Me pregunto si en el mundo de la información y comunicación se podría ir abriendo una figura jurídica o entitativa o semiprofesional del colaborador.
Expliquemos la cuestión, existen periodistas profesionales que trabajan en los medios de comunicación, que desde hace unas décadas han estudiado en Facultades de Comunicación o de Ciencias de Comunicación, antes Escuelas de Periodismo –oficiales o privadas-. Pero también existen periodistas de carrera, de esas entidades anteriores, que son colaboradores, en un medio o en varios, no están en plantilla fija, pero colaboran, por lo general con estipendios en esos medios –algunos, los denominan free-lance, con el seísmo de siempre ir copiando lenguaje anglófilo, en un tiempo fue español, el que se irradiaba por el mundo, por ejemplo, la palabra, huracán…-. También otra figura: escritores profesionales literarios que publican de forma constante o rutinaria o fija, durante un tiempo, columnas de opinión, recibiendo un salario de maravedíes.
Y, existe, que es la cuestión que estamos planteando “colaboradores de medios de comunicación, de periódico” que no tienen titulación universitaria académica de las Facultades de Ciencias de Comunicación, no son grandes escritores en los ranking de su sociedad, es decir, la nuestra, pero son personas, generalmente, sin estipendio económico, que pueden llevar, diez o treinta años, haciendo pequeñas colaboraciones, reportajes, entrevistas, artículos y otras secciones en diversos medios de comunicación, por lo general, regionales, provinciales, locales. Y, ahora, con la proliferación de medios digitales, no podemos negar, que la mayoría, de ellos, que han surgido en estos últimos lustros, con muy poco equipo de redacción fijo o laboral o profesional, estos “colaboradores de medios o de periódicos”, cumplen una función o un lugar, que tampoco es desdeñable.
Por lo cual, tendríamos para distinguir el lenguaje: “colaboradores periodistas titulados/graduados”, que serían los que disponen de los estudios oficiales de Ciencias de la Comunicación, o tienen el carnet de periodistas, heredado de sistemas antiguos (de las Escuelas de Periodismo, o, que se les ha otorgado, o así se hacía, después, de un tiempo largo de profesionalización en un medio, hace unas décadas), y podríamos fijar el concepto de “colaborador de periódicos no titulados”, aquellas personas que arrastran este gusanillo o deseo o vocación, durante suficiente tiempo, y lo pueden demostrar, pero no tienen la carrera de ciencias de la comunicación, y, por lo general, colaboran en distintas secciones de los periódicos, casi siempre, en los artículos, pero no suelen recibir ningún tipo de dólares-euros-dinares…
Puede parecer, una realidad innecesaria, pero no estoy muy seguro de ello. Si las Asociación Profesionales de Periodistas o Provinciales, que están en cada provincia, abriesen, diríamos una sección, para que estas personas, que no son periodistas de carrera, se inscribiesen, los que quisiesen, con una serie de condiciones, por ejemplo, demostrar, que llevan diez años de colaboración en medios, sea haciendo reportajes, entrevistas o artículos de opinión…
Pienso, que podría ser de mucha ayuda e incentivo, quizás, disponer de algunas ventajas, que en algunos concursos de artículos o de periodismo, estas personas puedan presentarse, porque no olvidemos que en algunos de estos acontecimientos, solo permiten presentar columnas o reportajes a figuras profesionales, o, incluso algunos premios a la trayectoria, solo pueden ser periodistas profesionales, lo que se entiende, aquellos que tienen titulación, sin entrar en excepciones, aquellos que han recibido sueldos y salarios con sal y azúcar, aquellos que disponen de carnet oficial de periodistas, aquellos que disponen de la carrera oficial o, si ya tienen cierta edad que han pasado por la Escuelas de Periodismo…
La Escuela Oficial de Periodismo se creé en España en 1941, no podemos narrar aquí las vicisitudes y los marcos sociohistóricos de aquellos tiempos. Pero diríamos, que han existido, tres grandes etapas en el periodismo europeo, y, específicamente, en el español: la primera etapa, si montamos en principio en el siglo XVIII, cuando Nipho, creó el primer periódico diario, hacia la mitad del siglo, -por supuesto con precedentes, en diarios o revistas semanales, y mucho antes, la etapa del “periodismo que se denomina manuscrito”. En esta etapa, podríamos indicar, que la mayoría de periodistas, eran personas que tenían cierta vocación de escribir, escritura, informar, podríamos expresar que la literatura y la escritura y la vocación empresarial iban muchas veces unidas.
En la segunda etapa, en España, es cuando se crean las Escuelas de Periodismo, y, la tercera, que sería una fase de la anterior las de las Facultades de Ciencia de la Comunicación. Esto no es baladí, porque de alguna forma condiciona la profesión, a y en muchos sentidos, pero especialmente, se va perfilando a las personas que tienen “titulación de profesionalidad periodística y a las que no…”. Aunque nadie, puede negar, que hasta hoy mismo, se están jubilando personas de un alta vocación periodística –no pondré nombres-, de un nivel muy alto de presencia en los medios de comunicación, que han estudiado otras carreras, especialmente, en la radio, televisión, periódicos, etc.
Para terminar, la sugerencia es clara y sencilla, que las Asociaciones Provinciales de Prensa, a nivel nacional y provincial, estudien y analicen y ponderen y valoren, si podrían crear, una figura periodística en y para los medios de comunicación que podría denominarse “colaborador de periodismo no profesional”.
Y, que estuviesen inscritos, el que quisiese, con una serie de condiciones, que por supuesto no serían periodistas profesionales con carrera, pero opino, que están cumpliendo con una labor en los medios digna de tenerse/valorarse/ponderarse. Y, que aunque, por lo general, no reciben ningún estipendio económico, quizás, en los diarios digitales, antes en papel, provinciales y locales y comarcales, están haciendo una labor de información. Quizás de lo que se publica cada día, en dichos medios, un diez por ciento, llevan su firma o su escritura sin firma de/con esas personas/informadores/comunicadores/opinadotes/comentaristas/cronistas.
