Murcia, 23 ago (EFE).- El coordinador del equipo psicosocial de intervención rápida de emergencias de Cruz Roja en la Región de Murcia, Antonio Rubio, dijo hoy haber encontrado la misma impotencia en los familiares de las víctimas del accidente aéreo de Madrid que en los de las del atentado del 11 de marzo de 2001, pero menos rabia contenida.
Rubio, que ha participado junto a otras trece personas en las labores de acompañamiento a los familiares de las víctimas del siniestro del avión de Spanair en el aeropuerto de Barajas, recibió hoy con su equipo el agradecimiento a su labor por parte del delegado del Gobierno en la Región, Rafael González Tovar.
Este grupo de Cruz Roja intervino también en la atención de los familiares de los fallecidos en los accidentes ferroviarios de Lorca y Chinchilla (Albacete), y en el atentado islamista de Madrid, aunque en 2001 su trabajo fue más duro, porque tuvieron que acompañarlos también durante el proceso de reconocimiento e identificación de los cadáveres, añadió Rubio.
González Tovar descartó casi por completo que pueda haber víctimas de origen murciano en Barajas, aunque habrá que esperar a que finalice, presumiblemente durante la jornada de hoy, el reconocimiento de todos los cuerpos, como dijo que le ha comunicado personalmente el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo.
En la delegación del Gobierno en Murcia tampoco se ha recibido ninguna llamada de familiares o amigos interesándose por alguna de las víctimas, por lo que las probabilidades de que alguna de ellas sea murciana son "prácticamente nulas", según González Tovar.
Además del ministro, la directora general de Protección Civil y Emergencias del ministerio del Interior, Pilar Gallego, y las delegadas del Gobierno en Madrid, María Soledad Mestre, y Canarias, Carolina Darias, entre otras autoridades, han pedido al de Murcia que transmita a estas 14 personas el agradecimiento por su tarea.
Según González Tovar, el trabajo desinteresado de estas personas en beneficio de la sociedad, de las necesidades de los demás, desmitifica la imagen del joven insolidario que no se compromete ni quiere saber nada de su entorno.
"Las familias destrozadas en fase de duelo y aceptación de la realidad encuentran en ellos buenas almas y hombros en los que apoyarse durante este proceso", señaló González Tovar.
Rubio informó de que su equipo asistió psicológicamente a 248 personas, y a otras 32 sanitariamente, fundamentalmente por lipotimias y crisis de ansiedad, y acompañó a 150 familiares en el trayecto del viaje entre el pabellón de Ifema donde se encontraban los cadáveres del accidente y el hotel donde se alojaban. EFE
