“El futbol como política”

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“El futbol como política”

No se puede entender el mundo de hoy, sin el deporte, ponemos el futbol como símbolo máximo en Occidente, pero existen varias docenas de ellos. 

Si tomamos el futbol/deporte como signo/símbolo/hipermetáfora de la realidad. En nuestro suelo patrio también yo incluiría el toro/toreo, sin entrar aquí, que no es un deporte, ni una fiesta, sino un rito/ritualización. Pero ambos tienen un elemento común y esencial, el engaño, el engaño con el capote al toro para que realice determinadas actos, hasta acercarse sumiso a la muerte, el engaño con los pies y los gestos, para llevar el balón entre una muralla de piernas y cabezas hasta la portería. Ambos, ambos máximos elementos simbólicos en la Piel de Toro/Celtiberia/Ibería de lo que somos, el engaño y el autoengaño y heteroengaño como arma simbólica para regir a los individuos y a las sociedades. 

En multitud de esferas de la realidad humana y social y política y económica y cultural e, interpretación de la realidad, se utiliza el capote y el juego de pies, para mostrar y no-mostrar, para demostrar y desdesmostrar la valía y la agudeza del capote y del balón, ambos terminan, en un caso con la muerte/sacrificio del toro, a veces, del toro y del torero, y, en el otro caso, con la victoria/derrota de uno de los bandos/bandas/equipos. Roma tenía el Coliseo, pero en todo el Mediterráneo existían unas docenas de coliseos pequeños, dónde se sacrificaba/ritualizaba la muerte de animales, de personas… 

Evidentemente, nos hemos domesticado, ya las diferencias, inventadas o reales, las dirimimos en un coso redondo o en un teatro rectangular, en un coso con arena amarilla o en un rectángulo tierra/hierba. Hemos avanzado desde la Antigua Roma… Diríamos, que cada persona es propensa al consumo o ejecución o práctica de un deporte, reglado y con normas, existen varias decenas y docenas, unos olímpicos, otros deseando serlo… 

La excelente escritora y articulista Rosa Montero, nos redactó una columna titulada: Forofos, en El País, el 13 de mayo de 1997. En las que nos narra algunos aspectos de/entre el futbol/deporte y la política/economía. Empieza con una frase el artículo. “Detesto el fútbol”. No voy a ser yo, quién critique si alguien le gusta/disgusta el futbol/tenis/natación y, los otras docenas de juegos/deportes con reglas y establecidos en la mente oriental y occidental. Solo puedo indicar que por razones personales, no tengo afición al futbol, y, casi a ningún deporte –porque de niño, me prohibieron jugar a dicho deporte, por un accidente grave…-. 

Opino/pienso que debemos aceptar los hechos y la realidad y los entes. Después vendrán las interpretaciones. Pero lo primero es aceptar la realidad. Se produce esta tarde, da lo mismo en verano o en invierno o exista un huracán o un calor de cuarenta grados, una lucha/dialéctica/juego entre el Real Madrid y el Barcelona, y, el país se paraliza, disminuyen el tráfico en todas las ciudades y pueblos y aldeas de este terruño celtibérico. Esta es la realidad. No podemos negar, que existen individuos, que piden días de vacaciones, cuándo se producen las grandes copas mundiales del futbol. Cada nación o sociedad o país tienen sus deportes. Y, sucede lo mismo, el país-sociedad-Estado entra en el silencio del desierto, se llenan bares como ritualización para asistir a la ceremonia/rito/combate entre dos contendientes, entre dos formas de sentir y entender distintas realidades –pero se olvida lo común, que es más, y se destacan las diferencias que son menos-. Y, el resto se quedan en sus casas, entre amigos o entre solos… 

¿Es el futbol, en nuestro caso, una forma pacífica de dirimir diferencias entre ideologías, grupos, regiones, personalidades, formas de pensar y percibir el pasado/presente/futuro? ¿Es el futbol, y el resto de deportes, una manera consciente de aflorar enormes contendientes/contingentes de realidades internas inconscientes, una forma de asimilar todo lo irracional que llevamos, es una manera de terapia, una macroterapia colectiva, un gran teatro de la realidad humana en formas y contenidos, es una forma de sentirse grupo y tribu y colectivo, de autoidentificación y de identidad colectiva y social, de olvidar diferencias sociales y culturales y económicas del mismo grupo/bando/equipo, en un mundo, que sabemos que es tan competitivo…? 

Nunca he criticado el futbol, ni ningún deporte, ni siquiera, que millones de personas se queden en sus casas, tomando su vinito, solo o con amigos, o con las esposas o parejas, -que últimamente también son aficionadas al futbol, quizás por eso de la empatía con la media naranja, no caer en el error de las madres, que no apoyaban en el futbol, sentadas al lado de sus padres, ese gran partido, ese gran rito, ese gran sacrificio no cruento de la vida moderna…-. 

Nunca he criticado al futbol, ni a ningún deporte –salvo aquellos que la vida está/corre un enorme peligro, que no vamos a citar aquí, es un tema para otro momento-, porque pienso que muchas personas, al terminar el partido, sienten que tantos sufrimientos y penas y angustias, que llevan dentro, por unos momentos se han olvidado. Otros aunque hayan perdido sus equipos, de alguna manera han aflorado el inconsciente. El futbol es la gran terapia, el gran teatro del mundo. Millones de personas, pueden que vean telediarios, que es una forma de gran teatro/ópera/sinfonía del hoy, puede que no vean grandes obras culturales, pero el futbol, es el gran sistema cultural de entendimiento/conocimiento/comprensión del mundo… 

Recuerdo, ahora, las palabras/ideas de David Gistau, a su hijo, que quería hacerse de un equipo, que suele perder, no pondré el nombre, y si mi memoria no me falla, reinterpreto/parafraseo las palabras, pero no el sentido profundo: “Ya es la vida, suficientemente dura, para que te afilies a ese equipo, que casi siempre pierde, por tanto, hazte del Real Madrid, que casi siempre gana…”. 

El futbol, como una tecla de un gran piano/órgano, es una parte de la sinfonía/teatro/fiesta que permite el orden social, un toreo del balón cuyo rito y función esencial, no es que unos/otros ganen/pierdan, sino es que los hombres/mujeres puedan vivir en paz, en la paz social. Ese/este es el gran milagro del futbol…  

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