Los vigilantes de seguridad que deseen obtener o renovar su licencia de armas tipo C se enfrentan a una prueba práctica significativamente más exigente desde septiembre de 2025. El cambio normativo, aprobado mediante Resolución de 15 de septiembre de 2025 de la Secretaría de Estado de Seguridad, incrementa de 10 a 37 los disparos obligatorios en el examen y ha generado debate en el sector, aunque los expertos coinciden en que responde a una necesidad real de elevar los estándares profesionales.
Entrada en vigor: septiembre de 2025
La Resolución de 15 de septiembre de 2025 de la Secretaría de Estado de Seguridad (publicada en el BOE con referencia BOE-A-2025-21024) modificó la histórica Resolución de 28 de febrero de 1996 que regulaba los ejercicios de tiro del personal de seguridad privada.
Esta resolución modifica el marco normativo establecido por el Reglamento de Armas (Real Decreto 137/1993, de 29 de enero), que es la norma principal que regula las licencias de armas en España, incluida la tipo C para vigilantes de seguridad.
El nuevo protocolo de 37 disparos está ya en vigor y se aplica a todos los exámenes convocados desde su publicación en el Boletín Oficial del Estado.
Esto significa que cualquier vigilante que solicite la licencia tipo C por primera vez, o que deba renovarla, ya debe someterse a la nueva prueba de 37 disparos. Las Comandancias de la Guardia Civil de todas las provincias están aplicando el nuevo procedimiento desde octubre de 2025.
¿Por qué este cambio?
La modificación no es arbitraria. Responde a varios factores que han evidenciado la necesidad de una formación más rigurosa en el manejo de armas de fuego por parte de los profesionales de seguridad privada.
Equiparación con ejercicios de mantenimiento.
Un argumento fundamental de la reforma es la equiparación entre el examen de obtención y los ejercicios de mantenimiento. Hasta ahora existía una gran desproporción: el aspirante realizaba solo 10 disparos para obtener la licencia, mientras que posteriormente debía efectuar 75 disparos anuales (en dos ejercicios de 37 y 38 disparos) para mantenerla. Esta incoherencia permitía que profesionales accedieran a la licencia sin haber demostrado el nivel de competencia exigido después para conservarla.
La nueva regulación corrige esta anomalía, garantizando que quien obtenga la licencia C ya demuestra desde el principio la misma competencia que se le exigirá mantener durante toda su carrera profesional.
Mayor complejidad de las situaciones reales
"Diez disparos no permitían evaluar adecuadamente la capacidad de un vigilante para manejar un arma en condiciones de estrés", explica un instructor veterano de la Guardia Civil. "En una situación real, el profesional debe demostrar no solo puntería, sino control del arma en movimiento, capacidad de recarga bajo presión y toma de decisiones rápidas".
Los 37 disparos permiten estructurar un examen que simula de forma más realista diferentes escenarios: tiro a distintas distancias, cambios de posición, recargas, y evaluación de la consistencia en el manejo del arma durante un periodo más prolongado.
Alineación con estándares europeos
España no está sola en este proceso. Varios países de nuestro entorno ya aplicaban pruebas más extensas para sus cuerpos de seguridad privada. La homologación de criterios busca equiparar el nivel de preparación de los vigilantes españoles con el de sus homólogos europeos, especialmente importante en un sector cada vez más internacionalizado.
Respuesta a incidentes y malas prácticas:
Aunque los casos son excepcionales, los últimos años han registrado algunos incidentes relacionados con el manejo inadecuado de armas por parte de personal de seguridad. Estos sucesos, ampliamente mediatizados, pusieron de manifiesto que una evaluación de apenas 10 disparos podía resultar insuficiente para detectar carencias en la formación.
¿Qué evalúan realmente los 37 disparos?
La nueva estructura del examen no busca simplemente multiplicar el número de tiros, sino valorar competencias específicas:
Precisión sostenida: No basta con acertar ocasionalmente. Los 37 disparos permiten evaluar si el tirador mantiene la precisión a lo largo de toda la prueba, evidenciando un dominio real del arma.
Adaptabilidad: Los ejercicios a diferentes distancias (habitualmente 7, 15 y 25 metros) y posiciones obligan al vigilante a demostrar versatilidad, no solo memorización de un único ejercicio.
Gestión del estrés: Una prueba más larga genera mayor presión psicológica, similar a la que podría experimentarse en una situación real. Esto permite identificar a quienes mantienen la compostura y el control.
Manipulación segura: Los ejercicios de recarga y cambio de posición evalúan que el profesional conoce y aplica los protocolos de seguridad en todo momento, no solo cuando está apuntando al blanco.
Consistencia: 37 disparos ofrecen una muestra estadísticamente más fiable del nivel real del tirador que 10 disparos, donde el azar puede jugar un papel más determinante.
Impacto en los profesionales del sector
Para los vigilantes en activo y aspirantes, el cambio supone varios desafíos:
Mayor inversión en preparación: Será necesario dedicar más horas a la práctica en galerías de tiro, con el consiguiente coste en munición y alquiler de instalaciones. Se estima que la preparación adecuada puede incrementarse entre 100 y 200 euros.
Tiempo de formación: Los cursos de preparación deberán extenderse para garantizar que los candidatos lleguen al examen con la destreza necesaria..
Tasa de aprobados: Es previsible que, al menos inicialmente, la tasa de aprobados disminuya hasta que el sector se adapte a las nuevas exigencias.
Una apuesta por la profesionalización
Que se nos exija más formación dignifica nuestra profesión y envía un mensaje claro a la sociedad: los vigilantes de seguridad somos profesionales altamente cualificados".
La medida se enmarca en un proceso más amplio de profesionalización del sector de la seguridad privada, que en los últimos años ha visto incrementadas sus competencias y responsabilidades. La mayor exigencia en la licencia tipo C es coherente con ese proceso.
Recomendaciones para superar el nuevo examen
Los expertos aconsejan a quienes vayan a presentarse:
Practicar regularmente: No intentar preparar el examen en unas pocas sesiones intensivas antes de la fecha.
Buscar instrucción profesional: Un buen instructor puede corregir vicios y optimizar la técnica.
Simular las condiciones del examen: Practicar series de 37 disparos completas, no solo ejercicios sueltos.
Trabajar la parte física: La fatiga en brazos y muñecas puede afectar a la precisión en los últimos disparos.
No descuidar la teoría: El examen teórico sigue siendo fundamental y algunos candidatos lo subestiman.
Conclusión
El incremento de 10 a 37 disparos en el examen de la licencia tipo C representa un desafío, pero también una oportunidad. Para los profesionales del sector, es una ocasión de demostrar su compromiso con la excelencia. Para la sociedad, es una garantía adicional de que quienes portan armas en el ejercicio de funciones de seguridad cuentan con la preparación adecuada.
En un contexto donde la seguridad privada juega un papel cada vez más relevante, elevar los estándares de formación no es un obstáculo, sino una necesidad. Los 37 disparos no son solo un número: son 37 oportunidades de demostrar que el vigilante de seguridad español está a la altura de las responsabilidades que la sociedad deposita en él.
La nueva normativa entró en vigor en septiembre de 2025 mediante la Resolución de 15 de septiembre de 2025 de la Secretaría de Estado de Seguridad (BOE-A-2025-21024). Los vigilantes que deban renovar o solicitar su licencia tipo C deben informarse en la Intervención de Armas de la Guardia Civil de su provincia sobre las fechas y procedimientos específicos para realizar el examen bajo el nuevo protocolo de 37 disparos.
Jose Antonio Carbonell Buzzian auditor, consultor y asesor de seguridad.
