En el pleno de la Asamblea murciana del 23 de julio, la diputada regional de Podemos, María Marín, llevo al escaño del presidente de Vox en Murcia, el señor Antelo, un capirote del Ku Klux Klan. Con este gesto pretendía aludir a los altercados ocurridos en Torre Pacheco.
Conviene aclararle a la señora diputada que dichos capirotes no son originarios de Estados Unidos. De hecho, su uso se remonta a la espiritualidad medieval española. En aquella época, los penitentes los utilizaban para cubrirse el rostro por humildad, no por odio ni violencia.
Así que, si me permite la ironía, quizá el capirote que llevó era más propio de un hachonero del Entierro de la Sardina, que de un miembro del KKK
Recuerdo en una escena de la película "El hijo del Cura ", donde el actor José Sazatornil le pregunta Juanito Navarro; "¿Usted es tonto porque es comunista, o es comunista porque es tonto? La frase, aunque humorística, encaja perfectamente con el nivel del espectáculo protagonizado por Marín.
Cabe señalar que la parlamentaria, ni siquiera ha visitado Torre Pacheco, ni ha tenido un mínimo gesto hacia la persona agredida por un grupo de magrebíes que, lamentablemente, no vinieron a integrarse ni trabajar, sino a delinquir. En lugar de atender a los afectados, Marín optó por montar un número en la Asamblea, en busca de titulares, como ya hiciera en 2023 durante el debate entre los principales aspirantes a presidir la Región de Murcia. En aquel entonces, se negó a ceder su espacio a la representante de Equo-como exigía la Junta Electoral- provocando la cancelación del evento por desacato.
Con estos antecedentes, resulta difícil ver en Podemos un referente de nada positivo. Su estrategia parece ser siempre la misma: confrontación, provocación y espectáculo vacío.
Este partido nació al calor de la crisis económica de la década pasada, recogiendo el testigo del 15 M. y prometiendo el oro y el moro. Hoy, apenas les quedan escaños y un discurso hueco. Como el chiste, ¿en qué se queda una orquesta rusa después de una gira? En un cuarteto.
De sus fundadores ya no queda nadie: se esfumaron Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Iñigo Errejón, y compañía. Y de su legado, solo persisten la división, la crispación, y una batería de propuestas que no han traído más que desigualdad, oportunismo y ocupación.
En la Asamblea Regional, Podemos se ha quedado en un dúo- y desde luego, no Dinámico-, cuya actividad parlamentaria es casi inexistente. Viven en una especie de letargo político, sin rumbo ni ideas claras.
Sus referencias ideológicas continúan alineándose con regímenes como Venezuela, Cuba o Nicaragua, cuyas realidades distan mucho de los valores democráticos europeos.
El incidente con el Sr. Antelo fue claramente una provocación. Sin embargo, su reacción fue mantenerse sereno en su escaño, escuchando sin alterarse. Un contraste notable con episodios pasados protagonizados por lideres como Pablo Iglesias.
En tiempo de crispación, es preferible contar con representantes que apuesten por la templanza antes que por el espectáculo.
Como dijo Winston Churchill: "El comunismo es la filosofía del fracaso, el credo a la ignorancia y la prédica a la envidia; su virtud inherente es la distribución igualitaria de la miseria".
José García Martinez.
