“Rafaelillo” corta una oreja y le roban otra, en Castellón

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Por cogida de José Luis Moreno al entrar a matar al primero de la tarde, el murciano Rafael Rubio “Rafaelillo” estoqueado cuatro toros de la ganadería de Victorino Martín

Su balance: ovación tras aviso, ovación y oreja con fuerte petición y bronca a la presidencia, por no conceder el doble trofeo que le hubiera abierto la puerta grande

Injusticia grande la que ha cometido el presidente de la última corrida de la Feria de la Magdalena de Castellón a la hora de premiar el faenón de “Rafaelillo” al sexto “victorino” de la tarde.

La plaza puesta en pie solicitaba con insistencia la concesión de las dos orejas tras una faena completísima y bien rematada a espadas del murciano. Pero el “jefe del pañuelo” sólo accedió a la concesión de un solitario y rácano trofeo.

La tarde había estado marcada por el infortunio desde el primer turno. Aquél “victorino” inicial hirió al cordobés José Luis Moreno, después de haber conseguido una meritoria y por momentos brillante faena. Entró a matar, pinchó, el toro no se escupió de la suerte, y le cazó de imprevisto.

Tocado y herido, así de fácil y de listos son los “victorinos”. Por eso tienen tanto mérito quienes se enfrentan a este tipo de toros. Ninguno de los seis alcanzaba el listón de los 500 kilos, pero tuvieron mucho que torear y ocasionaron varios momentos de peligro.

El festejo quedó en mano a mano improvisado entre “Rafaelillo” y Luis Bolívar, que mostró solidez y oficio para estar por encima de su complicado lote.

También complicado era el lote de “Rafaelillo”, el corrido en segundo lugar, huidizo, no permitía encadenar los muletazos; pero, aún así, no impidió al murciano mostrar su concepto más refinado del toreo.

El cuarto fue un “regalito”, un trago amargo en el camino de dificultades que deparaba la tarde. “Rafaelillo” podía haber abreviado, pero insistió y se jugó la cornada.

El sexto era el premio gordo de la tarde. Correspondía al lote del herido José Luis Moreno, y sirvió para que “Rafaelillo” diera un toque de atención muy gordo. Tan gordo como el lío que le formó desde que, hincado de rodillas, le saludó con una larga cambiada.

Luego dibujó un ramillete de lances con la pierna flexionada que rezumaron torería. Lo dejó lucir en dos puyazos, el segundo dejándolo de largo, con gran generosidad a sabiendas de que podía ser un arma de doble filo si el personal tomaba partido por el toro. Una gran ovación se llevó su picador Juan José Esquivel.

Tras brindar al público, puso todas las cartas sobre la mesa destapando la baraja en cuatro comprometidos derechazos en los medios a toro levantado.

Conforme se atemperaba el “victorino” surgían los muletazos de mayor dimensión. Largura, trazo, capacidad y mando. El toro fue un gran colaborador, y tuvo ese punto de casta y picante del encaste albaserrada. Incluso llegó a levantarle los pies del suelo ya en el tramo final de la faena, y un proverbial quite de José Mora –que anduvo fenomenal con la capa toda la tarde- impidió que se consumara la cornada cuando “Rafaelillo” trataba de escabullirse trompicones por la arena.

Rubricó con una buena estocada y el presidente, que había estado acertadísimo durante todo el festejo, se puso exquisito y negó la segunda oreja ante una petición absolutamente clamorosa.

FICHA:

Castellón de la Plana.

8ª de Feria.

Tres cuartos de plaza.

Toros de Victorino Martín.
José Luis Moreno (rojo y oro) , ovación para su cuadrilla.
Rafaelillo, (azul cobalto y oro), ovación tras aviso, ovación y oreja con fuerte petición de la segunda y dos vueltas al ruedo.
Luis Bolívar, (sangre de toro y oro) vuelta al ruedo y silencio tras dos avisos.

Parte médico: “Durante la lidia del primer toro el torero José Luis Moreno ha sufrido una cornada en la parte posterior del muslo izquierdo ascendente de unos 20 cms. de profundidad con desgarro muscular. Pronóstico grave que le impide continuar la lidia. Doctor Traver”.

“Rafaelillo” corta una oreja y le roban otra, en Castellón, Foto 1
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