Según lo establecido en el BOE de 1979 los trasvases son obligatorios siempre que la cabera del Tajo estuviera por encima de los 557 hm3 y, en los embalses de Buendía y Entrepeñas por encima de los 240 hm3 .
Actualmente, la cuenca del Tajo está con más del 63% de su capacidad y los embalses de Buendía y Entrepeñas superan los 595 hm3. mientras, la cuenca del Segura apenas llega a los 148 hm3.. En porcentajes, los pantanos del Trasvase Tajo Segura superan el 64% de su volumen, mientras, los embalses de la Región de Murcia apenas llegan al 20%. Sumamos la particularidad de que los dos pantanos del trasvase desde el Tajo recuperan agua, mientras que la cuenca del Segura la pierde.
Sin embargo, los planes del Ministerio de Transición Ecológica siguen recortando cada vez más los trasvases para sustituirlos por el agua desalada, aunque, al paso que van, dudo lleguen alguna a vez a la región.
A todo esto, y pasadas las elecciones europeas, la UE pone en marcha otra vez la Directiva marco sobre el agua (Directiva 2000/602/CE), DMA. Directiva que crea un marco para la protección de las aguas superficiales interiores, las aguas de transición, las aguas costeras y las aguas subterráneas.
El objetivo principal de la DMA es marcar una estrategia común de implantación para garantizar una aplicación homogénea para todos los países miembros de la UE.
Su principal resultado ha sido la creación de un sistema de intercambio de información llamado CIRCA. Sus objetivos están centrados en tres grandes bloques: intercambio de información, elaboración de una propuesta de medidas aplicables en agricultura para los planes de cuenca y, escenarios de futuro e interrelaciones con la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea.
Con todo esto las nuevas recomendaciones para el campo que llegan desde Bruselas apunta a la regulación del uso del agua en la agricultura como elemento a mejorar. En el caso de España, el organismo europeo pide revisar las concesiones de agua para riego, ajustar las extracciones a la disponibilidad real y aplicar tarifas más altas para el consumo de agua en la agricultura, penalizando su uso intensivo.
Hay que añadir las limitaciones en la aplicación de fertilizantes y pesticidas, que supondrá en conjunto, la desaparición de la agricultura y la ganadería. No solo de España, sino de toda Europa.
Los agricultores y ganaderos europeos juegan en desventaja con la agricultura de otros países, donde apenas hay normas, ni controles sanitarios. Con unos costes de producción infinitamente más bajos que los europeos.
Respecto a los ganaderos, se les formulan modificaciones mucho más severas con la gestión de purines y estiércoles en su uso como fertilizantes con mayor control sobre la densidad en zonas vulnerables.
Todo esto hace que el sector primario exija alternativas viables. Todas estas medidas tomadas desde la UE, llevara a una reducción sustancial en los rendimientos de las producciones.
Si las actuaciones de la UE siguen la misma dirección de la que tomaron antes de las elecciones europeas, los agricultores y ganaderos se verán abocados a manifestarse otra vez, como ya lo hicieron en el 2023 y 2024.
Las propuestas presentadas por la Comisión Europea en defensa de la AGENDA 2030, no solo han desindustrializado Europa para dárselo a China, la gran beneficiada del traslado de empresas. También nos quedaremos sin sector primario, para entregarlo a países que no cumplen las normativas que exigen, y cada vez oprimen más, a los agricultores y ganaderos europeos.
José García Martinez.
