Se buscan políticos de talla: encontré a uno

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Se buscan políticos de talla: encontré a uno

Esta tarde , 10 de Marzo, saldrá la Fuensanta por las calles de Murcia a darnos un respiro. Junto a Ella, la gran talla de Nuestro Padre Jesús Nazareno le acompañará en su recorrido y seguro, compañeros de viaje no han de faltarle. Sobre tan grandes advocaciones, el pueblo murciano tengo por seguro que, entre palmas y peticiones, no van a faltar. Ucrania, trabajo, sus hijos, España y, tantas otras serán peticiones que no faltarán. Más aún, algunos pediremos para nuestro país , para Europa, políticos preparados para la vida moderna. Hoy, cumpleaños de mi amigo Alfonso, Presidente de Valores, le pondré a los pies de tan augustos personajes celestiales, por fin, sin duda, he conocido a un político que ya está dando que hablar, de los que te puedes fiar.

A nadie se le escapa que, en el descontento social generalizado de los últimos años, tiene un gran peso la crisis de confianza en las autoridades. Los que mandan no lo hacen mejor que sus subordinados o, desde luego, no han sido capaces de hacérselo creer así. Cabe pensar que, si no muestran un mejor desempeño, es porque tal vez no están adecuadamente preparados para asumir esa labor. Platón, en su momento y, de cara a las posteriores generaciones lo dejaba claro : en su libro VII de La República hablaba con su conocido Glaucón apercibiéndole que un buen gobernante debía dominar el cálculo y los números, geometría, astronomía y dialéctica. Debían ser también atléticos. El pensador griego no solo enlaza con la época contemporánea en la cuestión de la imagen; también el de la igualdad: "No creas que en cuanto he dicho me refería más a los hombres que a aquellas de entre las mujeres que resulten estar suficientemente dotadas". En definitiva, el perfil del ideal político es el de aquellos que: "siendo verdaderos filósofos, desprecien honras de ahora, por considerarlas innobles e indignas del menor aprecio, y tengan, por el contrario, en la mayor estima lo recto, con las honras que de ello dimanan, y, por ser la cosa más grande y necesaria, lo justo, a lo cual servirán y lo cual fomentarán, cuando se pongan a organizar una ciudad".

Los planteamientos platónicos contrastan, en una oposición ya clásica, con los maquiavélicos, que, como tales, se han convertido en una categoría y un adjetivo comúnmente utilizado cuando se quiere hablar de manipulación orientada a la consecución de un fin.

A mi manera de pensar, lo verdaderamente importante, imprescindible de la actividad pública es que sus responsables entiendan lo que están haciendo, en un doble sentido: Se les nota de lleno que existe demasiada ideologización; sus posturas, discursos, declaraciones, son tremendamente ideologizadas y la política, las cuestiones de la sociedad que, de suyo, son prudenciales, que dependen de la coyuntura, se tratan de manera dogmática. Es decir, se percibe una cierta incapacidad de tener en cuenta la realidad y atenerse a ella. Por otro lado, las decisiones se toman como respuesta a algo previo: un conflicto, una demanda social… y con la respuesta se da por terminado el problema, sin considerar que lo verdaderamente importante es lo que empieza entonces. El efecto de esa decisión no solo afecta al presente, sino que condiciona al futuro. Los problemas actuales no se atribuyen nunca a leyes anteriores, y no tener esto en cuenta es no saber qué se está realizando. Así se deduce que la formación adecuada para desempeñar su trabajo no es solo una cuestión académica. Es preciso conocer la psicología humana, el funcionamiento de las organizaciones, los "añadidos" a la psicología individual que procede de una vida colectiva organizada, y entender la relación entre las decisiones y el tipo de vida o mundo que derivarán de ellas, entender el peso de las decisiones en el contexto donde se vive. Esta suerte de sabiduría práctica no depende tanto de la materia de estudio que se ha haya elegido, sino de la aspiración con que uno se acerque a ella. Podríamos estudiar Historia y leerla no como una serie de acontecimientos antiguos, con mentalidad de anticuario, sino tratando de extraer de ella lo que es verdad permanente, entonces y ahora.

¿Dónde quedan los ciudadanos? El recorrido del mundo político no estaría al nivel sin hablar de la ciudadanía. Por ahora, siguen sin asumir el rol activo en la toma de decisiones políticas. Las mediciones del CIS nos lo indican. Dejemos constancia aquí la de hacer fomentar a los ciudadanos su responsabilidad en la orientación y desarrollo de la vida política, la necesidad de no separar moral pública y moral privada en todos los ámbitos de la sociedad. A tal luz, siempre es bueno que no pesen más los criterios técnicos sobre los éticos cuando andamos con los economistas y juristas. Al final, algo de razón llevaba Platón cuando nos planteaba que los mejores candidatos para la carrera política, muchas veces son los mismos filósofos.

Yo, por mi cuenta, esta tarde con La Fuensanta : fin de la pandemia, lluvia, pero también una vida limpia y ética en nuestros pobres políticos, aunque como les decía ya tengo uno: Alfonso.

MARIANO GALIÁN TUDELA

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