Selección de obras, selección de autores

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Selección de obras, selección de autores

La gran cuestión en la cultura y Cultura es cómo se seleccionan las obras y los autores/as que se piensan tendrán valía y valor y futuro. 

Pondremos dos campos, rozándolos por encima, la selección de obras literarias o libros o filosóficas, la selección de obras y autores de arte y arte plástico. 

La realidad, no podemos engañarnos, que existen diversos sistemas o redes o circuitos de selección de obras y autores. Sintetizando, los que acaban teniendo una presencia en la cultura oficial, aquellas personas y obras, que son en cuanto a la literatura seleccionados en y por las grandes editoriales culturales literarias. 

En cuanto al Arte plástico, aquellas personas y obras, que son seleccionadas por las grandes galerías profesionales o mercantiles de Arte, o los grandes marchantes. 

Puede suceder, que existan casos, que de editoriales medianas, algunos autores puedan pasar a editoriales de gran importancia nacional o internacional. Lo mismo en el caso del arte plástico, de galerías profesionales medianas, puedan ser aceptados por marchantes y galerías nacionales de gran importancia, o internacionales. 

En medio o en el intermedio se producen multitud de posibilidades y cambios y realidades, premios, museos, antologías de importancia, conferencias, aceptación por el mundo académico o universitario, etc. Diríamos todo ese conglomerado internacional, que empieza por una entidad privada promotora –galería o editorial-, pasando por los sistemas intermedios o intermediarios –exposiciones, ferias internacionales de libros o de arte, grandes museos, conferencias en grandes centros universitarios, premios nacionales de la especialidad, etc.-. 

Cierto es que estar en lo alto del ranking, a nivel nacional o internacional, en Arte Plástico o en Literatura, no garantiza, que dicho autor y dicha obras, pasen a ser obras maestras o geniales, para generaciones futuras. Pero los que están situados en ese ranking, generación tras generación, posiblemente ya hayan pasado a los manuales y libros de texto, considerados ser lo mejor en su especialidad, generación, sociedad, saber.... Refrendado, especialmente, por los grandes centros artísticos y literarios de cada nación o sociedad o Estado, de la Academia y de la Universidad, de los grandes premios, etc. 

El resto de autores y autoras, que o son seleccionados por galerías profesionales modestas, o son seleccionados por editoriales pequeñas, o, todo el mundo de la autoexposición, en salas de exposiciones públicas, o semipúblicas, o realidades semejantes, en mayor o menor grado, con mayor o menor cuantificación o cualificación. Son, diríamos, las personas, que aunque reciban algunos premios o algunas valoraciones positivas, son los eternos esperantes o esperanzadores o siempre esperando, que venga el príncipe o la princesa y les otorgue el beso, que los despierte del sueño eterno –y, sean valorados sus trabajos…-. 

En este grupo, que pueden existir, en cada generación y sociedad, decenas de miles o cientos de miles, en distintos grados de profesionalidad, pero que pueden haber estado dedicados a dicha vocación o profesión o arte, diez o treinta o sesenta años, y, apenas han recibido, nada más que migajas, con multitud de diferencias en grados o grupos. Unos, medio viviendo de esos trabajos, u, obteniendo algunas divisas o dividendos, otros existiendo profesionalmente de oficios paralelos, aquellos, no obteniendo nada, por ejemplo, un pintor que en cincuenta años, no sabe cuánto habrá vendido, porque ha ido enviando a multitud de entidades, pero solo ha cobrado una pintura en papel. O, aquel otro, como escritor literario o, y, filosófico, que haya escrito docenas de miles de páginas, y, no haya obtenido ni un dólar, por nada de su producción, un premio, por ejemplo, de poesía hace casi cincuenta años… 

Se aplica aquí el consejo-concepto, nadie se desanime, mejor es dedicarse a la creación e investigación cultural, que llenarse los estómagos y el cerebro de alcohol, o de otras experiencias negativas. pero esta es la realidad, muchos son los llamados, pocos los escogidos. Que la cultura y Cultura hasta ahora, y, hasta hoy, es una enorme industria de la destrucción y pérdida de miles o docenas de miles o cientos de miles de obras. Quizás, más del cincuenta por ciento de lo que se produce cada diez años, se va perdiendo o destruyendo o deteriorando o tirando o masacrándolo. Los sociólogos y antropólogos nos podrían resolver esta cuestión. 

He indicado la necesidad de crear Archivos Documentales, dónde pudiesen entrar, curriculum y enlaces, por especialidades y saberes, por territorios de todos las artes y actividades culturales, de todas las disciplinas. Así, el mundo académico, quizás, un día, podría ponerse a mirar y remirar, y, quizás encontrar, uno entre cien o uno entre mil, de personas y obras, olvidadas, y, que tienen valor. Quizás, así, mucha actividad cultural podría quedar para generaciones siguientes. Así quizás el mundo de los estudiosos de cada rama y el mundo académico y universitario, podría recuperar obras y nombres, y no, no solo, como hasta ahora, siempre va detrás de lo que antes ha seleccionado la industria cultural. Que es capaz de convencer al mundo académico. Formando ese tándem, ente Enseñanza e Industria cultural hibridándose, tan esencial y tan importante. 

A los autores, que sepan, que deben buscarse un oficio digno y legal y moral, para vivir y sobrevivir. Y, después, dediquen el tiempo a su actividad de producción cultural, a su propia familia, a la vida. Porque, aunque se fracase, es mejor, haber dedicado diez o cincuenta años a la producción cultural, siempre que se tenga un oficio distinto para vivir, que no dedicarlo a ir dando tumbos por el alcohol, u, otras prácticas negativas, social y legal y moral y psicológica y económica y religiosamente. Paz y bien.. ¡Ánimo…!  

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