La delicadeza musical del cantautor italiano Ginmaria Testa y la loca tarantella de Enzo Avitabile inundan La Mar de Músicas

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Testa inaugura el escenario de la Catedral Antigua y Avitabile, la plaza del Ayuntamiento

Continúa La Mar de Músicas dedicada a Italia. Y dos de sus figuras más destacadas llegan mañana lunes 11 de julio. El cantautor italiano Ginmaria Testa inaugurará a las 22:30 horas el escenario de la Catedral Antigua. Un escenario mágico sobre las ruinas de una Catedral Bizantina, la primera que hubo en la Región de Murcia. El concierto será retransmitido por Radio 3 en directo. Unas horas antes, su compatriota Enzo Avitabile llenará la plaza del Ayuntamiento de barriles de vino para ponerlo todo patas arriba, a ritmo de tarantela. Será a las 20:00 horas. Gratuito.

Se dice del Piamonte –significa 'al pie de las montañas'- que es la cuna de la unificación de Italia. De allí son figuras de la cultura italiana como el cantautor Paolo Conte o los escritores Cesare Pavese y Umberto Eco. Escribió Maurizio Martinotti (La Ciapa Rusa), en un artículo publicado por la revista Folc, que "Piamonte es el lugar más bonito del mundo o, mejor dicho, lo sería si tuviese mar y si, en invierno, una estación que dura demasiado, no hiciera un frío espantoso".

En esa región italiana, en Cuneo, nació en 1958 Gianmaria Testa, hijo de un agricultor. Testa, que vive en un pueblo próximo a Francia, confiesa la gran influencia del país vecino. Y, de todos los grandes de la 'chanson', se queda con Brassens. En París y Bruselas cantó, a dúo con Paco Ibañez, 'La mauvaise réputation' y 'Le gorille'. Uno de sus mejores amigos fue el escritor Jean-Claude Izzo, autor de una trilogía marsellesa de novela negra protagonizada por el detective Fabio Montale. Testa solía recitar algún poema de Izzo en sus conciertos y, en el disco 'Da questa parte del mare', le dedicó la canción 'Ritals'.

Gianmaria Testa nunca se ha considerado un artista porque artista para él es alguien que aporta algo nuevo, por pequeño que sea. Sí que se siente próximo al poeta porque le interesa el significante de las palabras y puede pasarse meses buscando una. Asi que, quizá mejor hablar de autor de canciones, dice quien tuvo como disco de cabecera 'Harvest', de Neil Young.

En 2009, publicó 'Solo dal vivo', un concierto con su guitarra acústica como única compañía, grabado en mayo del año anterior en Roma, en el Auditorium Parco della Musica. Llegó tarde al mundo del disco: el primero, 'Montgolfières' lo grabó en 1995 en Francia. Fue una propuesta del pequeño sello Label Bleu, la primera oferta seria que le hacían a un hombre que hasta entonces se había ganado la vida como ferroviario. Veía -¿todavía ve?- pasar los trenes desde la estación de Cuneo en la que estaba -¿aún está?- empleado como jefe de la misma. "Le donne nelle stazioni/le donne c´`e sempre qualcuno che le aspetta (Las mujeres en las estaciones/las mujeres siempre tienen a alguien esperándolas)", canta.

Más que cantar explica, con voz ronca, pesando las palabras. Historias de trenes, de coches, de globos aerostáticos, de amantes... Pequeños poemas que hablan de la vida. "Los textos de Testa tienen esa preocupación por traducir con precisión el más mínimo parpadeo de la vida, el más pequeño vértigo. Su poesía ahorradora destaca por recrear todos los matices de los 'estados de ánimo intermedios': los proyecta bajo una luz inédita y frágil, una pequeña llama muy personal, sin por ello desvelarlos del todo", puede leerse en la revista Les Inrockuptibles.

