Me pregunto si ante los premios o concursos de y sobre artículos periodísticos, no debería existir más racionalidad y más facilidad y sencillez para quién se presenta...
Es obvio y evidente, que se producen una amplia gama de materializaciones y construcciones, pero en general, podemos pensar, que algunos, son enormemente farragosos y complicados.
Existen algunos, que con un correo electrónico, rellenando unos datos, ofreciendo un curriculum, en uno o en dos archivos adjuntos, se puede enviar, el artículo o la columna periodística, en concreto y material. Y, en media hora, el autor de dicho artículo, ya publicado, como es obvio, ha participado de dicha entidad o realidad o concurso. En pocos minutos después, o al día siguiente, recibe que ha sido admitido en dicho concurso. Y, aquí, se termina ya todo el proceso. Solo queda esperar. Por ejemplo, el Premio Julio Camba, es uno de los ejemplos, de eficiencia, prudencia, racionalidad, rapidez y facilidad para las personas que quieran participar. Cosa que aquí, ofrezco mi enhorabuena a dicho premio.
Pero existen otros, con sumo respeto a todas las entidades organizativas, a todas las formas de entender y comprender dichos acontecimientos, como es un concurso de artículos periodísticos –no entro en otras categorías de concursos periodísticos, sino solo en esta-. Que se hace enormemente complejo.
No se lo creerán, pero para presentarme a algunos, porque hablo, en este tema, no solo de teoría, sino de la experiencia y práctica de varios años. Existe una enorme modalidad y complejidad y, para mí, al menos, dificultad, además del tiempo que lleva consigo la preparación de toda la información y documentación...
Por ejemplo, en algunos, yo, personalmente, dedico varios días, desde que decido presentarme hasta que lo hago, por dificultades distintas. No citaré nombres, porque no es mi forma de ser y de mi voluntad y de mi intención, hacer heridas a nadie, ni criticar negativamente. Pero si pediría se buscase una racionalidad más eficiente y más fácil para quienes se presenten.
Unos, exigen, una copia por Internet a un correo electrónico, y, una copia, en papel, a una dirección postal. En medio de todo ello, pueden existir multitud de variedades. Entre otras, exigir una serie de documentos y de informaciones, incluso copia del DNI, etc.
Otros exigen presentar el artículo por una plataforma institucional, la oficial de dicha entidad pública, por lo cual, de antemano, se pueden exigir otras realizaciones o materializaciones, que debe disponer el que se presenta a ese concurso. Pueden necesitarse certificados personales administrativos, etc.
Aquellos, pueden exigir solo en papel, con distintas copias, con efectos de total anonimato, incluso existen algunos que no se debe poner el título del artículo, desde luego no el nombre. Evidentemente, con distintos grados de cristalización y variación según el concurso. Olvídanos que hoy, se pone un título o un nombre o cuatro palabras, y, en Internet por lo general surge de las entrañas, el título completo, el autor, la fecha, etc.
Algunos premios de artículos periodísticos, solo pueden presentarse periodistas de carrera o en ejercicio. No les sirve, los artículos publicados por personas en los medios digitales, que no tengan esas titulaciones. A veces, me digo, si han olvidado, que hace cincuenta años y un poco más, cuándo no estaban las facultades de periodismo, se ofrecieron durante lustros en nuestro terruño, carnets de periodistas, a tantos miles, que ahora, en estos últimos lustros se habrán ido jubilando sin tener esos estudios. Por ejemplo, aquí si citaré, al gran Umbral, a Capmany y, cientos...
También, existen algunos concursos en el que el artículo tiene que ir acompañado por un certificado que el director o el equipo redactor del periódico, justifica que esa columna o artículo ha sido publicado en su medio, con tal fecha y con tal nombre, o, y, aclarando de quién es el nombre verdadero, si es con seudónimo. Requisito que si el artículo ha sido publicado en papel, puede que tenga alguna razón de ser, pero en la mayoría ya son digitales, con link, o en papel y digitales. Lo cual puede comprobar cualquier persona, al menos en el caso de los digitales. Cuestión o certificado, que muchos de los equipos directivos, especialmente, en medios digitales modestos, pues no les gusta hacer. No olvidemos que en nuestro territorio existen, alrededor o al menos mil periódicos o medios digitales, en estos momentos.
Este artículo, no servirá de nada y para nada, supongo. Pero si estimo y creo, que si de verdad, los concursos de artículos de opinión buscan la excelencia y la notabilidad, deben, por un lado, ser lo más sencillos y fáciles posibles su participación. Segundo, dejar abierto a todos los artículos que se publican, sean periodistas o no. Copiar en esto, el sistema del Premio Julio Camba, nadie negará su prestigio y su profundidad y su esencialidad y su importancia, en las letras de nuestra sociedad. Y, que sepa, no se ha producido todavía ninguna confusión y equívoco y engaño…
Y, quizás, no olvidar, que la sencillez y facilidad contribuye al bien de dicho Premio. Por ejemplo, si quieren incentivar su región o su provincia o su localidad o su premio o la entidad que lo organiza, cuánta más facilidad, más personas se presentarán con sus artículos. Es una publicidad indirecta. Muchos de ellos, las entidades que los patrocinan, ni siquiera saben que existen y se han publicado...
Hoy, además con Internet, se puede averiguar con cuatro palabras, de quién es el artículo y, cuando se ha publicado, o con los links. También no olvidar, que una persona aunque no sea periodista, que ha publicado, en diez o treinta años, mil artículos o columnas, no es un simple aficionado o amateur, algo debe saber de periodismo de opinión –al menos-. Hoy, se olvida que los colaboradores de periódicos, sobretodo en artículos de opinión, son una parte esencial de todos los medios. Muchos no reciben ningún emolumento económico.. Y, de todas las informaciones que proporciona ese medio, puede suceder, que un diez por ciento, están realizados por estas personas, algunas, con muchos lustros, en distintas secciones de los digitales…
Reitero, con sumo respeto a la libertad y autonomía de cada ente o institución que aprueba y patrocina un concurso de artículos de opinión –no entro en otras categorías-, que la mayor facilidad en dicha realidad, contribuye esencialmente, al bien del mismo concurso, al prestigio, a la universalidad, a la eficiencia, a la racionalidad del premio, etc. Se necesita sencillez y facilidad, según mi modesto entender y comprender y buena voluntad. Paz y bien, que tanto necesitamos…
