Durante los últimos tiempos he estado leyendo sobre las fuerzas, en gran parte difíciles de controlar, que modelan nuestra sociedad y nuestro comportamiento.

Factores como el desarrollo tecnológico no sólo han cambiado la forma en que la sociedad se organiza económicamente, sino que también han influenciado en cómo nos relacionamos con los demás.

Pero no todas las fuerzas que nos afectan son tan abstractas como la tecnología, existen otras que son dominadas por la población, o por una pequeña parte de la misma, y que pueden tener un efecto igual de influyente, como es el caso de la enseñanza de la historia.

La interpretación de cómo se ha forjado nuestro pasado influencia de forma significativa nuestras ideas en el presente...

Sí, piensen por ejemplo en las lecturas tan distintas que se hacen en España sobre el origen o las consecuencias de la Guerra Civil, dependiendo de la ideología política de cada uno.

Si ustedes creen, como yo, en el poder de la historia para crear identidades, cultura e influir en nuestra conciencia colectiva, hay una pregunta que, seguro, ya se habrán planteado : ¿quién escribe nuestra historia? En la escuela nos enseñaron que la respuesta a esta cuestión es sencilla : una gran parte de lo que conocemos viene de las regiones más influyentes, en el ámbito político y/o económico, y que a día de hoy vemos como vencedoras de algún tipo de conflicto.

Llevo un tiempo replanteándome esta respuesta, una respuesta que podría definir como cliché.

La mayoría de lo que me enseñaron sobre la historia reciente de España se basa principalmente en lo acontecido en las regiones con un mayor número de habitantes.

Sin embargo, alguien puede tener una procedencia muy distinta a la de los principales actores de la historia oficial, ya que pueden ser oriundos de una región rural y poco poblada.

Por lo tanto, la historia que me han contado desde pequeño la considero como representativa de mis antepasados, pero no en su totalidad.

Tres de las obras que han hecho replantearme esta cuestión son de mi admirado José Ortega y Gasset : “España invertebrada”, “El tema de nuestro tiempo” e “Historia como sistema” que tratan sobre acontecimientos importantes de nuestro país.

Estos libro resaltan de una forma maravillosa el gran legado cultural e histórico que debería tener un pueblo como el español.

El lector también puede intuir la importancia que la tradición e instituciones tenían en la población, una simbiosis de la que cada vez quedan menos rastros.

Otro aspecto que se puede apreciar es el de una población hundida en la miseria de forma mayoritaria hasta que, finalmente, los beneficios del desarrollo económico comienzan a llegar a nuestro país.