplir los mandatos mínimos que las grandes religiones indican, las normas morales universales, si no los cumplimos, parte de la sociedad o gran parte o las elites que rigen los Estados, si salen mal las cosas, entonces les echamos la culpa a Dios? ¿Y, como ha salido mal el negocio de la sociedad, o la sociedad ha caído en un mal muy grave, entonces, o rechazamos a Dios, o pensamos, que no existe, porque claro es omnipotente y omnibenevolente y omnisciente, y no ha querido poner solución…? ¿Entonces no existe, porque si existiese, no habría pasado ese mal tan grande a nivel individual y nivel social o social…? 

¿Pero si Dios te dice, en sus normas morales, en las religiones y en las filosofías, que no te emborraches, si tú, o yo, nos emborrachamos, incumplimos esta norma, y después, tenemos un accidente de tráfico y muere un niño de tres años, le vamos a echar la culpa a Dios, si Dios ya te ha dado una norma y tú o yo, no hemos sido capaces de cumplirla…? 

¿Si Dios, exista o no exista, a través de las religiones y de la filosofía, te impone una norma equis, una norma ética universal, por ejemplo, no matarás, y tú, un colectivo equis, toma el poder máximo, y manda asesinar y meter en campos de concentración a todas las personas que tienen dos narices o tres orejas o siete dedos, le echamos la culpa a Dios, si nosotros no hemos querido cumplir, o parte de la sociedad, o la elite no ha querido seguir el no matarás, tampoco matar a quienes tienen siete dedos en cada mano? 

Para comprender la historia, hay que leer biografías o ver documentales de perosnas concretas. Invito en homenaje y en justicia y equidad y prudencia hagan esto mismo, con esta persona, Edith Stein, sea usted de una ideología o sea de otra, de una etnia o de otra, de una cultura o de otra. Aquí, mi pequeño homenaje a esta persona, y a millones que pasaron por campos de concentración en el siglo veinte, que sufrieron genocidios en el siglo veinte o en siglos anteriores. Paz y bien y equidad…  

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