Obispos y curas y diáconos…

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Obispos y curas y diáconos…

Nací en un tiempo, mi primera niñez en la que sabía que los curas y más los obispos tenían una enorme importancia en España. Cierto es que ya era mucho menor que décadas antes.

Peo ahora después de unas décadas, la corriente eléctrica del pulso de las ideologías, costumbres, hábitos y más realidades han llevado a estar y arribar al otro extremo. Parece que los obispos, los curas, los diáconos, e, incluso casi el Sumo Pontífice, hablando de la óptica católica, apenas tienen importancia y consideración, o, al menos ha disminuido mucho, en muchos ambientes.

Por otro lado, asisten a Misa, todavía millones de personas, cada domingo. Con lo cual, como casi en todo lo hispánico se producen paradojas y controversias. Un fenómeno equis, que parece no tiene importancia, está debajo y dentro de la sociedad y de los corazones dormido y durmiendo y durmiente. Otros, que se alardean con todas las voces posibles y sinfonías de comentarios, quizás, en el corazón individual y colectivo está muy semiolvidado…

España es un país de paradojas y de ironías y de contradicciones. Pocas cosas son lo que parecen ser, lo que parece ser no es lo que es o lo que son, lo que es no es lo que está, lo que está no es lo que es, o, al menos en todos los sentidos. No crean que es o sea una oratoria o retórica del lenguaje y de la lengua, para embellecer, sino un intento de explicar y de explicación. España es un misterio y España es un enigma, quizás, porque todo hombre o mujer lo sea, en cualquier lugar del mundo. Pero aquí, por mil realidades o causas, nos dejan ser lo que somos, aparentar lo que somos, un misterio y un enigma…

En cuanto al fenómeno y espejo y laberintos de los obispos, curas, diáconos sucede lo mismo. No se podría entender la España última, de muchos siglos, al menos, desde el cuarto, sin el cristianismo, más bien, sin el catolicismo. Sin esa variable y constante de la ecuación no podemos entendernos. Lo siento por usted si no le gusta esta afirmación pero así es. No se puede entender la India sin el budismo y el vedismo, ni China sin el taoísmo y sin el confucianismo. Así funcionan las cosas, al menos de momento, hasta que la IA, quién sabe en donde nos ponga…

Ahora, se emplea una vara de medir y un tamiz muy pequeño y muy justo y muy radical contra el catolicismo. Las mismas normas y medidas que se le aplica a esta ideología, no se aplica lo mismo a otras confesiones religiosas, ni a otros sistemas teóricos-prácticos seculares, no estrictamente religiosos, ni a otros oficios y profesiones y vocaciones. Lo estrecho, el embudo la parte estrecha al catolicismo, y, la parte ancha al resto de sistemas ideológicos religiosos o seculares. Da lo mismo el tema que sea.

¿Por qué y cómo hemos llegado a esta situación, un sistema de pensamiento, se crea en él o no, un sistema de prácticas o de morales de la existencia, como el catolicismo, que ocupaba el poder o participaba del poder y de los poderes en todos los sentidos, en esta sociedad y en el corazón de casi todo individuo, hoy, parece que la moda y el deporte es darle palos al mono, y, en este caso el mono, siempre es algún aspecto del catolicismo…? ¿Cómo se ha podido producir estos cambios tan radicales, no en toda la sociedad, pero si cada vez, en estratos más amplios…?

Uno, uno escribe textos con palabras, porque observa y porque piensa y porque recuerda. Y, no existe armonía entre palabras, ideas, hechos, conceptos, argumentos, razones. Y, uno quiere poner cierta interrelación y equilibrio entre esos órdenes de la realidad. Y, esa es una de las razones y motivos y causas de que nos matemos buscando palabras e ideas de palabras que congenien con trozos de lo real y de la realidad. Eso es lo que habitamos y en lo que nos habitamos…

Uno, puede ser ateo o agnóstico o creyente en otra religión, uno, puede ser kantiano o marxista o hegeliano o heideggeriano o aristotélico o platónico pero uno tiene que ser prudente y racional en sus juicios, que le afectan a sí mismo, y, a los cercanos, y a los lejanos, según la mano y brazo, si es más larga o más corta. Uno, tiene que ser consciente, que el catolicismo es y ha sido esencial en todo el tapiz y la alfombra y pintura de esta tierra hispánica durante siglos. Y, que nadie puede tirar esa herencia de siglos, de dos milenios casi, al estercolero de la historia. Aunque tus ideas no encajen con las de este movimiento…

Segundo, que sería justo, que se aplicase el mismo metro a todos los fenómenos de la realidad y de la sociedad. Se analiza y se estudia un fenómeno equis, sea el que sea, y, no se utilice solo, sobre un movimiento ideológico o un estrato social o un color sociopolítico o…, sino que la misma vara de medir, se utilice para todos y a todos… ¿Pero… qué sucede…? ¿Solo queremos darle palos al mono, al mismo mono, en este caso al mono del catolicismo…?

¡Pero el problema profundo es que si desvestimos el mono, nos quedaremos desnudos, y, quién nos dirá que vamos caminando desnudos, cuándo creamos que vamos vestidos…! ¡Eso, es lo que nos sucede que caminamos medios desnudos, pero nadie nos lo dice…! ¡De ahí, nacen tantas penas, angustias, sufrimientos, desalientos, desesperanzas, desesperaciones, porque vamos semidesnudos, pero nadie nos lo dice, y, quién lo dice, lo echamos fuera de la plaza de toros de la cultura…!

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