Las paridas de "la paridad"

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Somos muchos los españoles los que estamos hasta las narices de la infame ideología de género donde han sido arrastrados de lleno y, bailan a su alrededor partidos políticos como: Populares, Socialistas, Morados, Ciudadanos y otros. Que conste no soy de los Verdes. El sexo biológico no debería encarcelar la genuina y auténtica identidad de toda persona latente en un cuerpo erróneo. La propia distinción entre mujer y hombre no pasaría de ser un constructo social aturdido. Por si fuese poco, lo que llevamos a la espaldas ahora brota con "la paridad", tanto en la política como en diferentes espacios, donde ser hombre o mujer es el criterio clave cerrado a cal y canto. Una vez más, tener buenas cabezas, poseer buenos estudios, vibrar de empatía y otras, no es suficiente para un puesto de responsabilidad. Se huele en el horizonte que los posibles memos de la UE también desean andar por tales ciénagas. Mi pregunta es: ¿Cómo hacemos con los no binarios para ser representados, los de "todos, todas, todes?

Tal como está la tela, el Ministerio de Igualdad tendría que echarse un vistazo en sus fueros internos para ajustarse a los criterios de esta mandanga paridad. Además del mundo político, por narices, también desean bucear con sus manazas en las grandes empresas y todo lo que se tercie. En el mundo económico, aunque las mujeres han dado pasos agigantados, mira por donde, la directiva europea nos obligará a partir del 2026 que, el 40% de los administradores no ejecutivos sean miembros del sexo menos representado. Todo ello, claro está, aunque sean unos ceporros de muy señor mío. Aquí no hay "tu tía que valga"; ser hombre o mujer es más significativo que poseer unas dotes inigualables para el puesto que precisa el empresario. ¡La tienen clara!

Así, la fórmula de "las cuotas" son muy comprometidas como método para amedrentar la diversidad. ¿Por qué discriminar positivamente a la mujer? Hasta el moño están muchas de ellas que se descubren como víctimas discriminadas y no desean para nada trato especial. Hemos llegado a tal punto que también podrían gritar las mujeres lesbianas gordas o los trans demasiado delgados y podrían cuestionarse también nuestros mayores por el edadismo, los de las enfermedades raras, los discapacitados, los habitantes de la España vaciada y los jóvenes sin vivienda. Todos a una deberían gritar y exigir. Ya se ve que esta "descomunal parida" no conlleva sentido común.

Lo crucial para muchas mujeres no es la paridad en departamentos de "standing". Lo que realmente les preocupa son las medidas que permiten conciliar maternidad y trabajo, de modo que no haya que optar entre traer hijos al mundo y su carrera profesional. Tales medidas de conciliación son bastante difíciles y muy lentas que, la paridad por decreto ley no es capaz, pero son las que nos posibilitan que existan más mujeres que lleguen por "ellas mismas", por su propio impulso a los puestos que desean. Sin ello, se lo aseguro, el desdichado sistema de cuotas en la cúspide del poder puede servir como auténtica pantalla para discernir otras brechas que andan a la espera.

MARIANO GALIÁN TUDELA

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