Innovación e insostenibilidad

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Innovación e insostenibilidad

Hace pocos días ha pasado por nuestra Región un señor que desea gobernar pronto España. Supongo sabrán de quién puedo hablar y vete tú a saber por donde se le ha ocurrido hablar de Sostenibilidad e Innovación. Leyendo y escuchando lo que se ha vendido desde aquí hacia toda España me huelo que ni me convence ni está a la altura de lo que muchos desearíamos escuchar. Una vez más, las bombas de humo de escaparate siguen entre nosotros. Más de uno de nuestros empresarios y auténticos artistas innovadores podrían darle unas cuantas lecciones de lo que en realidad significan tales conceptos. No se olviden que Murcia tiene muy buenas cabezas. Por si las moscas, me he dedicado unos días a escuchar y volver a releer sobre ello.

Socialmente se observa una gran tendencia, con fuerza abrumadora entre nuestros jóvenes de empatizar con el cuidado del planeta, lo cual nos debe llevar a formas de trabajar y consumir muy distintas y más conscientes. En el horizonte se atisba, se intuyen también cambios políticos y económicos, pues el crecimiento de los mercados internos en la nueva Asia que observamos nos habla de escenarios muy dispares. China adelantará por derecha e izquierda a Estados Unidos, casi seguro, en pocos años y, así, ese partido lo tiene ganado. Más adelante, si no somos tuertos, a China se le unirá India, México, Brasil, Turquía y Rusia con la apuesta de superar al G-7. Tal cambio no nos debe pillar fuera de lugar y hasta es posible que sea el epicentro transformador de las dinámicas mundiales. Hemos de recordar que el cambio siempre ha sido constante, pero ahora va a muchísima más velocidad. Ante la realidad que se nos avecina, debemos capacitarnos para aceptarlo y disfrutarlo como una oportunidad.

Frente a la fuerte apuesta que nos viene, el mercado laboral de Occidente, sus boomers, se hacen a un lado y nos van llegando nuevas generaciones con expectativas y prioridades diferentes, con una conciencia social muy dispar a la que tenemos en estos momentos. Para nuestras nuevas generaciones, seguro, ganarán peso las empresas fluidas que sean ágiles y las condiciones de trabajo flexibles. Da la impresión que no va a perdurar aquello de tener un trabajo para toda la vida salvo excepciones y, de tal evolución, vamos a aprender más de lo que creemos. De todas maneras, como siempre, algunas conclusiones las tendremos que sacar a posteriori. Gestionar adecuadamente todo este cambio va a requerir un nuevo liderazgo fuerte y generalizado. Sabemos que los cambios generan incertidumbre y siempre ha sido constante.

Si miramos atrás, los cambios entre 2020 y 2022 entenderemos que la transformación que viene a partir de ¡ya! será mayor y hemos de prepararnos. Novedades en inteligencia artificial siendo un tsunami fuera de lo normal. Ojearemos peligros pero lo importante es estar muy bien informados y no vivir de las rentas ni del cuento. El mayor riesgo es crearnos un mundo a distintas velocidades en el que unos forman parte de la fuerza laboral de la nueva tecnología, y otras que se descuelgan por el camino, pero…señores míos: la ética no cambia y velar por el respeto de los derechos y las obligaciones sigue siendo esencial para que el progreso no deshumanice el futuro, limitando el éxito de la oportunidad. Todos los aspectos de los que hablamos llevan el cambio en sus genes y, quizás, el más cambiante de todos sea el escenario tecnológico, la democratización de los datos, y la capacidad de procesamiento. La ciencia va a evolucionar de fuerte manera, pues estará en el foco de la inversión siendo protagonista de la revolución tecnológica creciente.

No nos olvidemos de la familia que es posible sufra algún tambaleo, y ello puede tener su efecto en la educación, inconcebible cómo marchamos ahora. Es posible que la familia se resienta pero las nuevas generaciones han aprendido a valorarla más y mejor, con una empatía que también muestran con la necesidad de cuidar nuestro planeta.

De todas maneras, la ética es, cada vez más, una herramienta de logro y de realización personal en el mundo del trabajo. La ética empresarial ya empieza a afectar al consejo, a los líderes, a los recursos humanos…y no solo por cuestiones reputacionales. Los comportamientos éticos deben ir en el ADN de cada uno de nosotros. Si no, se nos notará. Podemos realizar transiciones hacia ciertos valores, pero nada ético puede hacerse exclusivamente de cara a la galería, pues estos aspectos cada vez deben ser más importantes para empleados y consumidores. Observamos que crece el número de ciudadanos que toman decisiones mejor informados sobre el lugar de trabajo. Respetar una ética honesta y coherente, se palpa, va a ser una obligación de toda la organización: por ello debe comunicarse adecuadamente y alinear esos principios con los objetivos del negocio.

Aunque algunas indicaciones generen fricciones al inicio, hacer lo correcto y comunicarlo bien es esencial a largo plazo. Conviene vigilar por tanto y accionar la responsabilidad del buen comportamiento. Con respecto a la ética en el mundo de la innovación y la tecnología, conviene tener mucho cuidado, pues la innovación va por delante de la regulación. Cada vez más combinamos nuestros estudios tecnológicos con filosofía, y ello tiene mucho sentido. ¿Es ética una inteligencia personal autónoma? Sabemos que la ética es fundamental en estos campos, pues podemos dar los pasos incorrectos, y merece la pena adelantarse y prevenir. Tengamos en cuenta que una buena ética y una buena actitud en la empresa aumenta la productividad y, una ética laboral y productiva trae más talento. Entre esos listones éticos que enriquecerán el bienestar de las plantillas poniendo siempre al empleado por delante, deberíamos incluir: el compartir la misión con los mismos valores comunes, que todos vigilen y salvaguarden un código ético y de conducta…El talento ético va a tener muy buenas ofertas y la conexión con las personas es seña de identidad de las empresas que tienen alma.

Se tiene por seguro que nos seguirá viniendo alguna ola que otra. La pandemia ha sido un acelerador de cualidades que ya son demandadas desde hace tiempo en un clima de alto rendimiento y adaptación al cambio constante con la sostenibilidad, innovación y creatividad. Aumenta la consideración de competencias técnicas y, los nuevos currículos piensan en ciudadanos más globales, aunque pongan el foco también en capacidades personales, como la cooperación y la empatía.

¡Qué momento más oportuno se ha perdido el Sr. Feijóo al poder hablar de estos temas que más atraen! Hemos visto por el sur de España que algunos, muy pocos, siguen anclados en el pasado siglo y aunque "nuestro político gallego" ha deseado hablar de Sostenibilidad e Innovación, más bien ha sido Insostenible que un político como él, no haya sabido decir el por qué ni ha situado a la Región de Murcia en el balcón que le corresponde. Sabemos que el murciano medio es muy emprendedor, más de lo que nos pensamos y puede darle sopas con ondas a este "zagal" que pretende gobernar España. Pensar solo en las cajas de caudales y jugar con fuego, por mucho que diga, no es propio de esta tierra. No ha entendido lo suficiente el ADN que lleva esta Región tan dejada por los suyos como por los de la acera de enfrente. Murcia sigue siendo emprendedora, sostenible e innovadora. Para insostenibles ya tenemos a otros.

MARIANO GALIÁN TUDELA

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