La comercialización conjunta de frutas y hortalizas, a través de consorcios de exportación, es la mejor herramienta para poder proporcionar a los productores un valor añadido en sus rentas. Esta fórmula asociativa es, sin duda alguna, un mecanismo muy eficaz para conseguir una reducción de costes productivos y maximizar al máximo los recursos.
A pesar del tradicional individualismo empresarial, el sector hortofrutícola de la Región de Murcia ha madurado muchísimo y ha evolucionado a marchas forzadas durante las últimas dos décadas. Por ello, la dimensión internacional de las exportaciones de frutas y hortalizas se ha fortalecido muchísimo, aunque lamentablemente la concentración de la oferta no ha calado definitivamente en nuestro sector.
Es necesario hacer una reflexión profunda sobre la importancia que tiene comercializar conjuntamente frutas y hortalizas, y especialmente la función que cumple la ordenación de la oferta, dentro del contexto de las relaciones con la gran distribución, que son los principales interlocutores comerciales en el comercio moderno de frutas y hortalizas frescas. Es de máxima importancia que las empresas vayan de la mano en proyectos empresariales, que permitan acabar con el individualismo hortofrutícola, y que genera que se tenga mayor capacidad de negociación comercial con nuestros clientes, entendamos fundamentalmente que son las grandes cadenas de distribución.
Como consecuencia de los esfuerzos que ha realizado nuestro sector, se han profesionalizado enormemente los canales y las redes de distribución, pero ahora más que nunca necesitamos que se aúnen los intereses del sector para crear plataformas de distribución que vendan con un sistema profesional de ventas mediante precios cerrados y con programaciones anuales.
Todavía queda mucho por avanzar en la integración empresarial, pero con la voluntad y el buen hacer de nuestras empresas hortofrutícolas, se pueden obtener grandes beneficios y ventajas para nuestros AGRICULTORES a través de consorcios comercializadores, que funcionen con dinamismo y rentabilidad comercial, que es la mejor fórmula para hacer frente a la competencia desleal de terceros países y a la globalización internacional de los mercados exteriores.
Sin embargo, el ámbito hortofrutícola también se enfrenta a otros problemas como son: las liquidaciones bajas, la sobre oferta, la falta de marca en el mercado, que contribuyen a crear demanda en los consumidores y sobre todo a pensar erróneamente que lo que hace uno individualmente es lo mejor del mundo y no necesita a nadie. Todo esto sólo tiene un causante y un salvador: el productor tiene lamentarse menos y pensar más en la acción.