En 1997 se presentó en el Olympia de París. Recuerda que se sintió como un cantante lírico que debuta en La Scala de Milán. Desde entonces cientos de conciertos por Europa, Canadá y Estados Unidos. Con discos en el zurrón como 'Extra-muros' (1996), 'Lampo' (1999), 'Il valzer di un giorno' (2000), 'Altre latitudini' (2003) o 'Da questa parte del mare' (2006). Y colaboraciones con los mejores músicos italianos: el clarinetista Gabriele Mirabassi, el trompetista Paolo Fresu, la pianista Rita Marcotulli, el acordeonista Riccardo Tesi –con el que alumbró el 'Progetto Saramago' en homenaje al Nobel de Literatura- o el trompetista Enrico Rava –con el que compartió 'Guarda che luna!', espectáculo dedicado a la figura de Fred Buscaglione-. Este año ha debutado en el teatro –el Carignano de Turín- con la obra de Bajani '18 mila giorni – il pitone', que le ha llevado de gira por Italia.

Escribió Agustí Fancelli, en EL PAIS, marzo de 2004: "Se descorre el telón y él ya está allí, sentado en un taburete de bar, guitarra acústica en bandolera, como si hubiera estado esperándote todo el rato. Vestido de oscuro, con americana. Bigote morsa, cabellera escarola cenicienta que deja al descubierto una frente clásica de progre, ese tipo de progre tan poco del agrado de Aznar ("Good bye Ansar! Good bye Lenin!")".

Enzo Avitabile & Bottari. Especial Italia.

La plaza del Ayuntamiento se llenará de toneles de vino la tarde que actúen Enzo Avitabile & Bottari. El vino, si es que alguna vez estuvo dentro de esos enormes recipientes de madera, se lo habrá bebido alguien antes del concierto.

Enzo Avitabile (Nápoles, 1955), saxofonista, compositor y cantante, estudió flauta en el conservatorio. Se formó en la música negra y el soul de la década de los setenta. Y hace diez años ya que inició su aventura junto a los Bottari. La gestación del proyecto fue larga, casi tres años, pero valió la pena: el disco 'Salvamm'o munno' (Salvemos el mundo) le permitió experimentar con jazz y blues, África y Oriente Medio, a partir de una percusión anclada en la música rural. Una fusión del ritmo de la 'tarantella', con los de otras latitudes, para un resultado sonoro cargado de energía primitiva.

Los Bottari son percusionistas no profesionales que, en las fiestas de San Antonio, hacen sonar cubas de vino. Su música viene de un antiguo ritual pagano en el que los campesinos, con el fin de alejar a los malos espíritus de sus casas, golpeaban frenéticamente las herramientas con las que trabajaban en los campos. Un rito que, tiempo después, se amplió a desear buenas cosechas.

En 2006, siempre con la presencia de los Bottari di Portico, originarios de un pueblo cercano a Caserta, en plena Campania, y fundados por Pasquale Romano en los sesenta, Avitabile editó 'Festa, farina e forca', disco doble grabado con invitados como Matthew Herbert, Bill Laswell, Djivan Gasparyan o Manu Dibango.

Se dice que sus canciones, en dialecto napolitano, hablan de perdedores, marginales, guerras... Y una de sus mayores aspiraciones es componer música erudita: en el 2008 estrenó la 'Sinfonía n°1 – La Lazzara', con la Orquesta Sinfónica del Teatro Marrucino de Chieti, bajo la dirección de Gabriele Di Iorio. De ese mismo año es 'Napoletana', disco nacido con la idea de recuperar el antiguo lirismo napolitano bebiendo en fuentes como los cantos de trabajo, pero creando canciones inéditas. Avitabile apoya activamente la iniciativa de tener en el Conservatorio Statale de Música de Santa Cecilia, en Roma, la primera cátedra de 'world music' en Italia, y ha contribuido con 'Scale rare e ritmi del mondo', un método para que estudiantes de música y aficionados se acerquen a las músicas de otros pueblos.

Enzo Avitabile participó en el disco de Kepa Junkera 'Hiri', tocando en 'Napoli'. Y ha revelado el periodista Miguel Mora que el italiano recibió uno de los últimos trabajos que hizo Enrique Morente: 'Elí, Elí', un tema que el cantaor granadino le mandó por correo electrónico poco antes de ingresar en el hospital.

La delicadeza musical del cantautor italiano Ginmaria Testa y la loca tarantella de Enzo Avitabile inundan La Mar de Músicas, Foto 1
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