Murcia, 27 ene (EFE).- "Cosas como estas son las que merecen la pena", ha dicho hoy al presidente de la Región, Ramón Luis Valcárcel, después de conocer a los tres niños haitianos que acaban de llegar a Murcia -después de sobrevivir a un huracán y a un terremoto- tras ser adoptados por tres parejas murcianas.

Los niños son Esther, la mayor, que en abril cumplirá 4 años, Vedeline, la más pequeña de 19 meses, que prácticamente no se movió de su sillita, y Rafita, de 20 meses, que durante toda la sesión fotográfica, celebrada en el palacio de San Esteban, se portó como un auténtico líder, hizo gracias y posó como un profesional ante las cámaras.

Los padres, felices por tener a sus hijos con ellos, relataron al presidente Valcárcel y al consejero de Asuntos Sociales, Joaquín Bascuñana, la tremenda angustia que pasaron al conocer que un terremoto había asolado Puerto Príncipe donde, en un orfanato vivían los tres pequeños.

De no haber ocurrido el seísmo, el viaje para traer a los niños estaba previsto para el mes de febrero, una vez concluida toda la tramitación legal de adopción, pero el seísmo trastocó todos los planes.

Supieron que los niños estaban bien cuidados y no habían sufrido daños, pero ante el peligro de que corrieran cualquier eventualidad el personal de una ONG americana los recogió en el orfanato junto a otros niños adoptados por familias norteamericanas, y los trasladó a Pittsburgh (Pensilvania), donde fueron a recogerlos sus papas murcianos.

Hoy, un día después de llegar a su nueva casa, su nueva ciudad y su nueva familia, con casi treinta grados menos que en su país, sus papas los han llevado a San Esteban a que Valcárcel los conociera.

El presidente les ha regalado a los dos mayores, Esther y Rafica un ordenador de juguete para aprender español y un muñeco a Vedeline, que se ha mostrado la más tranquila de los peques, y que después de que muchos de los periodistas, cámaras y el propio Valcárcel se despidiera de ellos, se ha bajado de su silla y se ha puesto a andar tranquilamente por toda la sala.

Esther ha ido acompañada además por su hermana Ángela, con la que se lleva sólo cuatro días. Ambas nacieron hace casi cuatro años, los cumplirán en abril, pero son de muy distinto origen: Angela nació en China y Esther tiene la piel negra, y ha nacido en Haití.

Esta pequeña, que al principio no quería darle un beso al presidente, ha dejado a los periodistas y a los políticos asombrados; aunque su lengua materna es el francés y el creole, ya dice algunas palabras, como "guapa", en español y según su madre, Ascensión, entiende, por el contexto, lo que se le dice.

Rafica, es un negrito con unos ojos enormes, que ha hecho las delicias de todos presentes en la sala Ramón Gaya de San Esteban. Ha sonreído a las cámaras, les ha lanzado su chupete, ha cogido el micrófono de una emisora de radio (la SER) y no la quería soltar. En un momento dado, Valcárcel lo ha cogido en brazos y le ha dado otro micrófono (de la COPE) pero el niño no lo ha querido sostener, lo que ha provocado risas y comentarios.

Los padres han coincidido, y se ha podido comprobar, que los tres son tremendamente cariñosos y espabilados. Presentan un aspecto de haber estado muy bien cuidados, pero se les ve necesitados de cariño, son muy receptivos a las caricias y muy sociables. De hecho Vedeline ha pasado buena parte del tiempo abrazada al cuello de su madre.

Esto es lo mas grande que nos ha pasado, han coincidido también los adoptantes, que han señalado que, a pesar de la diferencia de temperatura con respecto al país en el que han vivido hasta hace unos días, a los tres pequeños les encanta salir a la calle e ir descalzos.

Están asombrados de lo que ven, abren mucho los ojos, y no se pierden detalle de nada. "Es normal, todo es nuevo para ellos"m han comentado.

Para el presidente Valcárcel lo que ha pasado con estos niños es un milagro. "Cosas como estas son las que merecen la pena", ha dicho.

A pesar de haber expresado su deseo de no hacer declaraciones, porque la noticia hoy eran los niños, ha comentado que "lo que los padres están experimentando es muy emotivo. Hay que pensar que estos niños podían estar muertos; es hermosísimo que estén aquí. Han sido rescatados de la muerte y del horror". EFE