El doctor Hannibal Lecter sería feliz viviendo en España, entre una sociedad aborregada, su silencio de los corderos. Somos corderos, corderitos, que nos dejamos llevar al matadero. No somos capaces de salir a la calle y protestar contra los abusos del poder. ¿Que hay que pagar la luz a precios desorbitados? Pagamos. ¿Qué permitimos abusos policiales? Nos dejamos poner los grilletes. ¿Que los políticos son unos corruptos? Que tios mas grandes. ¿Que los autónomos pagan una cuota demencial para poder trabajar? A joderse. ¿Que los bancos son usureros y no devuelven el dinero prestado? Paguémosle más comisiones. ¿Que las oficinas de empleo, ja, no dan un puto trabajo a nadie? Sigamos manteniendo ese entramado funcionarial. Y así podríamos escribir un panegírico. Cualquiera diría que vivimos en China, en Corea del Norte, o en Afganistán. Mi memoria ya no recuerda manifestaciones que pongan en aprieto a la clase política. Para defendernos, tenemos el derecho de huelga y manifestación, y si hay unidad, hay fuerza, y los politicuchos que malgobiernan tendrán que ceder. Pero no va ocurrir. Por eso, porque somos una sociedad aborregada. Repito. ABORREGADA. ¿Y qué fue de los sindicatos? ¿Para quién trabajan?. ¿Existen? En fin, solo me queda un intento más, sin mucha esperanza... Murcianos de dinamita, ¡A las barricadas! 

¿Y qué fue de los sindicatos? ¿Para quién trabajan?.

¿Existen? En fin, solo me queda un intento más, sin mucha esperanza...

Murcianos de dinamita, ¡A las barricadas!

Jesús Pons