El mejor de los mundos posibles está llegando a su fin, la humanidad está rompiendo las cadenas de explotación que sufre. Debemos pensar en el cambio cualitativamente diferente, de una nueva forma de gran transformación que nos arrastra a una sociedad tecnototalitaria que es incapaz de mantener su modelo de producción, si antes nos modelaban para un consumo irresponsable y sin límites hoy nos modelan para reutilizar, reciclar, es obvio que para comprender el mundo en el que vivimos hoy se hace necesario comprender el mundo de ayer.
La creación de continuas emergencias con el propósito de gobernar el mundo están pretendiendo regular los ocho mil millones de personas que lo habitamos mediante el comportamiento y pensamiento de la población bajo la amenaza de catástrofe, bajo la necesidad de seguir sobreviviendo a un mundo cada vez más nocivo y hostil, cuyo objetivo es quedar en manos de la tecnocracia que es la que decidirá cada momento, cada catástrofe y en cada emergencia una obediencia ciega por parte de la población civil.
Esta crisis permanente de emergencia en la que vivimos actualmente sirve para crear miedo a una sociedad que parece estar despertando de su letargo. Este miedo es la excusa para que ellos puedan controlar este despertar de parte de la población. Un ejemplo de ese control lo vivimos en la gestión de la crisis sanitaria que sufrimos con el confinamiento y distanciamiento social. Lo nocivo de todo esto es la forma sutil con la que nos gobiernan envuelta en forma de libertad y que solo nos esclaviza más y más cada día.
Nos encontramos en la era de la instrucción de sistemas autónomos y programas de Inteligencia Artificial que dejará obsoleta cualquier toma de decisiones por parte de la humanidad, pasaremos a ser autómatas en manos de la IA, de hecho ya lo estamos viviendo, la gestión de nuestras vidas pasa por estar en la mano de algoritmos anulando la libertad de autonomía del ser humano. Como bien dijo Marshall Mcluhan, filosofo canadiense “el mensaje es el miedo”.
Vivimos dentro de un gran hermano donde se pretende fragmentar a la población categorizándola en base a sus creencias, privilegios o capacidades. Este nuevo orden mundial es el que las élites crean desde sus despachos y laboratorios automatizándonos como androides viviendo en el metaverso con vidas virtuales y de seguir así nos convertirán en objetos cuantificables en lugar de seres subjetivos, únicos e irrepetibles.
Estamos ante la cuarta revolución industrial encontrándonos en un proceso disruptivo provocando una gran transformación en todas las dimensiones de nuestra vida, se están digitalizando, robotizando y automatizando una inmensa cantidad de actividades. Mientras la humanidad se entretiene con la corrupción de sus políticos hay una verdad de la cual muy pocos hablan y esa es una posible Tercera Guerra Mundial, en la que nuestro país se podría ver envuelto, una guerra que nada tiene que ver con nosotros, donde la todo poderosa Estados Unidos será la máxima beneficiaria en caso de que esto suceda. No debemos echar la culpa a nuestro actual presidente ni a cualquier otro que estuviera gobernando, simplemente estamos en manos de las élites que son las que gobiernan el mundo en un segundo plano.
