Concursos de diseño: en Murcia también cuecen habas

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Los profesionales del diseño gráfico llevan años luchando por el reconocimiento de su labor en lo que se refiere a los concursos, y muy especialmente en los que convocan entidades públicas. Desde la mayoría de las asociaciones, con mayor o menor beligerancia, se reclaman unas condiciones mínimas para garantizar la equidad en las convocatorias y en los resultados. Con poco éxito, hay que decir. Algunos concursos son especialmente dolorosos para los profesionales. El último, el que convoca la Dirección General de Calidad e Innovación de los Servicios Públicos de la Región de Murcia.

Ya hablamos en su día aquí del concurso para el logo del Colegio de Médicos de la Rioja; es también recordado el caso del repullazo, un concurso para la identidad del Gobierno de España que ganó un tal Repullés, quien presentó el identificativo del Gobierno Alemán cambiando los colores de la bandera.

Esta vez le toca al diseño murciano llevarse el berrinche. Si se quisiera haber hecho peor, no se habría conseguido. La convocatoria (bases, en .pdf) se abre para obtener la Imagen Institucional de la Escuela de Administración Pública para el Plan de Formación del año 2010.

Pero vayamos por partes, ¿cuáles son las reivindicaciones de los profesionales en lo referente a concursos de diseño?

Restringidos y Profesionales. Los concursos deben ser restringidos. Un concurso abierto es garantía de la escasa profesionalidad de los participantes. Hay que pensar que presentarse no implica una oferta, sino la realización del encargo. Los profesionales rara vez se presentan a concursos abiertos, porque prefieren dedicar su tiempo y conocimientos a encargos en firme, y les molesta que se especule con su trabajo.

Los diseñadores consideran que antes de participar en un concurso los aspirantes deberían demostrar su cualificación. Es lo razonable, de ella dependerá la calidad de los resultados. No sucede en la mayoría de los casos, pero aquí se ha dado un paso más. El concurso de Murcia es abierto a "cualquier persona física que preste sus servicios en la Administración Regional y que no forme parte como profesional del sector de la publicidad, la imagen corporativa o el diseño gráfico". Es decir, que el logo lo tendrá que diseñar un funcionario, pero por si había alguna posibilidad de que pudiera hacerlo bien, se excluye a los profesionales del asunto.Falta poner que se haga con la mano izquierda y cerrando los ojos. Todo parece perfectamente estudiado para que el resultado sea un bodrio.

Remunerados. Todos los concursos son remunerados, pero sólo para el que gana. Es por ello que la mayoría de los profesionales con una trayectoria establecida no se presentan a concursos abiertos. Los profesionales prefieren concursos remunerados en la participación, en los que un número pequeño de diseñadores reciben una compensación por el trabajo presentado, y entre ellos el ganador del concurso realiza el encargo, cobrándolo aparte, por supuesto. Pero esto sucede pocas veces. En el concurso de Murcia no hay remuneración ni siquiera para el ganador, y esto sí que es una novedad: "la persona autora del trabajo elegido tendrá el reconocimiento institucional de la Consejera de Presidencia y Administraciones Públicas, con la correspondiente acreditación documental, reconociendo el compromiso y la implicación en la mejora de los servicios públicos". Vamos, que ahora el diseño hay que hacerlo de buen rollito. Imagínese usted que para su actividad profesional, la que sea, la administración convocara concursos sin remuneración, por amor al arte.¿Competencia desleal?, ojalá fuera eso. Esto es dumping en toda regla, incentivado desde la administración.

Respetando los derechos de autor. Aunque sea muy habitual exigirle a los diseñadores ganadores de este tipo de concursos la cesión de sus derechos en condiciones abusivas, no por ello el colectivo se resigna, sigue luchando por ello. En el concurso de Murcia se da un paso más: no sólo el ganador deberá ceder sin restricciones los derechos de su trabajo, sino que todos los trabajos, ganen o no, quedarán en propiedad en la EAP. "Los autores ceden, en la solicitud de participación, los derechos en exclusiva y por tiempo indefinido de reproducción y explotación del material". ¿Para qué querrá la Dirección General de Calidad e Innovación de los Servicios Públicos los derechos de todos esos trabajos?

Respetando las leyes. Los diseñadores, en su trabajo diario, tienen que pelear por hacer entender a sus clientes que si quieren usar las tipografías utilizadas en una identidad corporativa deben comprar las licencias correspondientes, porque la piratería de fuentes es un delito en el que incurriría tanto diseñador como cliente. En el concurso de Murcia "las propuestas se presentarán en soporte informático (…) incluyendo las fuentes utilizadas". No sólo no remuneran al autor, si no que le obligan a delinquir y le dejan a los pies de los abogados de la BSA. Ahí es nada.

En fin, que una cosa es que los concursos no se convoquen como es debido, y otra que en ocasiones se cumple aquello de que "todo lo que sea susceptible de hacerse peor, se hará peor". Eso sí, por si hubiera alguna duda, la convocatoria de este concurso se justifica en que "la Dirección General de Calidad e Innovación de los Servicios, en su compromiso con la excelencia (sic), la innovación (sic, sic) y la mejora continua de los servicios públicos, establece acciones que posibiliten la participación de los empleados públicos como creadores y promotores de calidad en la Administración". Miedo nos dan.

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