Mientras que la estación madrileña de Chamartín se enaltece en presentarnos sus trenes de rojo intenso Iryo, plagados de medallones publicitarios en torno a la agenda 2030, por si te has olvidado de ella, algunos pasajeros, estos días pasados hemos cambiado de medio de locomoción. Simplemente por eso, por renegar a disfrutar de tales carrozas y, no lo dudes, ya eres fascista, facha, de ultraderecha y toda la rastra de vocabularios que te llevan a la cuneta del desprestigio más absoluto. Así está el patio en este devocionario lingüístico de cancelación. Esta embrujada agenda que tan bien promueven los sanchistas y los de Feijoo, antes o después les salpicará.
Por si fuese poco, hoy martes 24 de septiembre, se inicia en la sede neoyorquina de las Sedes Unidas el debate de la Asamblea General de esta organización internacional, donde un sinfín de jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo, bajo palio, aclamarán y perfumarán esos discursos preparados de buenas intenciones, loas a la cooperación y muy posiblemente agravios, tiras y aflojas con alguna que otra acusación, donde el sillón presidencial sobre el estrado principal, no lo duden, una vez más estará la envenenada Agenda 2030 con máscara de buenismo y bellas palabras cargadas de dobles o triples sentido. El cónclave de este año gira en torno al "Pacto del Futuro", eso sí, sin mirar atrás y comprobar los baches que han ido dejando, tan profundos ideológicamente, como las Islas Marianas.
Visto desde arriba, una vez más, nos están mostrando un ir hacia un futuro incierto sin ver su incapacidad para interceptar los desafíos del presente. El circo de Fofó, Miliki y Fofito se ha quedado trasnochado al lado de este otro circo neoyorkino. António Gutérres y sus colegas, desean sentar las bases de una organización que sea efectiva en el próximo futuro, donde partiendo del hoy, la realidad que se nos muestra va por otros derroteros. Los desarrollos sostenibles, las brechas de desigualdad, los desafíos del clima (que han existido toda la vida), inteligencia artificial, las faltas y maléficas ideologías contra los derechos humanos, los artificios envenenados contra la naturaleza, las leyes animalistas y tantas otras, desde las tontunas y mala fe, son ellos mismos los que le han dado vida.
Si a ello le sumamos el mundo palestino y el deseo de liquidarse el bello Líbano, la olvidada Armenia, el machaque continuo hacia Europa y sus raíces, la inoperancia hacia el sentido común del Mediterráneo, tal cual, no hemos de necesitar brujas con bolas de cristal para ver los desafíos de un siglo XXI que requieren soluciones de problemas lejos de la 2030. Las grandes potencias siguen boicoteándose las unas para con las otras. Este cónclave, como otros que tal bailan, no lo duden, terminará en un simple viajecito de medio colegas y buena mesa. El resto, el trabajo a realizar es lo de menos. Mientras, los que no estamos en esta onda de incongruencias y majaderías, sin duda alguna, seguiremos siendo fascistas, de ultraderecha y lo que les venga en gana y es que, ante tanto "discapacitado intelectual" podemos llegar a pensar que la "buena miel no está hecha para el asno", con perdón de estos últimos.
Mariano Galián Tudela
Partido VALORES