España y su buen ADN

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España y su buen ADN

Creer que España es un país más, andas bastante equivocado. Ante los nuevos gurús de los poderes políticos europeos, donde se ha menospreciado nuestra historia, cabe decir que de ella hemos de aprender bastante y sacar consecuencias para nuestros días. Nuestro ADN nos lo ha demostrado a pesar de los pesares y, sin duda, seguimos con las pilas cargadas. Alegría sublime al ver en nuestras librerías el libro de Ángel Luís Cervera, “España en la independencia de Estados Unidos”.

El 250 aniversario de la independencia de Estados Unidos está al caer invitándonos a redescubrir la profunda huella de España y del humanismo salmantino en los orígenes de la nación americana.  El 4 de julio del 2026 será un día espectacular para el pueblo americano y para el español. Uno de los divulgadores científicos más influyentes de la nación americana, Nel deGrasse Tyson, anda haciendo auténticos milagros en sus diversas conferencias universitarias refiriéndose a las gestas que España hizo por aquellas tierras. Como él dice: ha sido uno de los hechos más importantes de la historia, pues con este atrevimiento de seguir la ruta del oeste se logró interconectar dos mundos que habían quedados divididos: América del Norte y del Sur habían estado desconectados del resto de los continentes durante muchos siglos. Baste decir que, la cultura y la civilización que implantaría España no era la propia de Europa, sino que era completamente nueva: ni española, ni indígena, sino una síntesis de ambas que fue adquiriendo tonalidades y acentos según los diversos lugares. De ahí la nefasta leyenda negra, fruto de la envidia del imperio anglosajón, Holanda y trapicheos diversos del reino de Portugal.

De hecho, cuando se produjo la independencia de los Estados Unidos y, sobre todo, después de la guerra de secesión, comenzaron los procesos de superación del racismo y de la esclavitud y en los Nuevos Estados Unidos comenzaron a actuar como en América del Sur creando una cultura y una civilización nueva en tales vastos territorios. De hecho, al igual que en el Sur se impuso el castellano, pero se redactaron gramáticas y diccionarios para evangelizar aquellas tierras y para conservar muchas tradiciones locales, también en Estados Unidos detuvieron el sistema inglés de “el mejor indio es el indio muerto”, para adoptar el sistema español.

Pero España hizo mucho más grande que descubrir América y fue llevar allí el humanismo cristiano que brotaba en toda Europa desde la Escuela de Salamanca convirtiendo al humanismo renacentista en un nuevo humanismo que se fue difundiendo desde España al mundo entero. Mi pregunta. ¿Qué difunde hoy España? ¿Qué difunde hoy Europa? Mejor callar. Todo no queda aquí. Las Leyes de Indias influyeron en los Estados Unidos y contribuyeron a crear un estado de derecho con la Constitución Americana. Hablando en plata, el derecho que protegía a toda persona.

Precisamente, la dignidad de la persona humana era la clave para entender la Escuela de Salamanca y para entender sus características fundamentales. Precisamente, la aprobación del precio justo, la limitación de los impuestos, el establecimiento de los préstamos en precario, el dominio de las tierras y el mercado libre que funcionaba en América y entre Europa y América.

La supresión de la esclavitud, constitución de escuelas, universidades anteriores a las europeas, hospitales y hospicios. Las ordenaciones de mestizos, cuarterones e indígenas comenzaron a superar la de los crillos (personas de origen europeo), de ese modo la civilización del Perú, Centroamérica, Ecuador o Colombia son especialmente llamativas.

Todo ese modo de actuar llegaría a la constitución americana y la democracia en el norte que recibía de Europa masas ingentes de población que se fueron incorporando a la fe, el derecho y la cultura que han hecho de Estados Unidos una nación grande, poderosa y muy desarrollada.

Tras siglos de “toma y daka” la Escuela de Frankfurt, en 1923, con Adorno a la cabeza, apoyados por el psicoanálisis de Freud y las filosofías de Hegel y Max Weber desearon torpedear este ambiente europeo e incluso, saltando a nuestra Hispanoamérica bendita. Han podido hacer su daño, pero las raíces profundas no han claudicado. Habermas, otro más de esta Escuela, con el tiempo frenaría apoyando en muchos momentos de su vida lo que era visible.

Es importante que los 250 años de independencia americana recuerden que los principios de la Escuela de Salamanca iluminaron Europas y América a través del humanismo cristiano. Si hoy deseamos salir del impase en donde nos encontramos una buena solución sería recuperar el humanismo salmanticense y convertirlo en un nuevo humanismo. Otro gallo nos cantaría.

MARIANO GALIÁN TUDELA

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