
¿Uno, siente pena y temor, no hay día/semana, que no se echen la bronca unos a otros, que unos a otros, para silenciar, manipular, marginar al pueblo aún más, exponen falacias?
Hay una sensación en la calle, no sé si será totalmente real, pero hay un escepticismo enorme en la calle. Hemos pasado de tener una enorme esperanza en la política y en la cuestión política, por parte de la población mayoritaria, a una situación, en palabras suaves, de escepticismo, duda, temor incluso. Porque no existe día o no existe semana, que un grupo o unas personas de un color le echan la bronca a otros, no hay día o no hay semana, que un lado del pentágono, no indique claramente, una falacia o sofisma o error o mentira o engaño o manipulación. O, al menos, esa es la sensación…
¿Cómo se ha podido pasar solo en unas décadas, de una enorme esperanza y color y alegría en la rex pública, a un enorme escepticismo, duda, preocupación, temor por la misma cosa pública, por parte de la población, de una gran parte de la población…?
Quizás, una de las funciones de los articulistas, si es que tenemos alguna, es contar y narrar algo de la sensación de la calle. Alguien decía, que escuchar al pueblo, la temperatura del pueblo, hoy se hace por los estudios demoscópicos, cuándo son hechos con verdad, con toda la realidad-verdad posible, y, aquellas opiniones que los articulistas y columnistas de este país, quizás ahora, cientos, algunos indican entre dos mil y tres mil, en todos los medios, sean nacionales, regionales, provinciales, locales que comentan sobre mil temas. Con ese doble instrumento, algunos añaden las viñetas, porque expresan opiniones sobre multitud de temas, con esa doble tenaza, se expresa en mucho, el color y el calor y el frío y el temor de la población en general, o de grandes sectores de esa opinión…
Debo reconocer que no me agrada redactar esta columna de opinión, entre otras realidades porque existen miles de políticos, de todas las responsabilidades y grados de poder, que van a sus concejalías, a sus ayuntamientos, a sus parlamentos regionales o nacionales, y, lo hacen lo mejor posible. Se me critica, porque defiendo a la clase política, y, creo que es necesario, ni todos los abogados son malos, ni todos los médicos son malos, ni todos los políticos son malos. Creo que la inmensa mayoría de los abogados, de los médicos, de los políticos, son personas de buena voluntad, y, que tienen derecho a defender sus intereses y sus ideas según su conciencia y según su pensamiento, igual que usted o yo…
Pero si debo indicar, que ya a veces, parece que la temperatura de la confrontación ha ascendido a niveles ya que están en el límite. Uno, que algo sabe de la historia oficial y oficiosa, le recuerda a veces, que en tiempos anteriores, hace aproximadamente un siglo, en Cortes, los enfrentamientos eran enormemente acerados y envenenados. Quizás, todavía no hayamos llegado a ese nivel, pero quizás en las declaraciones en la calle, pasillos, a la prensa, en algunos discursos… parece que la falacia, el sofisma, el error adrede, la mentira, el engaño, la manipulación, la crítica negativa y la enervación ha llegado a niveles que ya están en el límite. Tal es así, que en la calle, a veces, por parte de algunas personas, se siente ese cuchillo y esa herida y ese ariete. Creo que estamos en el límite de la situación, en este terreno.
Solo puedo indicar, para suavizar la realidad, cosa que nadie va a escuchar, que sepamos, que el otro puede tener las ideas que crea conveniente, según su corazón, su mente o su bolsillo. Que el otro, tiene derecho a defender las ideas que crea conveniente, bajo el amplio marco de la ley y la moralidad. Pero que el otro puede también defender sus ideas, según su cartera y según su corazón, y, defender con razones y palabras, de forma suave y moderada. Y, en tercer lugar, que alguien puede indicar, que el otro está equivocado y está en el error, y, simplemente ofrece razones y datos y argumentos y nada más… No hay que herir, no hay que mentir, no hay que insultar, no hay que manipular, sino solo ofrecer, razones, datos, argumentos, conceptos, ideas… simple y llanamente… Y, dejar que el pueblo tome decisiones y tome su opción…
Ahora, se trata que en un Decreto, vinieran ochenta medidas o normas o cuestiones legisladas de multitud de temas o cuestiones. Por ejemplo. Y, se forma una barahúnda, unos comentan unos aspectos y otros, comentan otros. De los ochenta, solo según quién habla indica unos e indica otros. Pero en esto, se nota ya una especie de toreo, el capote son dos o tres normas dentro de los ochenta puntos, y, se olvidan las otras. Nosotros somos el toro, el pueblo es el toro, y, el capote son los dos o tres normas concretas dentro de las ochenta. Y, nos llevan hacia un lado o hacia otro.
Y, yo que busco el sosiego, la paz y la tranquilidad propia y la del pueblo.. Digo yo, tal medio de comunicación equis, además de comentar tal noticia, según su ideología o cabecera editorial, no podría en esa misma noticia, hacer un enlace, a ese decreto completo, que no sé, si serán diez o cien páginas. Y, de tal modo, que el lector que quiera o que pueda o que tenga tiempo, entre, y, pueda leer qué puntos son, en qué matización, en qué concreción… No podrían los medios de comunicación permitir al pueblo, al que pueda o quiera o tenga tiempo, tener acceso fácil a ese decreto, simplemente con un enlace.
O, dejamos las falacias, los sofismas, las mentiras, los engaños, las manipulaciones… o, no sabemos dónde ese tren nos llevará. Lamento decirlo, lamento pensarlo, lamento tener que escribirlo. Paz y bien.