Este fenómeno ha descontrolado los precios y los ciclos económicos, hechos que se han repetido en cualquier parte del mundo en el que se han llevado políticas de estímulo monetario. La inflación es el impuesto de los pobres, que solo tiene un perdedor: todos nosotros y con un solo ganador: el estado, quien con este impuesto y otros más ha hecho que las arcas del Gobierno se llenen este año.
La subida de precios ha generado una pérdida de poder adquisitivo directo en todas las familias ceutíes y por poner un ejemplo, si un café cuesta 1´20 euros (inflación del 20%) y al que se lo toma no le han subido el sueldo, su pérdida de poder adquisitivo es de un 20% y si a esto le unimos que tuviese un dinero ahorrado, también va perdiendo valor conforme a los precios que suben, pudiendo comprar menos bienes y servicios.
Otros grandes damnificados son los autónomos a los que habría que ayudar con una incentivación de un 70% de las cuotas de autónomo durante seis meses, de este modo se estaría potenciando a las pymes de cara al exterior. No podemos olvidarnos de otro gran pilar como es el de la hostelería.
Con estas iniciativas se estarían planteando las necesidades, tanto de las familias como las de los sectores afectados, que están más que cansados de la dejadez y de la falta de acciones del equipo de Gobierno actual, que lo único que hace bien es vender ilusiones, que no llevan a ninguna parte. Es necesario aplicar una política fiscal justa y progresiva, protegiendo en todo momento a las microempresas y pymes de nuestra ciudad y facilitando la creación de nuevas desburocratizando al máximo los requisitos para la apertura de nuevos negocios.
Es sabida la necesidad de recaudación de impuestos para dar evolución y prosperidad a nuestra urbe, pero estos se tienen que traducir en servicios de primera calidad, como lo son las ayudas sociales o el apoyo a las familias más vulnerables. La fiscalidad no tiene que ser la única vía para lograr una ciudad más justa y equitativa, el Consistorio tiene la obligación de poner en marcha nuevas ayudas y líneas de trabajo.
José Antonio Carbonell Buzzian
