Gaudí, un genio y un amante de Dios

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Gaudí, un genio y un amante de Dios

Quizás, no seamos capaces de captar esa realidad, que alguien pueda ser un sabio y un santo, una genia y una santa, una persona normal y un santo… 

En su tiempo tuvo, muchas adhesiones, si no hubiese sido así, no le habrían encargado tantas obras, y, también muchos rechazaos, si no hubiese sido así, su basílica o iglesia catedral, de piedra y cristal y oratoria y erudición de palabras hecha materia, hubiese estado más adelantada en su fallecimiento… 

Circunstancias. 

Ante su figura hay personas, eso me parece a mí, desde hace mucho tiempo, que  tienen una mirada bifronte/trifonte, por un lado, algunos admiten su potencialidad santidad, hombre bueno y humilde, al menos en su etapa final de su existencia, y, otros lo toman como un artista de un gran calibre y genialidad, y, otros admiten su maestría en las artes plásticas unidas a la arquitectura, pero no pueden soportar ese halo de perfección moral y espiritual, que es lo que hoy se está dilucidando. Porque hoy está en el proceso de beatificación, con todos los pasos y seguridades que eso exige. Yo, pienso, que cuando se encuentre y demuestre y apruebe el primer milagro, ya habrá alcanzado la beatificación. Y, será uno de los beatos de los arquitectos y artistas –cosa que tanto necesitamos-. Rama que tanto necesitan el buen ejemplo. Que no tiene porqué estar reñido ser un gran autor/plástico y llevar una vida ética y moral y espiritual de un alto nivel. Estar en la vida, cada uno con su oficio y arte, sin olvidar al Buen Dios –podríamos resumir…-. 

Redacto este artículo a raíz de toparme gratamente, con la columna de Miguel Lorenci, titulada, Gaudí, la construcción de un genio, publicada en la Agencia Colpisa,  el 13 de octubre del 2022. Algunas personas me indican porqué cito a otros articulistas y el título de sus columnas, y, les contesto que hay que ser agradecidos, porque no me atrevo a recordarles, la frase: “Dar al Cesar lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios”. Aquí, nunca mejor dicho. 

Es obvio y evidente, que no es la primera vez, que me acerco a Gaudí, y, más con la edad que tengo, no es la primera vez que he leído estudios y libros y documentales sobre Gaudí, no es la primera vez, que he ido a visitar-entender-comprender sus obras en Barcelona, cuándo iba en años anteriores, y, cada vez, que visitaba esa ciudad, en tiempos anteriores, creo no recordar que nunca dejé/dejamos, yo/familia de visitar la Sagrada Familia. Ahora ya se está terminando, no sé, si podré visitarla terminada. Cosa que agradecería y me alegrarían, dos cosas, visitarla terminada, visitarla siendo beato ya Antonio Gaudí… 

Nadie puede negar, que el gran Arte, sea el arte concreto que sea, sea el género que sea, sea el estilo que sea, por lo general, es una combinación de cuestiones de alto nivel estético, de alto nivel conceptual/conocimientos, y de alto nivel metafísico-religioso. Aquí y en Oriente. Más de la mitad de las grandes obras que la humanidad considera geniales, en todas las culturas, rozan la temática de la religiosidad, metafísica, espiritualidad. En definitiva, ese ligazón del ser humano con lo Trascendente-Otro-Divino… 

Existen personas, dentro del Arte, no olvidemos que hay distintos oficios y profesiones, en todo esto del arte/artes: no solo los autores, sino los que venden y promocionan ese arte, los que dirigen colecciones y museos, los que compran y conservan, la crítica en todas sus formas, etc. A parte de estos, solo les gustaría conservar de Gaudí, su vena artística y estética, y, su promoción del turismo, como fuente de migración cultural para ver sus obras, pero no los aspectos espirituales que en su arte busca y enseña y muestra. Pero Gaudí, no es solo arte-estética-modernismo, sino también religiosidad-espiritualidad-cristianismo. Es un hombre medieval, haciendo una gran catedral, en/para homenaje a Dios y a los hombres, pero además es del siglo veinte… No se pueden separar. Y, si se percibe así, es la perspectiva-orientación-dimensión acertada de acercarse a Gaudí, se sea ateo o agnóstico o creyente en otra religión no cristiana… 

Consecuencias. 

Debemos no olvidar, que siete de sus arquitecturas, reitero y repito, siete, están aprobados por la UNESCO como Patrimonio Mundial. Díganme ustedes, sin minusvalorar a nadie, ni de ayer, ni de hoy, ¿qué artista del siglo XIX y XX de Oriente y de Occidente, tiene ese ranking, qué artista aunque sus obras, estén valoradas y tasadas en compraventa por uno o varios millones de dólares tiene esa categoría…? 

¡Gaudí, nos muestra-demuestra-enseña, que se puede ser un artista genial, ser una persona modesta y humilde, hacer obras de un nivel excelente estéticamente, y, buscar la perfección moral y espiritual sin negar/renegar a/de Dios…! ¡Quizás, tantos miles, decenas de miles de autores y autoras de las artes, de todas las artes, podrían/podríamos aprender/aprehender algo de Gaudí…!  

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