La falta de licencia de caza en Andalucía sentenció a Bermejo

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Madrid, 23 feb (EFE).- El hecho de que el hasta hoy ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, participase en una cacería en Andalucía sin tener la licencia correspondiente para ello fue determinante para que el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aceptase su dimisión.

En el Ejecutivo, según fuentes consultadas por Efe, "no gustó nada" que Fernández Bermejo coincidiera en una montería en Jaén con el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón.

Esa noticia consideran que permitió al Partido Popular intentar desviar la atención de la investigación que el juez estaba llevando a cabo sobre diversos cargos de esta formación política presuntamente implicados en una trama de corrupción.

Cuando menos, desde el Gobierno se subraya que fue "inoportuno" que el ministro y Garzón compartieran cacería, máxime horas después de que se conociese la investigación de Garzón.

Pero en principio no había predisposición en el Ejecutivo a que el titular de Justicia abandonase su responsabilidad al frente de este Departamento por haber coincidido en la montería con el juez de la Audiencia Nacional.

Lo que decantó hacia esa posibilidad fue que el ministro no tuviese la licencia de caza para desarrollar su actividad cinegética en Andalucía, algo que en el Gobierno se considera "muy grave" y, máxime, tratándose del máximo responsable de la Justicia en España.

En el PSOE también hubo muchas voces que alertaron del coste que podría ocasionar mantener al ministro, y entre los dirigentes del partido, José Bono y Patxi López habían expresado en las últimas horas que a ningún socialista le gustaba que Bermejo hubiese participase en esa cacería.

Aunque en el Gabinete de Zapatero se elogia que Fernández Bermejo comentase públicamente que cometió un error, que le costó la apertura de un expediente por parte de la Junta de Andalucía, se reconoce que este fue el detonante para que el jefe del Ejecutivo aceptara la dimisión.

Fue ostensible el malestar con lo sucedido de la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, durante la conferencia de prensa que ofreció el pasado viernes al término de la reunión del Consejo de Ministros.

Cuando se le preguntó si el ministro había presentado su dimisión, se limitó a señalar que Fernández Bermejo ya había dicho públicamente lo que tenía que decir y que ella había hecho lo propio.

Sobre la dimisión han hablado en varias ocasiones en los últimos días Zapatero y Fernández Bermejo, pero no ha sido hasta la reunión de hoy entre ambos en el Palacio de la Moncloa cuando el presidente del Gobierno la ha aceptado formalmente.

Sin embargo, Zapatero ya tenía decidido el fin de semana el relevo y el nombre del nuevo ministro de Justicia, Francisco Caamaño.

Previamente, había tenido que determinar el momento para esa sustitución: si hacerlo de forma inmediata o convendría esperar a que pasaran las elecciones vascas y gallegas del próximo 1 de marzo.

Finalmente, se consideró oportuno que el gesto se hiciera ya para trasladar el mensaje de que se reconocen los errores y se asumen responsabilidades, y para restar argumentos a los dirigentes del Partido Popular.

Lo que sí se asegura desde Moncloa es que la huelga de jueces de la pasada semana no ha tenido nada que ver en la decisión final de aceptar la dimisión.

Este asunto ha precipitado el primer cambio del Gobierno de Zapatero tras las últimas elecciones generales, una remodelación sobre la que se había especulado en los últimos meses pero apuntando a algún Ministerio de carácter económico tras la situación que está viviendo España a consecuencia de la crisis financiera.

De hecho, Zapatero tuvo que salir al paso de los rumores, asegurar que no iba a decidir ningún cambio y defender especialmente a sus dos vicepresidentes, Fernández de la Vega y Pedro Solbes. EFE

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