
No me extraña nada lo que está pasando, y es que se veía venir. Me remonto a cuando accedió al Gobierno Pedro Sánchez Pérez-Castejón, apoyado por aquel Pablo Iglesias Turrión, ¡y Bildu! : «no se podía hacer un cesto con tan malos mimbres».
Apoyaban esa opinión las propias palabras del candidato socialista en aquella campaña electoral, en la que había expresado bien claro que «no dormiría tranquilo con Pablo Iglesias en el Gobierno».
Lo dijo hasta que necesitó sus votos, junto con los de los otros «malos mimbres», Bildu y los diversos partidos independentistas, de derechas o de izquierdas..
Ahora, fijémonos en que lo que comparten esos diversos partidos (minoritarios en votos pero claves a la hora de lograr mayorías parlamentarias) es su republicanismo, lo que hace que no puedan sentirse cómodos dentro de la Constitución de 1978, dándose la paradoja de que dentro de una Monarquía Constitucional tienen en mente destruir ese sistema de Estado, para lo cual les sirven también (siendo ellos partidos de izquierdas) las alianzas con partidos claramente de derechas —PNV y Junts— pese a que el mismo PSOE justifica los acuerdos hechos con Puigdemont y ERC en su día para poder lograr de nuevo un Gobierno y legislatura y lograr una falsa convivencia en Cataluña.
No me extraña nada, pues, que con estas posiciones ideológicas de los partidos que apoyan a Sánchez, esté pasando lo que pasa : crispación y desasosiego que lleva a la protesta, y más recordando las intenciones expresadas por Sumar, que no a negado nunca su ascendencia comunista y bolivariana, y que entró en el Gobierno de coalición después de haber expresado su deseo de llevar a España a un «proceso constituyente».
Y si se fijan bien, los apoyos logrados por Sánchez (eso sí, a base de concesiones a la carta) han sido de partidos que aspiran a una república y a una nueva Constitución, pues la que hay es monárquica y dicen que está «contaminada».
La aparición de VOX en el panorama político español y la necesidad de la derecha del PP de sus votos para llegar a una mayoría, ha dado excusa a la izquierda para sus pactos a la carta con los independentistas con el fin de «no dejar gobernar a la derecha», cosa que no es de recibo en una verdadera democracia...
Continuará...