Polarización afectiva en Ceuta

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Polarización afectiva en Ceuta

La polarización como tal tiene efectos adversos para el buen funcionamiento de nuestra democracia como son el deterioro de la cooperación entre los ciudadanos, afecta a la confianza hacia las instituciones y reduce la legitimidad de los gobiernos. Este fenómeno fue creciendo dentro del bloque de las izquierdas, emergiendo luego hacia la derecha dando lugar al surgimiento de partidos en cada extremo del espectro y dos ejemplos claros son Podemos y Vox.

La afinidad con los partidos del mismo bando parecen aumentar a la par que da lugar al crecimiento de la animadversión hacia los partidos políticos de otra ideología, en definitiva existe la creencia generalizada de que nuestros dirigentes se encuentran en una fase marcada por la hostilidad, los vetos cruzados y la negación de los adversarios políticos como interlocutores legítimos, en nuestro país como en otras democracias europeas nuestro entorno se encuentra inmerso en este fenómeno llamado polarización donde los ciudadanos son cada vez más proclives a sentir rechazo hacia quienes no piensan y votan lo mismo.

A mi parecer, esta diversidad de opciones políticas podría considerarse deseable o no, si lograran que el Congreso fuese un espejo fiel de los distintos puntos de vista existes en nuestra sociedad. Esta polarización afectiva a la que me refiero la definiría como la distancia psíquica entre el efecto que despiertan quienes simpatizan con las mismas ideas políticas en contraposición con el rechazo de quienes tienen formas distintas de opinar.

Algo digno de estudio es que los votantes del PSOE rechazan más a Podemos y viceversa, algo opuesto a lo sucedido en el año 2015 donde Podemos articulaba un discurso más populista con la famosa frase casta versus pueblo, consiguiendo atraer a una parte importante de los votantes moderados de la izquierda. No debemos obviar que los votantes muestran a día de hoy mayor rechazo hacia formaciones políticas como Vox.

Los espacios políticos, a mi entender, deberían ser moldeables y que las estrategias de los mismos puedan tener un papel relevante en el grado de polarización a la que se está empujando a la sociedad. Ante este escenario aterrador, Ceuta necesita de un partido de centro liberal que tenga vida propia y modere los extremismos propios de la izquierda y la derecha que tanto mal les está causando a nuestra ciudad, pero también hay que decir que para que pueda suceder esta sinergia de un partido de centro sería necesario aprender de los errores de Ciudadanos, donde sus dirigentes se centraron en una lucha de poder interno para ver quien lograba hacerse con el bastón de mando, olvidándose de su obligación principal, defender los derechos de todos los ciudadanos fueran o no simpatizantes.

Ceuta en estos momentos tan volátiles, necesita de la existencia de una oposición seria, combativa, libre de cargas que vele por los derechos de todos los ceutíes, que la política que se lleve a cabo no solo sea para unos privilegiados tal y como ocurre en la actualidad, que la red clientelar existente desaparezca de una vez por todas y que ese tufo de corrupción que planea sobre nuestra urbe deje de existir para siempre.

José Antonio Carbonell Buzzian

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