Cerdá: “El trasvase del Ebro no es un paraguas que se abre y se cierra en función de la lluvia”

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El consejero de Agricultura y Agua afirma, en relación al trasvase a Barcelona, que “parar la obra sería un gran error tan grande como la derogación del Plan Hidrológico Nacional”

El consejero de Agricultura y Agua, Antonio Cerdá, aseguró hoy, preguntado sobre la posibilidad de que el Gobierno central decida no realizar el trasvase del Ebro recientemente aprobado por decreto a Barcelona, que “una obra de 180 millones de euros no es un paraguas que se abre y se cierra en función de si llueve o no”.  

     El consejero murciano afirmó que “el Gobierno socialista continúa con una política de improvisación” en materia de agua, por lo que indicó que “debe reflexionar, apartase de posiciones dogmáticas y extremistas y primar la racionalidad”, porque, explicó, “la sequía es cíclica y si hoy ha llovido, mañana puede dejar de llover”. 

     El titular de agricultura subrayó que los problemas “hay que preverlos para solucionarlos, y no intentar solucionarlos cuando ya se han creado”, porque añadió, “la sequía en las cuencas del Mediterráneo no es un problema coyuntural, sino estructural”.  

     En este sentido, aseveró que “parar la obra sería un gran error tan grande como el de derogar el Plan Hidrológico Nacional”, e indicó que “si el Gobierno central está buscando una alternativa al trasvase del Ebro, no es mirar al cielo. La alternativa al trasvase del Ebro es el trasvase del Ebro”, apostilló. 

     Cerdá  recordó que “el río Ebro vertió esta semana 2.000 metros cúbicos por segundo, es decir, el equivalente a 8.000 barcos diarios como los que vimos hace unas semanas llegar a Barcelona”, y añadió que “si tuvieran que paralizar algo porque ha llovido, lo más lógico y sensato serían los barcos que están enviando a la capital catalana”, porque “esto sí que supone un gran despilfarro de dinero público y no solucionan el problema de manera definitiva”, aseveró. 
 
 

     Recordó que el Plan Hidrológico Nacional, derogado por el Gobierno socialista en 2004, “contemplaba un ramal norte de 190 hectómetros cúbicos para atender las necesidades que ya se preveían y actualmente demanda Barcelona, llueva o no llueva”, e igualmente, “estaba previsto que llegasen 450 hectómetros cúbicos a la cuenca del Segura, que junto a los envíos del trasvase del Tajo, solucionarían nuestro problema”. 

     Aseguró que “la agricultura es la principal afectada por la falta de agua en la Región”, y que “igual que todo el mundo está mirando estos días a Barcelona, los agricultores murcianos piden igualdad para salvar un sector estratégico en la economía regional y nacional”. En este sentido, afirmó que “la agricultura es tradicionalmente un colchón que amortigua las crisis económicas, porque genera empleo y riqueza”, pero, añadió, “para ello hace falta agua”.

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