Educación, empleo y certificado de calidad

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Educación, empleo y certificado de calidad

La educación en España, y en cualquier país, nos traen siempre debates políticos y sociales, tanto en lo referente a la intervención del Estado en la misma como en relación con las libertades educativas, la equidad y la igualdad de oportunidades en el acceso a la educación. Sin embargo, durante mucho tiempo y con regímenes políticos muy dispares, ningún gobierno intentó rebajar el rigor en la transmisión de conocimientos ni la exigencia hacia profesores y alumnos. Pero, a partir de la década de los setenta del siglo pasado, ciertas corrientes pedagógicas e ideológicas han promovido y aplicado unas políticas educativas que suponen, en la práctica, una reducción en la exigencia, una menor valoración del esfuerzo y una disminución de los contenidos educativos. Consecuencias muy preocupantes desde el punto de vista social, pues la exigencia en la educación obligatoria es la mejor garantía de la igualdad de oportunidades y del papel de la educación como instrumento de movilidad social, como supo apreciar en su día la escuela republicana de Francia, país hoy también afectado por las consecuencias de la educación comprensiva.

Por otra parte, el enorme esfuerzo de inversión realizado por todos los gobiernos de España en las cuatro últimas décadas ha conseguido universalizar el acceso a la educación, pero no ha logrado una mejora apreciable en los resultados educativos de nuestros alumnos, como han revelado las evaluaciones internacionales. En esta década la educación necesita, dejar la ideología y abordarla con sentido de Estado. Por encima de las legítimas y convenientes discrepancias sobre políticas educativas concretas, es necesario, en primer lugar, aceptar la necesidad de renovar el sistema educativo, incorporando buenas prácticas acreditadas en otros países, y de actualizar concepciones pedagógicas que, a pesar de las mejores intenciones iniciales de sus impulsores, han quedado inadecuadas para el momento actual. En segundo lugar, es preciso analizar, entre todos, las formas más eficientes de promover la equidad y la igualdad de oportunidades en la educación, base de la igualdad de oportunidades en la vida.

Esta equidad debe atender, de forma especial, a tantas personas que, durante su juventud, no tuvieron las oportunidades de formarse que hoy se ofrecen a los jóvenes. De ahí la importancia de la educación de personas adultas y, en general, de la formación a lo largo de toda la vida.

El sistema educativo debe facilitar a los alumnos durante la educación obligatoria la adquisición de los conocimientos y destrezas y, la transmisión de valores que constituyan una sólida base sobre la que, de acuerdo con sus intereses y aficiones surjan efecto ¡Cuántas veces hemos repetido a los hijos que el problema no es desconocer sino no querer saber!

Una adecuada relación entre Educación y Empleo es algo determinante para el futuro de un país y para el pleno desarrollo personal, profesional y vocacional de sus ciudadanos. Si bien los fines de la educación no pueden limitarse a preparar a los jóvenes para su actividad profesional en un mundo competitivo, ninguna persona razonable puede ignorar el enorme riesgo que para un país supondría la desvinculación y lejanía entre su sistema educativo y la evolución de su economía y de su sociedad. En este asunto, como en tantos otros, en España no ha primado especialmente la transparencia. Esta requiere sentido de responsabilidad, porque en la educación las decisiones importantes y las leyes tienen consecuencias que se ponen de manifiesto tras años, y cuando, aquellos que las promovieron están probablemente fuera de sus puestos de responsabilidad y poco o nada pueden hacer para remediarlos si son negativos.

El Certificado de Calidad de nuestros Centros Educativos debe ser un referente importante y así lo estimamos desde VALORES. Cualquier empresa que se precie posee tal certificado que sin duda alguna hará que nuestros profesores, alumnos y padres salgan del estancamiento al que llevan sometidos demasiado tiempos. Los actuales "medio certificados de calidad" que realizan nuestras Comunidades Autónomas no pasan de ser de "medio pelo" y da la impresión de que les sirve como para salir del paso. Poseer Certificados de Calidad por empresas españolas o extranjeras ya es harina de otro costal: mejorar en calidad en todos los aspectos incluidos padres y profesores son "palabras mayores". Con la llegada de los nuevos paradigmas en el sector educativo desde fines del siglo XX algunos son los que se han involucrado mientras que la mayoría, a ritmo del "venga usted mañana" pasan los días, pasan las horas y pasan los años.

Es necesario que el concepto de calidad, dentro de dichos Certificados, debe estar siempre relacionado con la idea de educación de calidad, de excelencia y nunca de mediocridad o de suficiente. En muchas ocasiones este concepto se interpreta de una manera muy subjetiva, habiendo tantas definiciones como interesados. Se requiere por tanto asesores "muy independientes", fuera de la autonomía donde estén, fuera de España si se diese el caso, que les dirija en la implementación de un Sistema de Gestión de la Calidad bajo las normas establecidas. Luego…Educación, Calidad Certificada y Empleo, las tres, no les quepa duda hacen un buen tándem.

VICESECRETARÍA NACIONAL DE EDUCACIÓN

PARTIDO POLÍTICO VALORES

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